Capítulo 22: "Ojitos, ojitos" Parte 2

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Recomiendo releer el capitulo 12.

Dicho esto, que disfruteis de la lectura darlings.

La mire asustada, y me gire hacia los chicos histérica.

—¡¿Tengo los ojos grises?!

—Astrid, cálmate, esto tiene una explicación simple—Alec intentaba calmarme frotándome la espalda.

Entonces sí que tengo lo ojos grises. Tengo lo putos ojos grises. ¿Pero qué mierda?

Me va a dar algo, lo sé, lo siento.

Respira Astrid, respira joder. Inhala, exhala.

Me acerque a la ventana de la cocina ya que era la que daba a la entrada, que era donde nosotros nos encontrábamos, y la use como espejo.

Mis ojos eran grises de verdad. Pero no grises como los de una persona normal, no. Los míos eran un gris casi fosforescente, con motas negras, y blancas, aparte de que mi pupila era más grande de lo normal. Casi parecía que me había metido una raya de coca. Cosa que no he hecho.

Me voltee hacia los demas.

—¿Porque jodidas no se me van?—Grite aún más histérica.

Creo que me esta dando un ataque de pánico.

Las chicas me miraban horrorizadas, y los chicos no parecían tener ni puta idea de que hacer.

El único que hizo algo fue Liam. Se acerco a mí, irrumpiendo mi espacio personal. Aunque en este momento me la suda, solo quiero saber que mierda le están pasando a mis ojos.

Me agarro el rostro sin fuerza, pero si obligándome a mirarlo a los ojos. De repente sus ojos también cambiaron de color, y ahí si sentí como me iba a desmallar, mas no por miedo, sino por deslumbracion. Uno de sus ojos era amarillo y peligroso como el de un tigre, y el otro era gris. Gris igual que los míos.

Me miro por unos segundos y después se apartó.

Me volví hacia la ventana para ver mi reflejo, y ya tenía mis ojos azul normal de vuelta. Suspire aliviada.

La sangre que sentía que se acomulaba en mi cabeza fluía normal. El espacio que antes se estaba encogiendo, volvió a la normalidad.

—Vosotros me vais a explicar que cojones acaba de pasar, y me lo vais a explicar, ahora.

Alexey fue el que me explicó, o más bien recordó todo. Vi como Alek y Kolay se llevaban a las chicas dentro.

—Es el cambio. Estas empezando a cambiar—lo mire atónita. Me pasé las manos por la cara, me moví de un sitio a otro inquieta—, el gen de lobo que tienes dentro de ti, está empezando a evolucionar, lo que significa que tú vas a cambiar también. Lo que acaba de pasar solo ha sido el inicio.

—¿Qué quieres decir, por "evolucionar", y por "cambiar"?

Entre tanto jaleo, mudarme de país, y descubrir que Damián está más cerca de mí que nunca, se me había olvidado completamente la jodida cosa sobrenatural super rara que al parecer yo y casi todos lo que me rodeaban tenemos en nuestros genes.

—El gen se está desarrollando, es como una flor que está empezando a florecer, sus pétalos se abrirán hasta que la flor se convierta en una grade y bonita. A si vas a ser tú, cuando el gen se desarrolle por completo, tu fuerza incrementara, serás más ágil, más rápida, oirás y veras mejor, y físicamente cambiaras, aunque poco.

Sentí como mi cabeza quería explotar de tanta información que estaba recibiendo y que entraba como flechazos.

—Entonces, a ver si he entendido bien, —respiré hondo, y moví mis dedos nerviosa—¿toda yo voy a cambiar por una rara fuerza supernatural que herede de mi padre?

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