Mi hermano favorito (Más que hermanos 2)

Capítulo 26

Hugo
Le han dado el alta a Mike haces una semana. Estamos en casa, acostados en la cama. Hemos quedado para cenar con Emma y Vicent. Estoy nerviosos, sólo he hablado con ella una vez y ni si quiera sabía que era mi hermana, ahora que lo sé, quiero que se lleve una buena impresión de mí.

—¿En que piensas? -me pregunta Mike.
—En todo un poco -esbozo una pequeña sonrisa
Mike se levanta, coge un cigarro y se sienta al lado de la ventana.
—No fumes -susurro.
—¿Por qué no? -me lanza una mirada sexy.
Me acerco a él lo suficiente para quitarle el cigarro y apagarlo.
—Joder Hugo, estaba entero.
—Sabes que me molesta el olor y además hace dos años que no fumas. ¿Que pasa?
—Estoy confuso -susurra muy flojo.
—¿Por qué? -le pregunto.
—Por nosotros, ahora que tienes a tú hermana, tengo miedo de que me dejes de lado, de que no me hagas caso, de que poco a poco, desaparezca de tú vida.
—No digas tonterías, te quiero Mike y siempre voy a estar contigo, aunque mi hermana esté aquí, has sido tú quien ha estado para mí siempre -me inclino y lo beso.
—No te creo -susurra.
—¿Cómo quieres que te lo demuestre?
—Tal vez, ¿besándome otra vez? -me guiña el ojo.
—No hay problema -me acerco y le beso otra vez pero esta vez más largo, más intenso y más apasionante.
—Me pasaría horas besándote -susurro.
—Yo días -contesta y vuelve a besarme.

Emma.
Vicent y yo estamos saliendo de nuevo, tengo la sensación de que nuestra historia está apunto de acabar pero pienso en todo lo que hemos pasado y no paro de preguntarme una cosa. ¿Hago bien en volver con él?

No tengo ni idea de que hacer. He vivido los mejores momentos con él pero también he sufrido mucho, no sé que hacer, no quiero decidir y arrepentirme. No quiero decepcionar a Vicent, ya lo ha  pasado mal por mi culpa, además no puedo mirarle a la cara, sobre todo cuando le veo cojear de la pierna izquierda.

Jamás olvidaré el día en que perdió la pierna. Estaba borracha y tuvo que ir a por mí, en el coche tuvimos la discusión más fuerte de mi vida con él, el suelo estaba mojado, no había parado de llover en toda la noche, Vicent no aprestaba atención a la carretera. Un coche apareció por el otro lado, giro el volante bruscamente y el coche volcó dando varias vueltas. Cuando desperté yo estaba en el hospital, solo con unos rasguños y una luxación pero Vicent no tuvo esa suerte. Tuvieron que cortarle la pierna por debajo de la rodilla. Ahora lleva una prótesis de titanio.

Llaman a la puerta y vuelvo en si. Me pongo una sudadera y me levanto de la cama. Recorro el pasillo y abro la puerta. Es Vicent. Le invito a pasar.

—Tenemos que hablar -se apoya en la pared.
—Lo sé-digo tímida.
—¿Qué vamos hacer? -pregunta.
—No lo sé -susurro.
—¿Quieres que volvamos?
—Por una parte si pero por otra no.
—¿Qué quieres decir con eso Em?
—Que nuestra relación está muy gastada Vicent. Nos hemos hecho mucho daño, yo te he hecho daño y jamás me lo perdonaré, no puedo ni mirarte a la cara.
—¿Lo dices por la pierna?
—Sí y más cosas. Por lo de Marcos, por tus padres, por todo las cosas que he hecho sin pensar y al final te han acabado jodiendo a ti en vez de a mí.
—Pero Emma, yo... te quiero.
—Y yo a ti pero no de la misma forma que la primera vez.
—Emma...
—Lo siento, creo que lo mejor para los dos es...
—No lo digas -susurra.
—Seguir adelante, solos.
—Yo quiero seguir adelante contigo -se acerca un paso y yo retrocedo otro.
—Eso no puede ser, lo siento. Pero lo mejor es que sigamos nuestros caminos, que tu hagas tu carrera de arquitectura y yo la mía de diseño y que pase lo que tenga que pasar.
Vicent no dice nada...
—Que seas muy feliz Vicent -digo y abro la puerta.
Vicent sale despacio, no le miro, no puedo verlo así, me destroza pero es por su bien. Vicent sale, se gira y me mira, tiene los ojos vidriosos.
—Emma, por favor...
Me muerdo el labio por dentro, no digo nada, solo cierro la puerta.