No me quiero levantar. ¿Por qué me tengo que levantar?
Porque hay cosas que hacer.
A la de tres, 1, 2 y 3.
Me levante tan rápido que hasta me maree.
Idiota Astrid.
Idiota...
Liam...
Para.
Sacudí mi cabeza para despejar mi mente, y me levanté ahora si sin marearme para irme a duchar y a adecentarme.
Salí de la ducha con todo el vapor detrás mío.
Que jodido frío. Saque un cárdigan de color rojo largo, una camisa de tirantes negra, un pantalón de tiro alto negro rasgado, y unas botas con plataforma negra. Me hice un moño mal hecho y ya.
Salí de la habitación/biblioteca, y me dirigí a la cocina para desayunar.
Estaba vacía. Vaya creo que me he levantado antes que todos.
Ya había comida, por lo tanto, alguien ya se había levantado e ido a comprar.
Creo que haré batido. Si. Eso haré.
Plátano, avena, leche, y azúcar. Unos minutos en la licuadora y lis...
—¿Que estás haciendo?
Me sobresalte y pare la licuadora de inmediato.
—Joder, me has asustado Mijaíl.
Medio sonrió y se acercó a ver.
—No era mi intención—se disculpó—, esto tiene buena pinta.
—Gracias, es batido ¿quieres? —pregunté y me volví. El asintió.
Le serví, y a mí también. El saco unos pastelitos de la despensa. Yo coloque los batidos, y el los pastelitos. Tranquilamente, desayunamos.
Nos actualizamos en todo lo que había pasado en nuestras vidas. Me dijo que cuando yo me fui a Los Ángeles por primera vez fue cuando decidió empezar con mi padre. Vaya desperdicio. Mijaíl siempre ha sido un buen chico, con un corazón gigante. Él es una de las pocas personas que no debería estar metido en la mierda de la Mafia. Él es demasiado bueno, siempre lo ha sido.
—Buenos días.
Salude a Alek que entraba por la puerta con un asentimiento de cabeza. Y así toda la cocina se fue llenando.
Ahora mismo me encontraba haciendo otra tanda de batido.
La gata de Janel entro a la cocina, y que decir que creo que se tomó el comentario de mi hermano, "Casi invisible", demasiado a pecho.
¿Qué por qué digo esto?
Decir que lleva base naranja es quedarme corta. Ah, y no nos olvidemos de la super ancha, puntiaguda y larga línea de delineador negro que tiene en el párpado, y como no acompañado de sombra negra hasta el hueso de la ceja.
¿La ropa?
Un body verde con aberturas por todas partes, dejando a la vista casi toda su piel, y unos pantalones cortos que le tapaban un cuarto de nalga. Aunque los tocones eran...
—¿Esos no son mis tacones?
Joder que, si son mis tacones, ¡son mis jodidos tacones LV!
¿Cómo lo sé? Primero que todo le van bastante grandes, y segundo, ayer los deje afuera, y esta mañana no estaban, ¡con razón! Probablemente los cogió cuando yo estaba en la ducha.
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IVÁNOV
AksiSoy Astrid Ivánov, nacida en San Petersburgo, Rusia. Hija directa de Dimitry Ivánov, jefe de la Mafia Rusa. Me mude con esperanzas de cambiar mi vida y de dejar la Bratva atrás, pero lo que no sabía era que me encontraría con alguien peor que yo, a...