Capítulo 28.

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Narra Yoongi:

A la mañana siguiente me desperté con un vago recuerdo de lo sucedido la pasada noche y con una extraña sensación de lo que posiblemente hubiera sido una ilusión por el cansancio de la pasada noche.

Me vestí y bajé a la cocina a por algo para llenar un poco mi vacío estómago. Esperaba que a aquellas tempranas horas de la mañana después de que muchos de ellos hubieran bebido, la sala estuviera vacía pero, desgraciadamente, no fue así.

Prefería que me golpearan antes que volver a presenciar la escena que ante mis ojos se presentaba. Frente a mi se hallaban Jimin y Seulgi. Ella estaba sentada sobre la encimera de la cocina con, una vez más, aquella larga camiseta que dejaba a la vista sus largas y perfectas piernas. Mientras que él, de espaldas, preparaba algo para comer. De vez en cuando, él alzaba la vista de lo que hacía para mirarla y dirigirle una sonrisa.

Iba a entrar pero decidí que sería mejor volver sobre mis pasos y dejar allí a la pareja, pero antes de que pudiera hacerlo, Seulgi volvió su vista al frente descubriéndome.

- ¡Hola Yoongi! -me saludó esbozando una sonrisa.- ¿quieres comer algo?

- No, yo solo... venía a beber agua. -dije inventándome una excusa lo más rápido que pude.

- Había hecho tortitas, ¿no quieres? -preguntó Jimin ofreciéndome de uno de los platos en los que había preparadas montañas de ellas.

- No, gracias.

Me volví y salí de allí antes de que pudiera preguntarme nada más, evitando así una desastrosa conversación y me dirigí hacia mi habitación. Una vez dentro, me dejé caer exasperado en la cama.

Extrañamente el ver aquella escena en la que ambos se miraban con aquella complicidad había hecho que algo así como un sentimiento de molestia se removiera en mi interior.

Me quedé pensativo mirando al techo durante un tiempo y, de repente, me acordé de la suave textura que tenía la arena húmeda de la playa la noche pasada, de la inmensidad del cielo estrellado y del resplandor de la luna blanca reflejada en el tranquilo mar que ante nosotros se extendía, meciéndome con el sonido del vaivén de sus olas en un profundo sueño.

De pronto, el sonido de alguien tocando a la puerta de la habitación hizo que me sobresaltara y que saliera de aquella ensoñación en la que había caído presa de los recuerdos de la noche pasada.

- ¿Si? -pregunté dando así paso a la persona que se hallaba al otro lado de la puerta.

De repente vi asomar una bandeja llena de tortitas de las que había hecho Jimin, un vaso de zumo y una taza de café cuyo olor se extendió por toda la habitación.

- Sé que habías ido a comer algo pero no logro comprender porqué te diste media vuelta nada más llegar. -dijo Jimin entrando con la bandeja a la habitación.

- Jimin n-no hacía falta.

- Nah, calla. Por cierto, después quiero que te vistas y bajes. Vamos a ir a un sitio.

- ¿Qué sitio? -pregunté a la vez que le miraba dudoso de su propósito.

- Ya lo verás. Tu haz lo que te he dicho.

Dicho esto, se fue de la habitación dejándome con un mar de dudas por aquello que tenía planeado. Comí lo que me había traído Jimin y me vestí después de lavarme los dientes y demás. Cuando estuve listo, bajé pero no había nadie así que me senté en el sofá a esperar.

Me puse a mirar el móvil y de repente, alguien apareció frente a mí. Levanté la vista y le vi allí sonriendo. Miré hacia ambos lados pero no encontré a nadie más allí en la sala cosa que me extrañó.

When your eyes meet mine. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora