¿Recuerdan esa sensación que tuvieron al dar su primer beso? ¿Esos nervios que sentían cuando su rostro se acercaba al de la chica o chico al que estaban por besar?
¿Recuerdan esa primera vez que sus labios rozaron los de otra persona?
Volví a sentir todo eso cuando besé a Tay. Como si fuera la primera vez que besaba a alguien, y déjenme decirles que esta fue mucho mejor. Fue como olvidarme como se hacía, se sentía como pisar terreno desconocido, y me gustó. Me gustó pensar que me estaban pasando cosas que nunca pensé que viviría. ¿Quién, hace un mes, diría que besaría a Tabatha Collins?
Así es, nadie.
Aunque, técnicamente, ella me besó primero. Mierda que me sorprendí, pero fue la sensación más maravillosa del mundo. Sus labios, son más suaves que la espuma del mar, y se movían tan despacio sobre los míos, saboreando cada momento.
No puedo evitar llevarme una mano a mis labios recordando el beso. He estado así de estúpido desde...
¿Desde que naciste?
Desde que hace más de una semana, imbécil. No he visto a Tay desde ese día, y me estoy muriendo. De tanto recordar me empiezan a doler los labios, si eso es posible.
Hoy es fin de año. Voy a ver a todos mis parientes... ¡Iupi!
No me malinterpreten, es que, la mayoría son adultos que cada año dicen lo mismo: ''¡Pero miren a Cal, es todo un hombre!'' ; ''¿Desde cuando estás tan lindo?'' ; ''Nuestro chiquitín está creciendo''. ¡Oh! Y no olvidemos a mis tías abuelas que me estrujan los cachetes hasta que siento que la piel se me desprende del rostro.
Y por el otro lado, mis primos. Mis odiosos primos de cinco años que se unen con Dana para hacer de las fiestas un Infierno. Imagínenlo, diez pequeños mocosos, todos llenos de azúcar en su organismo y eufóricos por los fuegos artificiales.
Y de seguro tu eras un ángel de pequeño, ¿Verdad?
Eso... eso no es de tu incumbencia. Por suerte está Lena.
Lena es la hija de la prima segunda de Scott. No esperen, es la hija del primo de... en fin, es algo así como mi prima. En realidad no nos une nada sanguíneo porque Scott no es mi tío biológico, pero ¿Qué más da? Si viviera cerca de mi casa seguro sería una más en mi grupo de amigos.
Tiene quince años, igual que yo, y estoy seguro de que es un chico atrapado dentro de una chica. ¡Puede decir el abecedario con eructos completo! Usa ropa unas tres tallas más grande que su pequeño cuerpo y ama las gorras con visera.
Y, claro está, surfea como el infierno.
No es mejor que yo, por supuesto, pero casi lo es. Como ella y su familia viven en el otro extremo del ''lado pobre'' tiene la parte de la playa más tormentosa y donde las olas son gigantescas. Mi tía nunca me deja ir a ahí porque es peligroso, pero Lena ya está acostumbrada y cuando están de visita en mi casa dice que mis olas son una burla para el surf. Ja, ja.
Solo nos vemos en las fiestas y se queda a dormir en mi casa tres días. Es lindo, porque me hace acordar a cuando éramos niños, antes de conocer a Paul y mis amigos, donde era la única amiga que tenía.
Y lo más lindo, es que seguimos siendo igual de tontos que cuando teníamos cuatro años.
—¡Caleb! Ven a ayudarme, ¡La mesa no se va a poner sola, Maldición! —Caroll está un poco... cómo decirlo ¿Frenética?
Cuando se avecinan las fiestas se pone así de loca. Quiere que todo esté perfecto, cada plato en su lugar, los cojines del sillón separados cada seis milímetros, que las malditas cucharas para la sopa no se mezclen con las del postre, y un montón de cosas inútiles más. Creo que soy el único que se da cuenta que cuando la horda de sabandijas monstruo (Es decir, mis primos) lleguen a la casa, todo su esfuerzo se irá directo al caño.
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Sea Sound © (Editando)
MizahPlaya, olas y nada que hacer. Un verano perfecto. Pero no, no lo será hasta que Caleb se de cuenta de que su vida es más divertida cuando sale de su estado de confort para enfrentar la realidad del amor. Tabatha Collins, un dolor de cabeza... y de c...