Capítulo 29.

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Narra Jimin:

Seguí a Suga con la mirada mientras Seulgi seguía encima de mí. Cuidadosamente la aparté y subí a la habitación seguida por ésta.

Lo había pasado genial ese día y quería descansar, pero algo dentro de mí me decía que tenía que pasar algo de tiempo con ella, después de todo, ella era mi novia. Decidí dejar que viniera a mi habitación a pasar el rato.

Nada más entrar, me senté en la cama y ella hizo lo mismo. Puse música, cogí mi móvil y me dispuse a mirarlo pero de pronto, Seulgi se apegó más a mi y empezó a acariciar mi cuello de arriba a abajo. La miré y ésta sin previo aviso se apoderó de mis labios y los besó con fuerza. Seulgi me arrebató el móvil de la mano y lo apartó para acto seguido subirse encima de mi y atrapar mi rostro entre sus manos evitando así que me pudiera escapar.

- Jimin quería preg-

Me asusté al escuchar aquella voz de repente. Ambos miramos en dirección a la puerta donde aquella persona seguía estática con el rostro sonrojado, al igual que yo después de dejar que cualquiera pudiera ver tal escena.

- L-lo siento... no sabía... lo siento. -se disculpó antes de girarse y salir de la habitación.

¡Mierda! Apoyé la cabeza contra el cabecero de la cama y Seulgi me miró con el rostro sonrojado mientras se lo cubría con las manos.

- Lo siento Jimin... y-yo no escuché nad-

- No te preocupes. -respondí esbozando una falsa sonrisa.

Ésta se quitó de encima y aproveché para tumbarme en la cama, se acomodó a mi lado de nuevo y apoyó su cabeza en mi pecho. Miré hacia el techo y me detuve a pensar en lo que tenía que hacer. Él había visto lo que estaba sucediendo y aquella idea no me agradaba en absoluto pues se podría hacer una idea de algo que no iba a suceder, al menos no de mi parte. Cerré los ojos y maldije interiormente mi mala suerte.

Mañana sería mi último día, mi última oportunidad.

Ni siquiera sabía como ni cuando iba a hacerlo pero no tenía intención de aplazar más días aquel sentimiento que me carcomía por dentro y que me pedía a gritos salir.

***

Me había pasado el día de aquí para allá pensando en el maldito discurso y aún no había logrado encontrar ninguno lo suficientemente bueno. Ya quedaba poco para que oscureciera y yo no había hecho nada, ¿era eso posible?

Frustrado salí de la casa y miré hacia ambos lados. Me dirigí hacia la derecha con el corazón palpitándome muy fuerte en el pecho y llegado a un punto me senté. Ahí fue mi mundo se paró y ya no había nada más. Cuando todo a nuestro alrededor se difuminó y mi visión no veía nada más, tan solo a él.

- Bonito ¿eh? -dije de repente haciendo que el pequeño pegara un bote.

- ¡Oh! Eh... Si. -respondió. Y volvió a fijar su visión al horizonte.

- Suga yo... Eh... Tenía que decirte algo... Bueno, esto y-yo quería haberlo hecho hace mucho tiempo pero n-

- ¡JIMIN! -gritó una voz femenina de repente.

Seulgi vino apresuradamente hacia nosotros y cuando llegó a nuestra altura se sentó a mi lado.

- Bueno yo me voy. -dijo Suga levantándose.

¡Mierda!

Me levanté minutos más tarde y, sin pensármelo, fui tras él dejando a Seulgi en la arena perpleja por mis actos. Pero poco me importó. Caminé lo más rápido que pude pero justo cuando estaba a punto de alcanzarle, una mano sujetó fuertemente mi muñeca. Seulgi se tiró encima de mi rodeando mi cintura con sus brazos y haciendo que me detuviera y que la última oportunidad que tenía se esfumara a tan solo unos centímetros de mi. Bajé el brazo y vi como sin darse cuenta se alejaba cada vez más mientras yo seguía allí parado viendo como éste se iba y yo no podía hacer nada.

***

El día después de la vuelta, dos días antes de volver a la universidad, mi estado de ánimo era nulo. Apenas había salido de la cama pues no tenía ganas de hacer nada.

Volví a pensar en cómo, como un idiota, desperdicié aquello que había planeado y volví a maldecir mi suerte otra vez. De repente mi móvil sonó y fui a mirarlo esperanzado de que fuera él pero, en su lugar, era un mensaje de invitación a una fiesta. Tonto de mí... ¿por qué iba Suga a mandarme algo?

Volví a taparme hasta la cabeza con las mantas pero de pronto, una idea cruzó mi mente y lo vi claro.

Enviado hoy a las 13:06
Esta noche hay una fiesta, ¿te apuntas?

No dudé un segundo en enviarlo y sostuve el móvil en las manos esperando a que me contestara.
Minutos más tarde el mensaje no llegaba y yo había tirado la toalla.

Justo cuando iba a dejar el móvil a un lado y volver a taparme con las mantas, el móvil vibró y corriendo lo desbloqueé pensando que podría ser él pero una vez más, no lo era.

Recibido a las 13:48
Gracias por este finde tan genial. Te quiero. ♡

Dejé el móvil a un lado y suspiré. No tenía ganas de responder a ese mensaje porque, ¿qué le podría decir? ¿que yo no sentía nada por ella? ¿que me había enamorado de alguien que apenas parecía verme?

Y si, enamorado. De él, de su sonrisa, de sus muecas cuando se enfada y sus contestaciones bordes, de sus ojos cuando se emociona, de su fría forma de ser y de todas esas pequeñas cosas que hacen que uno se enganche. Me gustaba Min Yoongi, me encantaba más bien. Yo me siento bien cuando el está a mi lado, todo parece pesarme menos y cuando estoy con él, el tiempo no es más que solo números cambiantes.

When your eyes meet mine. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora