Capítulo 24.

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Narra Jimin:

"Sí, es eso lo que yo quiero sentir toda mi vida. Algo parecido a lo que he sentido minutos antes. Esa sensación de poder volar con una mirada, un roce, una sonrisa. Su sonrisa." pensé para mis adentros, intentando no ser consciente de que eso era lo que buscaba.

***

- ¡Suga! -grité para que se parara pero éste hizo caso omiso de mi llamada y continuó andando cada vez más rápido.

Joder.

Corrí detrás de él hasta alcanzarle y le cogí de la muñeca bruscamente para que se detuviera.

- Te he llamado, ¿estás sordo y no me escuchas?

- Suéltame la muñeca ya. -dijo sin darse la vuelta.

- Cállate. -respondí adelántandome y tirando de él.

- Jimin suéltame, me haces daño.

- No, eres tú el que se lo hace. Yo solo te estoy agarrando de la muñeca, no es mi problema si tu no te estás quieto.

Llegamos a mi coche que se hallaba aparcado no muy lejos de allí.

- Entra. 

- No quiero, ni siquiera sé que pretendes pero Jimin, te advierto que no te voy a hacer caso. Estoy harto de que todos me tratéis como una mierda y de que hagáis lo que queráis conmigo y que yo, como idiota que soy no haga nada al respecto.

Nuestras miradas se encontraron y sentí un repentino y desconocido impulso de besarle pero me contuve y en vez de eso le obligué a meterse dentro.

- Entra. -repetí.

- Que no quiero, ¿cómo te lo tengo que decir?

- Bien, tu lo has querido.

Le cogí de las piernas y me lo cargué a la espalda. Como pude cerré la puerta del coche y puse la seguridad y acto seguido eché a andar con Suga cargado a la espalda como si de un saco de patatas se tratara.

- ¡Bájame Jimin! -protestó Suga inútilmente.

- Ya que no has querido hacerlo por las buenas he tenido que recurrir a mis métodos. Si esto es lo que querías, lo has conseguido.

- ¡Vale joder! Me montaré en el maldito coche si eso es lo que quieres.

- Así me gusta.

Volví sobre mis pasos y cuando estuvimos al lado del vehículo descargué a Suga de mi espalda y le abrí la puerta para que éste entrara. Cerré la puerta del copiloto y a toda prisa me fui al asiento del piloto para llevar a Suga al lugar que me ayudó a despejarme cuando me pasó algo parecido a lo que le estaba pasando a él.

***

Narra Suga:

Me subí al coche a regañadientes, aquél idiota siempre se las apañaba para conseguir lo que quería.

Condujo durante diez minutos y por fin se paró frente a un edificio alto y bastante moderno. ¿Qué hacíamos allí?

- Baja. -dijo abriéndome la puerta.

Hice caso de su orden no muy convencido de aquello que pretendía.

- ¿Dónde estamos? -pregunté alzando la vista y admirando una vez más la bonita fachada de la construcción.

- Espera y verás.

Me cogió de la muñeca y tiró de mi hacia el interior. No me había dado tiempo a observar todo lo que me rodeaba, la cantidad de lujos de los que estaba dotada aquella enorme sala cuando entramos al ascensor y las puertas se cerraron detrás de mí. Nos mantuvimos callados mientras el ascensor subía cada vez más y más hasta llegar a la planta más alta.

Salimos de la cabina sin habernos soltado aún de la mano y me guió por el pasillo hasta llegar a unas escaleras que subían hacia arriba. Abrió la puerta metálica que nos cerraba el paso y por fin pude ver hacia donde me llevaba.

Dejé que el aire que azotaba fuerte aquél día me diera en la cara y que se llevara todos mis problemas con él. Abrí los ojos otra vez y me encontré a la única persona que se hallaba allí conmigo, Jimin. Caminé hacia él y me apoyé en la barandilla a su lado.

- ¿Por qué me has traído aquí?

- Venir aquí me ayuda, supuse que causaría el mismo efecto en ti.

- ¿Cómo es que nos han dejado entrar?

- Éste edificio es de mi tío y me deja entrar y salir cuando quiera siempre y cuando no arme jaleo aquí dentro.

Miré hacia el frente y admiré las vistas desde allí, sintiendo como una sensación de libertad me inundaba por dentro.

- ¿Tu sigues queriendo a Jungkook? Es decir, ¿le sigues amando? -soltó de repente.

Giré mi cabeza y le miré para saber con que propósito me preguntaba aquello pero éste tan solo mantenía la mirada fija en el horizonte.

- Nunca he amado a Jungkook. Le he querido si, pero hoy, al hablar con él, me he dado cuenta de que nunca he amado a nadie. Y tú, ¿amas a Seulgi?

- No.

- La quieres entonces. No pensaba que fueras de esos que tienen relaciones largas.

- No la quiero.

- Entonces, ¿por qué estás con ella? -pregunté un poco confuso.

- No sé. Supongo que le tengo cierto aprecio.

- Está bien. Espero algún día encontrar a alguien que no me engañe y que me quiera. -dije con sinceridad.

De pronto él giró su cabeza y nuestras miradas se encontraron. Por primera vez desde que nos habíamos conocido habíamos estado hablando como dos amigos lo hubieran hecho, sin peleas ni gritos ni insultos.

- Lo harás. -dijo esbozando una media sonrisa.

- Gracias por traerme aquí Jimin.

- De nada, yo... Yo también necesitaba venir. -dijo desviando su mirada.

- Y ahora... ¿volveremos a clase?

- No sé yo... Tenía pensado ir al parque de atracciones. No me apetece ir a clase para nada. Vienes ¿no?

- No tengo dinero así que no me puedo pagar la entrada.

- Yo lo haré, al fin y al cabo tu dinero se quedó dentro de tu mochila y tu mochila la tengo yo.

- ¿Enserio? Gracias por cogerla.

- Deja de agradecer y vamos.

Pasamos toda la tarde allí entre risas y atracciones. Lo pasé realmente genial, aún no me creía que aquella persona fuera el Jimin que hasta hoy había conocido.

***

Al llegar a casa, mi corazón latía con mucha más fuerza que antes y me era imposible dejar de sonreír. Pronto tendríamos un puente en la universidad y no tendríamos clase por 5 días, me gustaría agradecerle a Jimin lo que había hecho por mi hoy.

Estaba ilusionado de haber encontrado a alguien tan genial como lo era él, porque por mucha fachada que él pintase no era quien aparentaba ser. Pero a la vez, me hallaba temeroso de que aquél cambio conmigo no fuera permanente.

When your eyes meet mine. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora