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Al terminar Harry el relato, Louis se levanta instantáneamente y se sienta al lado del oji verde.
Rodea con sus brazos el cuello del rizado, al mismo tiempo que limpia con sus dedos las lágrimas que bajaban por las mejillas de este, a igual las suyas ya que no paraba de bajarle las gotas saladas por todo su rostro.

El rizado no dejaba de sollozar al recordar toda la vida de mierda que había pasado desde muy niño y en sí sentía por primera vez temor de experimentar lo mismo nuevamente, pues había sepultado todo ese sentimiento hasta lo más profundo de su corazón y mente.

--- Harry... No llores por favor, no ves que me rompes el corazón.
- Al mismo tiempo que el rizado negaba con su cabeza.

--- Dejamé, al fin y al cabo siempre estaré solo, pues estoy destinado así. - Murmuraba el rizado con el semblante decaído.

--- ¡Por Dios! No seas duro contigo mismo y no estás solo acaso no ves que estoy contigo.

--- No entiendes Lou, siempre terminan alejándose de mi de alguna o de otra forma pero se marchan.

Louis sostiene la barbilla del rizado y lo mira directo a los ojos, dándole un corto beso en los labios.

--- Miramé Harry, quiero que me veas con esos par de ojos tan verdes y hermosos que tienes​, éste chico que ves al frente tuyo jamás nunca te va abandonar ¿Sabes porqué? Porqué me atrapaste, no sé Comó Coños Lo hiciste pero no podría estar sin un minuto sin mirar tu rostro, jamás podría dejar apreciar esos hermosos hoyuelos que se dibujan en tus mejillas al sonreír, ese ceño fruncido que hace denotar cuando algo no te gusta o estas confuso, lo cuál te hace ver verdaderamente sexy, nunca podría parar de mirar esos exquisitos labios. Qué con un demonio, ahora que los probé nunca podría vivir sin ellos... Nunca podría vivir Sin Ti.

Harry lo miraba fijamente, cada palabra que escuchaba le calaba hasta lo mas profundo, su corazón latía muy rápido y los sentimientos que le despertaba este chico los tenía a flor de piel, sentía su respiración chocar contra la de éste y por primera vez sentía que no estaba solo.
Lou lo hacía sentirse completo, después de muchos años había llegado ese alguien que le diera sentido a su vida nuevamente.

El rizado trata de controlar su respiración ya que su corazón parecía salirse de su pecho.
Esta vez es él oji verde que sostiene la barbilla del menor y le da un beso muy suave en los labios.

--- Lou, quiero que sepas que al igual que tú, no sé como diablos me hechizaste, aunque creó que fue esos hermosos orbes azules que desde la primera vez que los vi de cerca me incomodaron, pero no porque no me gustasen. Si no porque me cautivaron y por más que traté de desviar mi mirada e ignorarlos ya me habían atrapado, junto a esos lindos y delicados labios que al probar su exquisito sabor no pude resistirme a tenerlos nuevamente sobre los míos y quiero que sepas que no podría vivir sin la persona que me hace sentir vivo y esa persona Eres .

Ambos juntaron sus labios los cuales se movían apasionadamente por cada rincón de sus bocas.
Sus lenguas se entrelazaban con rápidos movimientos, mientras aprisionaban con sus dientes sus labios inferiores generando leves mordiscos que los tornaban de un color rojizo.

El rizado se recuesta aun más sobre el tronco de aquel inmenso roble, el oji azul se posiciona encima de su cuerpo y abre uno a uno los botones de su camisa, descubriendo todo el pecho de éste y comenzando a marcar pequeños chupetes de arriba a hacía bajo.

--- Eres perfecto. - Murmuraba Louis recorriendo con sus labios todo el cuerpo hasta parar en la zona púbica del rizado, la cuál se encontraba totalmente depilada.

--- Soy todo tuyo Lou. - Mencionó el rizado seguido de suspiros deseosos de que éste llegara hasta su miembro, el cuál empezaba a ponerse duro al sentir todas las caricias y chupetones que le propinaba el menor.

El Trébol Sin Suerte(LARRY STYLINSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora