POV'S Tabatha
Una de las cosas que siempre he adorado del mar es como se detiene el tiempo bajo el agua. Los movimientos se ralentizan y puedes sentir las vibraciones de cada minúscula cosa que sucede a tu alrededor. Los rayos del sol iluminan la superficie y todo se ve borroso, como en una pintura abstracta.
Lástima que ningún ser humano puede vivir bajo el agua por siempre, y que la realidad está allí afuera en el exacto segundo que nadas hacia arriba y pasas de oír el sonido tenue del agua a respirar bocanadas de aire puro y el ruido de las olas y los pájaros, el viento entre las palmeras, y tu propia respiración inundan tus oídos.
Y ahí estás, viendo a tu novio, que tiene la cara de terror más grande de la historia al darse cuenta de que acaba de decir la palabra con ''A'' por primera vez.
Te amo...
Dos palabras, cinco letras que abordan tantos significados como segundos en un año. Puedes amar a tu familia, a tus amigos, a tu perro, a un profesor de la escuela que te trata bien, amar a un cantante, a una banda, a un actor, un personaje de un libro, un escritor... pero cuando le dices te amo a tu pareja, y por primera vez, es algo muy distinto. Porque no es el tipo de amor que le profesas a tu mamá o papá, no es el mismo ''Te amo''.
Es el ''Te amo'' de cuando estás enamorado. Y yo sé que he estado enamorada de Caleb desde que pise esta isla y me preguntó cómo estaba, pero nunca pensé escuchar esas dos palabras de sus labios, o al menos no tan pronto. Sé que está asustado porque yo también lo estoy, francamente, Caleb es tan lento que suspuse que yo lo diría primero... si es que llegaba a decirlo siquiera.
Me subo a mi tabla, como puedo porque tengo la mirada clavada en la de Cal, y me quedo así, sentada, temblando y observándolo. Él está igual, con la boca entre abierta, queriendo decir algo pero sin saber qué. Se me secó la boca y tengo que humedecerme los labios para hablar.
—Yo también... —digo y algo en mi corazón se revuelve—. Yo también te amo Caleb.
Esa sensación de miedo horrenda que te invade cuando dices algo esperando una respuesta que no llega y temes a que nunca lo haga, pero... que se esfuma en el aire cuando ves al chico que amas sonreír y el brillo en sus ojos de felicidad. Su sonrisa es contagiosa y no puedo evitar sonreír, a la vez que siento como el rubor se extiende por mis mejillas, mi frente, mis brazos y todo mi cuerpo. Suerte que estoy bronceada...
—¿No deberíamos besarnos o algo? —pregunta después de un rato mirando al cielo.
—No sé, nunca había hecho esto antes.
—Ni yo, pero en las películas siempre lo dicen después de algo dramático. Como cuando la chica se tiene que ir en avión, entonces él está en su casa deprimido y solo, y de repente se da cuenta de que es el amor de su vida y que sin ella no es nadie. Sale pitando al aeropuerto y camina como loco desesperado gritando: ''¡Menganita, Menganita!'' Pero Menganita ya se había subido al avión, entonces se sienta en una silla y comienza a llorar, y desde el otro lado de la sala escucha a alguien llamándolo y ve que es Menganita que va corriendo a sus brazos. Lo besa como si no hubiera mañana y le dice que lo ama. Fin.
—¿Fin?
—Bueno, no. Luego sale la segunda película en la que él conoce a una chica muy linda e intrépida, diferente a Menganita y no sabe si le gusta o no, entonces Menganita se pone celosa y se separan. Fulanito se tira varias veces a la chica nueva y se da cuenta de que en realidad ama a Menganita y que siempre fue así y bla bla bla...
—¿Y si Menganita conoce un chico?
—La historia se repite exactamente igual solo que cambiando los sexos de los protagonistas.
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Sea Sound © (Editando)
HumorPlaya, olas y nada que hacer. Un verano perfecto. Pero no, no lo será hasta que Caleb se de cuenta de que su vida es más divertida cuando sale de su estado de confort para enfrentar la realidad del amor. Tabatha Collins, un dolor de cabeza... y de c...