I Want You

09.-

POV Omnisciente

Y aún así no se dieron cuenta de que seguían tomados de las manos. De hecho Edgar miró varios segundos las manos entrelazadas de sus amigos pero ni así se dieron cuenta.

-Nos vas a dejar pasar o no?.-Preguntó Jaime con una leve sonrisa viendo como Edgar asentía con la cabeza y se corría a un lado para dejarlos pasar.

Manuel cuando los vio así, gritó internamente. Su shipp estaba pasando. Pero claro, llegó alguien para arruinar todo.

Evelyn apareció los vio también tomados de las manos, haciendo que se confundiera de inmediato.

-Por qué estás tomado de la mano con el profe Nicolás?.-Se atrevió a preguntar Evelyn a Jaime haciendo que Manuel la mirara mal y la puteara por dentro.

Jaime y Nicolás se miraron unos segundos a los ojos para luego mirar sus manos entrelazadas. Estuvieron sintiendo la mano del otro un par de segundos más para luego separarse algo nerviosos.

-No es importante.-Respondió Jaime recibiendo una mirada algo dolida por parte de Nicolás.

Claro que no era importante, fue estúpido al pensar eso. El amor no lo dejaba pensar razonablemente y ahora actuaba como un niño de diez años.

-Donde esta el alcohol?.-Preguntó Nicolás de inmediato, mirando a Edgar.

-Esta en la cocina. Allá también esta Oscar fumando.-Respondió el ruloso apuntando a aquél lugar, por fin sabiendo lo que pasaba entre Nicolás y Jaime pero no diciendo nada.

El moreno asintió y se separó del grupo para ir a la cocina. Apenas entró a esta última vio a otros alumnos de diferentes cursos ahí. A algunos les hacía clases en realidad, así que cuando lo vieron se quedaron en estado de shock pero Nicolás simplemente los ignoró. Se dirigió donde estaba Oscar solo, drogándose.

-Ya empezó tu descanso tan rápido?.-Preguntó el moreno con una sonrisa viendo como su amigo se reía.

-Cualquier momento es bueno para "descansar".-Respondió Bestia con una pausa.-La vida es mi descanso, acaso no debería ser el de todos?

-No te pongas filósofo ahora, deja eso para tu clase.-Dijo el pequeño moreno riéndose mientras sacaba una cerveza y la abría.

-No viniste con Iván?.-Preguntó Oscar, algo estable como para recordar eso.

-Iba a venir con él pero se puso muy desagradable el culiao.-Contestó el profesor Gaulle tomando un buen trago de la cerveza.

-Me cae como el pico.-Dijo Bestia concordando con él.

-En el liceo dijiste que te caía bien.-Dijo el profesor moreno riéndose.

-Bueno, si a ti te cae mal entonces a mí también.-Dijo Oscar también riéndose mientras veía como su amigo volvía a tomar otro sorbo de su trago.-Estás bien?

-Por qué la pregunta?.-Se atrevió a preguntar Nicolás, algo confundido.

-No sé, noto un aura diferente en ti, te siento algo herido.-Respondió su amigo con una leve sonrisa.

-Bien, estás muy drogado.-Dijo el moreno riéndose ligeramente.-Estoy bien, o al menos lo quiero estar ahora.

Oscar se sacó el pito de los labios y casi se lo colocó en frente a Nicolás.

-No quieres? De verdad que esto te hace estar bien.-Dijo Bestia sabiendo de esas cosas.

-No lo sé.-Dijo el pequeño moreno algo dudoso.

-Vamos, si es probar no más, no te va a hacer mal.-Dijo Oscar intentando convencer a su amigo.

El moreno miró el porro y lo iba a tomar cuando lo separaron de su amigo.

-Oscar recuerdas la conversación que tuvimos en la mañana?.-Preguntó Jaime con un tono de voz serio, tomando a Nicolás de la cintura casi como queriendo protegerlo de cualquiera.

-En la que me dijiste que no intentara drogar a Nicolás?.-Preguntó el recién nombrado apenas concentrándose.

-Sí.-Respondió el enojón observándolo.

-No, no me acuerdo.-Dijo Oscar bastante drogado en realidad.

-Bien, realmente estás mal.-Dijo el estudiante especial de Nicolás, quien seguía con su mano en la cintura de este último.-Quieres que Alexander venga para cuidarte?

-Sí, ese culiao me cae bien. Yo me quiero casar con él.-Respondió Bestia con una leve risa.-Y tú te vas a casar con el Nico y el Edgar con el Manuel. Y el Naiko? El Naiko no sé, inventaré a alguien para él llamado Keke.

-Muy bien, ahora mismo voy a traer a Alexander.-Dijo Jaime llevándose a Nicolás de ahí para luego hacerle unas señas a Alexander de que fuera a la cocina. Alex asintió y fue de inmediato a esta.-Nico dime que no te ibas a drogar.

-Solo era para probar.-Se quiso defender el nombrado anteriormente viendo la preocupación en los ojos de su alumno preferido.-Además yo soy un adulto, puedo hacer lo que quiera.

-No si yo estoy acá Nico.-Dijo el enojón observando los ojos de su profesor.

-Claro ahora estas acá cuando antes estuviste toda la semana ignorándome. Hoy fue el único día en que me pescaste pero sabes por qué fue? Porque viste que el Iván quería una cita conmigo porque o si no hubieras seguido con la ley del hielo hacia mí.-Dijo el moreno por fin descargándose, sabiendo que solo lo escuchaba Jaime.-Ahora estas conmigo cuando todos estos días estuviste con ella.

-Con quién? Con la Evelyn?.-Preguntó el alumno especial de Nicolás mirándolo.-Recordemos que fuiste tú el que me dijo que nunca te gustaría y ahora me estas haciendo ataques de celos?

-Creí que era lo más correcto que pude hacer cuando la realidad era bastante diferente.-Dijo el profesor Gaulle con el ceño fruncido, siempre mirando los ojos de su estudiante.

-Y cuál era esa realidad?.-Preguntó Jaime, al igual que el moreno con el ceño fruncido.

-Ya no importa, ahora te gusta ella, no?.-Preguntó Nicolás para luego irse a cualquier parte de la casa y encerrarse en alguna habitación para pensar claramente lo que había dicho.

Nicolás ya no sabía que hacer con Jaime en realidad. El moreno estaba bastante sobrio y había dicho todo lo que había pensado durante la semana pero aún así creyó que no debió haberlo dicho, ya que Jaime estaba mejor sin saber la verdad.

-Cuál es esa realidad?.-Preguntó el enojón detrás suyo, haciendo que Nicolás se sobresaltara un poco ya que ni lo había escuchado entrar al cuarto.

Nicolás reunió todas sus fuerzas y se acercó a Jaime para decir aquello que sabía desde el primer día.

-Me gustas.-Respondió el moreno para luego colocar sus manos en el cuello de Jaime, acercarlo a él y finalmente besarlo en los labios sin arrepentirse. A los pocos segundos sintió como su alumno le correspondía aquel gesto, profundizándolo aún más.