A la mañana siguiente en el reino de Q'i Liko Aki Jiq...
Ella que ha nacido de la Diosa...
Luego de haber vivido dieciocho años Yessat en Tryston, la Emperatriz Kyra ya no pensaba nada malo acerca de las situaciones a las que se habría resistido la primera vez que llegó al planeta. Mientras deslizaba la lengua por los brillosos pliegues de los labios vaginales de la Sacerdotisa Mayor, su respiración se volvió agitada de excitación cuando Ari acabó con un gemido; su orgasmo le hizo saltar los acolchados pezones rosados. El rostro de Kyra emergió para lamerlos y se los metió en la boca para beber de ellos durante largos minutos.
Y, luego, fue el turno de que Kyra sintiera placer cuando Ari la empujó delicadamente para recostarla sobre la espalda y enterró su perfecto rostro en los abundantes senos de la Emperatriz. Le chupó los pezones hasta que Kyra quedó a punto para los tironeos. Sólo entonces, descendió para darse un festín con su canal.
Kyra se sacudió con un gemido; eso hizo sonreír a Ari. La Sacerdotisa Mayor deslizó la nariz y los labios por el sedoso mechón de vello color fuego que cubría el área púbica de la Emperatriz y comprendió por qué cautivaba tanto al Emperador. Era suave al tacto y tenía un color exquisito.
Mientras se levantaba para recostarse sobre el codo al lado de Kira, Ari deslizó la mano sobre los senos de su amiga mientras la contemplaba. "¿Qué te trae aquí hoy?". Su sonrisa fue tan pícara como el primer día que se conocieron. "Al menos, definitivamente no es sólo el aliciente de mi lengua".
Kyra le respondió con una sonrisa y sus manos descendieron sobre su cabeza para descansar mientras Ari le masajeaba los senos y los pezones. Ella suspiró de satisfacción y una sonrisa de bienestar le envolvió el rostro.
Hacía dieciocho años Yessat, Kyra a menudo se sorprendía a sí misma preguntándose el motivo por el que las hembras de Tryston eran fieles a sus amigas. Salvo unas pocas manzanas podridas aquí y allá, nunca evidenciaban la malicia o la traición propia de las hembras terrestres.
Unos pocos años después, la Emperatriz se había percatado por sí sola del motivo por el que las mujeres de Tryston eran tan diferentes de las hembras de la Tierra. Las féminas de este planeta estaban, para decirlo abiertamente, demasiado ocupadas en generarse orgasmos entre ellas como para dar cabida a cosas triviales como la malicia. Lo que había comenzado con darse baños con las Kefas pronto se convirtió en un deporte mas lujurioso.
"Seguramente que no", sonrió Kyra y sus muslos se separaron automáticamente cuando sintió que Ari descendía para acariciarle el clítoris, "tienes una lengua muy talentosa".
La Sacerdotisa Mayor se rió por lo bajo mientras le frotaba el clítoris a la Emperatriz con un movimiento lento y circular. "Dime qué te aqueja, amiga mía".
Kyra suspiró con resignación; se dio cuenta de que había llegado el momento de admitirlo. Le clavó la mirada a Ari mientras, la Sacerdotisa Mayor la acariciaba para excitarla. "Se trata de Jor, mi hijo". Ella respiró hondo. "No importa lo mucho que lo intente, no puedo acostumbrarme a la idea de que le regalen un harén cuando cumpla trece años".
"Ah", murmuró Ari; comprendía la posición de su amiga porque ya habían tocado el tema con anterioridad. "Espero que, a esta altura, te hayas dado cuenta de que un hombre de trece años de Tryston no es igual a uno de la Tierra".
"Sí, pero—".
"Sí, pero, nada". Ari dijo que no con la cabeza suavemente. "Es verdad que las niñas no son mujeres completamente desarrolladas a los trece años, pero no es el caso de los niños. A esa edad, el macho de Tryston es un hombre y sus procesos mentales son tan complejos como los de cualquier otro adulto, sus trece años equivalen a más de cien en la Tierra".
Kyra apretó los labios. "No lo comprendo". ¿Por qué un niño evolucionaría más rápido que una niña?".
Ari se encogió de hombros. "Por naturaleza, es necesario que los guerreros puedan defender a las mujeres de su familia desde temprana edad". Ella la miró con agudeza. "A través de los años Yessat, has sido testigo de la masacre que fue el resultado directo de la actividad de los sediciosos. ¿Acaso puedes imaginar qué le habría ocurrido a nuestras mujeres si no tuviéramos guerreros que nos protejan?".
Kyra lo admitió. "Es cierto". Se rió por lo bajo menospreciándose. "Pero todavía tengo cierta dificultad para aceptar el hecho de que mi bebé sea un hombre maduro en menos de un mes".
Ari sonrió mientras le frotaba el clítoris a la Emperatriz. "Creo que todas las manis sienten lo mismo. Sin embargo", dijo ella con decisión, "debes darte cuenta de que, en este caso, tu Pareja Sagrada tiene el derecho de hacerlo. Jor tiene necesidades que deben atenderse".
Kyra suspiró pero no dijo nada.
Ari continuó. "El Gran Rey ya recibió los consejos de las sacerdotisas menores".
Kyra arqueó una de sus cejas pelirrojas. "¿Consejos?".
"Se la chuparon", clarificó la Sacerdotisa Mayor.
"Eso me temía".
Ari se rió. "¿Acaso te gustaría que tu pobre hijo muriera por una explosión de su escroto?".
Kyra gimió; la imagen mental fue tan nefasta como la idea de que aconsejaran a Jor.
"Ahora el Gran Rey lujurioso sólo recibirá una chupada", aseguró Ari, "ninguna puta lo montará hasta la noche de su cumpleaños número trece".
"Tan sólo espero poder aceptarlo cuando llegue el auspicioso día", dijo ella con aspereza.
"Lo harás", dijo Ari con firmeza. "En el transcurso de las próximas semanas notarás vertiginosos desarrollos en el proceso mental y en el cuerpo de Jor. Su altura dará otro salto de unas seis pulgadas, su cuerpo se volverá más musculoso y, la noche de su cumpleaños, no te quedarán dudas de que tu hijo es un guerrero totalmente maduro".
Kyra asintió con la cabeza; esperaba que todo fuera como decía su buenaamiga. Se resignó ante lo inevitable, alejó las preocupaciones de su mente y seconcentró en el orgasmo que se acercaba rápidamente.

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Sin Piedad (H.S) 2
Science-FictionEl siguiente material incluye contenido sexual gráfico para lectores adultos. Esta historia ha sido calificada como una obra de contenido E por un mínimo de tres críticos independientes. Las escenas de amor sensuales son explícitas y no dejan nada l...