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Capítulo 7: Esto es vida

Viernes ¡Por fin es viernes! Sin duda esta fue la semana más larga de mi vida, aunque debo decir que la pasé muy bien, excepto claro por el idiota de Jordan...

Me levanto y me cambio rápidamente. Salgo de mi cuarto y me sorprendo al ver a Dennis acostado en mi sofá, durmiendo. Me acerco a él lentamente y cuando estoy a unos centímetros de su cara, aplaudo con fuerza al lado de su oreja. Siempre que me quedo a dormir en su casa lo despierto así, es como una tradición. 

Se levanta maldiciendo y amaga con pegarme, pero soy más rápido y le cojo el brazo antes de que me haga algo.

—¿Te encuentro durmiendo en mi casa e intentas pegarme?

—Es mi forma de demostrarte cuánto te quiero —dice ofendido y sale disparado a la cocina. Voy detrás de él y abro el refrigerador, saco la leche y él, la caja de cereal. Me pasa un tazón y nos sentamos los dos a comer encima de la mesada.

—¿Qué haces despierto a esta hora? —me pregunta.

—Podría decirte los mismo pero... ¿Cómo rayos entraste a mi casa?

Sonríe y me muestra un juego de llaves colgando de su mano —Tengo las llaves de todos amigo.

—No sé si debería reírme o preocuparme.

—Por alguna razón todos olvidan sus llaves en mi casa, así que las guardo.

—Ah... ¿Me las devuelves?

—No.

Suspiro y lo vuelvo a mirar —¿Me vas a decir por qué entraste a mi casa a las seis de la mañana de un viernes?

—Te tengo dos noticias, una mala y una buena, ¿Cúal quieres primero?

—La mala, así pasa rápido.

—Bien —mete la mano en el bolsillo y saca un papel doblado a la mitad—. Toma.

—¿Qué es esto? —digo cuando desdoblo el papel.

—La planilla de éxamenes, comienzan este lunes —me dice tranquilamente mientras come su cereal.

—¿QUÉ? —Había olvidado completamente los malditos exámenes. Aún no estudié nada.

—Lo siento, fui a buscar la mía ayer y me pidieron que te de la tuya, pero no te encontré en toda la mañana.

Me paso las manos por la cara y miró por la ventana de la cocina —¿Y cúal es la buena noticia?

Dennis sonríe, hace un redoble de tambores contra la mesa y dice: —¡Fiesta en casa de los Collins mañana!

Escupo lo que me queda de cereal en la boca y lo miro sorprendido —¿Fiesta en casa de Paul? ¿Y estamos invitados?

—Así es. El señor y la señora Collins estarán en un importante viaje de negocios hasta el martes, por lo que Paul tiene planeado destruir la casa mientras no están.

—Guau, es... increíble. No voy a la casa de Paul desde que tenía unos... ocho años.

—Ni yo... ¿Seguirán teniendo ese horrible cuadro de la abuela de Paul?

Estallo en una carcajada al recordar esa foto. No soy un amante de las fiestas como Dennis, pero estoy seguro que esta será genial porque bueno, es en una mansión de los ricos. Habrá alcohol del bueno, un DJ, luces, todo lo que te puedas imaginar.