Capitulo 25

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—¡Te odio!

—¡Deja de gritar! ¡Vas a levantar al resto de la casa!—en sonido seco de una puerta siendo cerrada me levanto. 

Algo no va bien.

Salte de la cama, y salí con prisas.

¿Qué mierdas está pasando? ¿Acaso es Janel la que grita?

En efecto, es Janel la que grita. Puede que este medio dormida, pero esa voz chillona la reconocería en cualquier sitio.

Trote hasta llegar al salón, donde todos estaba sentados, en silencio. Hasta Mijaíl. Por cierto, debería hablar con él para disculparme. Liam actúo como un animal ayer. Mas tarde, cuando estemos a solas.

—¿Se puede saber que es todo ese griterío? —pregunte bostezando. Enserio estoy cansada. Ayer Liam y yo nos quedamos leyendo hasta por la madrugada. Creo que me quede dormida porque no me acuerdo a qué horas se fue.

Lo sé, raro ¿no? Yo me quede sorprendía cuando Liam propuso que nos sentáramos a leer. No me imagine le gustara leer, pero al parecer Liam es una caja llena de sorpresas. O el tipico chico malo con complejo de bibliotecario, como en los cliches. 

—Liam y Janel. Llevan así como media hora—respondió Alek.

—¡Eres un gilipollas de mierda! —y de repente, los gritos cesaron. El azote de otra puerta, y pasos fuertes siguieron.

—Uhh—murmuro Aleksi. 

Alexey, quien está cerca mío, por tanto, cerca de las escaleras, se asomó para ver. Imite su acto.

Un, al parecer, muy irritado Liam bajaba las escaleras, casi echando humo por las orejas. Detrás de él, una enrojecida y enfurecida Janel venia. Esta no dejaba de vociferar insultos hacia Liam.

—Dios nos libre...—murmure. Alexey se rio suavemente.

—¡No me puedes terminar! —grito ella indignada.

—¡Nunca estuvimos juntos, asique no hay nada que terminar!

Que intenso. 

Cuando Liam se percató que estamos ahí, casi, casi sonrió de alivio. Creo que necesitaba de nuestro auxilio.

Sin embargo, no puedo decir lo mismo sobre Janel.

Cuando sus ojos se posaron en mí, es como si el infierno hubiera cobrado vida en sus ojos. Paso por al lado de Liam, y si no fuera por Alexey, que vio sus intenciones, se me hubiera tirado encima.

¿Qué ostias?

—Todo esto es tu culpa, ¡maldita perra!, ¡roba novios!

Vaya. Mi cara debería ser todo un poema. Estaba entre partirle la crisma por insultarme, o reírme. Reírme porqué ni siquiera cuando estaba enfada la puedo tomar enserio.

Opte por la segunda. Me rei, me rei tanto que hasta me dolio la tripa. 

—Me las vas a pagar puta—me grito. 

¿Perdona? Mi boca casi tocaba el suelo. Lo que me faltaba. 

—¿Me estas amenazando?

La miré lo peor que pude, dándole entender que la había cagado.

Janel flaqueo por unos segundos. Podía ver en sus ojos que tenía miedo. Miedo de mí. Y con razón, mierda sae que si esta aqui es porque yo la dejo. Y creo que ya sabe de lo que soy capaz. Esta idiota va a aprender con quien mierdas se está metiendo.

—Te he hecho una pregunta. 

Ya cansada de su idiotez, me voltee dispuesta a salir de ahí, pero se detuvo cuando escucho murmullo de Janel.

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