Capítulo 17: " Lobos listos para ser cazados"

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*Recomiendo leer capituló 10* Y LEER NOTA AL FINAL DEL CAPÍTULO. Es importante. Xx

—Gracias por hacer de chofer hoy—Río.

Me reí junto a ella.

—A sido un placer nena.

Me sonrió por última vez, y salió del coche. Saqué mi teléfono de mi bolsillo, y busqué entre mis contactos a Alek.

—¿Liam?

—Tenemos que hablar. Reunámonos en mi departamento. —Dije.

—¿Tiene que ser justo ahora?

—Es sobre Astrid.

—Bien estaré ahí en-

—Estoy abajo. Llama a tu primo también. —Le interrumpí

Y colgué. 

Arranque, y me aparque en la acera de enfrente, a esperar por Alek y Aleksi.

Abrí la puerta, y salí. El frío de la noche me golpeó de lleno, pasándome un escalofrío por todo el cuerpo.

Saqué un cigarrillo de mi bolsillo, y me apoyé en el capó de mi coche.

Por curiosidad, y solo por curiosidad, dirigí mi vista a la ventana de Astrid.

Como era de esperar no logre ver nada, más que la luz de su salón prendida. 

¿Qué esperabas? ¿Que estuviera ahí para cuidándote como una tonta?

—Por mucho que mires su ventana, no va a aparecer mágicamente. ¿Lo sabes no? 

Me sobresalte, y rápidamente aparté la mirada de la ventana.

Fulmine con mirada al intruso.

—Cállate ya Alek—Dije fastidiado. Bote mi cigarrillo al suelo, y lo aplaste con mi zapatilla.

—Tienes que admitir que si dabas un poco de cosa mirando por su ventana así—Claro, no podía faltar el otro. 

—Aleksi, si no quieres que mi puño termine en tu puta boca, es mejor que la cierres—Amenace.

—Ups, creo que alguien está con el periodo...

Respira profundo. 

Uno

Dos.

Tres.

—Subiros a él jodido coche antes de que se me acabe la paciencia, y os raje la garganta a los dos. —Sin decir más, los dos se subieron al coche. 

Sonreí satisfecho. 

Caminé con lentitud, y con la última mirada a la ventana de Astrid, me subí a el auto.

{.....}

—Entonces, ¿Qué era eso tan importante que nos tenías que contar de Astrid? —Pregunto Alek, una vez que llegamos a mi departamento, tirado en mi sofá. 

Le dio un trago a su cerveza impaciente, esperando por mi respuesta. En cambio, Aleksi se encontraba tranquilo.

—Ya ha comenzado. 

Aleksi escupió toda la cerveza que tenía en la boca, y Aleksi solo se quedó ahí parado, en la misma posición de antes, si no que esta vez, tenía la preocupación e inquietud impregnada en su rostro. 

—¡¿Cómo que ha empezado?!—Grito Alek alarmado. 

Lo mire enojado. 

—Ya te lo dije estúpido.

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