Estoy frente del espejo usando jeans y mis confiables tenis azules. En una mano tengo una camisa negra y en la otra, una verde musgo horrenda que me regaló Scott. No, mi tío no sabe nada de ropa, al igual que yo, y este fue su pobre intento de regalarme algo de etiqueta.
Pero mejor me quedo con la negra, es la que usé el día de la fiesta de fin del curso, aquella vez que lancé a Tay al agua y terminamos chorreando los dos. Fue hace solo dos o tres semanas, y parece haber sido hace un año.
-Por los buenos tiempos -digo mientras me abrocho la camisa.
Escucho que tocan la puerta y veo a Caroll asomarse sonriendo. Cuando le dije que Paul hacia una fiesta en su casa, prácticamente se puso a caminar por las paredes. Las tías normales no se pondrían muy felices de que su sobrino fuera a una casa de con gente que desprecia a beber alcohol y Dios sabe que más, pero la mía sí.
-Oh Cal, estás precioso -dice mientras me toma los cachetes- ¿Cúando creció tanto mi bebé?
Preguntas estúpidas y esta -Bueno, las cosas cambian después de quince años.
-No te pases de listo -me aprieta, o mejor dicho, me retuerce la mejilla y sale de la habitación guiñandome el ojo, mientras yo me sobo el cachete.
-¡Pensé que eran las abuelas las que hacían esto, Caroll! ¡No me había dado cuenta de lo vieja que estás! -le grito desde la puerta, a lo que ella me revolea una chancla. Por suerte me meto antes de que me pegue.
Bien, ahora mi cabello, ¿Qué hago con este nido de pájaros color azabache? Esto es raro pero, lo voy a peinar. Tomo el peine y lo miro pidiéndole disculpas.
-Ah...aah... ¡AY DEMONIOS! -grito lanzando el estúpido peine al otro lado de la habitación. ¡Me arrancó la mitad del pelo! Aunque no quedó tan mal. Me miro al espejo y sonrió de lado.
Soy todo un galán.
Salgo mi habitación y me encuentro con Scott intentando hacerle una trenza a Dana, su cara de concentración es similar a la de un cirujano haciendo una operación a corazón abierto.
-Papá ¡Me duele! -dice quejándose mi pequeña prima.
-Shh, estoy trabajando -respondé su padre.
-La estás matando -replico.
Levanta la mirada para decirme algo, pero en vez que eso me mira con los ojos como platos.
-Por todos los santos, que alguién me pellizque.... ¡Caleb se peinó!
-Cállate -le digo arrojándole un cojín. Escucho el sonido de un claxón, tomo mis llaves y salgo por la puerta, mientras Scott me grita algo.
-¡¿A qué hora vuelves?!
-¡Ni puta idea! -digo y me meto al auto de Dennis. En el asiento de copiloto está Ian, qué raro.
-¿Listos para la mejor fiesta del año? -me dice mi amigo volteándose para verme, y frunce el ceño- Caleb, ¿Acaso te peinaste?
Bufo y ruedo los ojos -¿Qué tiene de raro?
-Tú y el peine son enemigos mortales.
-Bueno, si a eso te refieres, al pobre ya lo destrocé, ¿Cúando piensas arrancar?
-Si me lo pides así... -dice y gira la llave de contacto- bien chicos, estamos en camino a la Collins's Fest.
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Sea Sound © (Editando)
HumorPlaya, olas y nada que hacer. Un verano perfecto. Pero no, no lo será hasta que Caleb se de cuenta de que su vida es más divertida cuando sale de su estado de confort para enfrentar la realidad del amor. Tabatha Collins, un dolor de cabeza... y de c...