When your eyes meet mine. (Yoonmin)

Capítulo 30.

Narra Jimin:

Iban a ser las seis y aún no había recibido una respuesta. Miraba el móvil cada cinco minutos esperando que, al desbloquear el móvil, apareciera un notificación que me indicara su respuesta, pero nada. No iba a ir a la fiesta por el simple hecho de que si hubiera ido, hubiera sido porque sabía que Yoongi iba a estar allí.
Así que, evité a toda costa ir y que Seulgi quisiera venir a mi casa a, según ella, "hacerme compañía".
Quería estar solo y sabía que la única compañía que necesitaba nunca iba a venir.

De repente, una genial idea cruzó mi mente y me levanté, cogí la chaqueta y salí por la puerta lo más rápido que pude. No sabía si hacía bien pero tampoco quería pensarlo mucho pues sabía que si lo hacía, me acabaría echando hacia atrás y aquello era algo que no quería.

Al llegar allí, el pecho me latía con demasiada fuerza y ya no era por que hubiera llegado allí casi corriendo sino por la adrenalina que recorría mi cuerpo por el simple hecho de pensar la locura que iba a hacer. 

Llamé varias veces a su timbre hasta que una voz adormilada respondió.

- ¿Si?

- Soy Jimin, vistete. Te espero.

- ¿Qué? ¿Jimin? ¿Qué haces aquí? ¿Jimin?

Decidí no responderle y alejarme del telefonillo para que no pudiera escuchar ningún ruido y que éste creyera que yo ya me había ido. Esperanzado de que aquella repentina visita hubiera tenido éxito esperé sentado en los escalones de la entrada durante 10 minutos pero Suga no parecía bajar. Ni siquierase veía la luz del portal iluminada.

Pasados 15 minutos decidí esperar 5 más pero éste seguía sin aparecer y fue cuando mis dudas volvieron y en mi pecho se volvió a instalar la misma sensación que había tenido aquella misma mañana: ¿de verdad esperabas que corriera a tus brazos Jimin?

Me levanté desesperanzado y comencé a caminar despacio con la esperanza de que, en algún momento, su voz sonara detrás de mi y me detuviera pero a cada paso que daba ese sentimiento disminuía hasta desaparecer por completo.

***

Narra Yoongi:

Cuando éste llamó me quedé estático, sin saber que hacer frente a la puerta. ¿Qué hacía allí a aquellas horas?

Bajé a tientas por las escaleras apoyado sobre la pared ya que no quería que él supiera que estaba allí y una vez en el portal allí me lo encontré: sentado en uno de los escalones.

¿Qué pretendía?

Me quedé agazapado y esperé a que éste se moviera pero no lo hizo hasta dentro de cinco minutos. Miró hacia detrás y ahí fue cuando vi que no venía por nada, que tenía un motivo de peso y que yo era un gilipollas por hacerlo esperar.

Salí del portal y lo vi a punto de doblar la esquina pero lo llamé y conseguí que se detuviera.

- Jimin -susurré cuando estuve frente a él- ¿qué haces aquí?

- Déjalo, es una mala idea. -respondió éste sin girarse.

Iba a reanudar su marcha pero antes de que éste pudiera hacerlo, le agarré de la muñeca mientras tenía el corazón en un puño.

- ¿El qué? -insistí.

Nos sumimos en un silencio en el que yo desesperado le pedía que se girara, que me respondiera pero él, simplemente, no quería.

- Jimin...

Entonces todo ocurrió en una milésima de segundo en la que no me dio tiempo a pestañear siquiera.

No pude decir nada pues sus labios, pegados a los míos, sellaban mi boca con algo que jamás me hubiera esperado recibir de Jimin, un beso. Y no era un beso normal o eso me parecía a mi, era un beso casto, bonito y lleno de sentimientos.

Iba a apartarme y reprocharle haberme besado sin mi consentimiento pero realmente, ¿quería eso? Mis ojos se cerraron inconscientemente y mi cuerpo se relajó mientras sentía todo aquello que aquel beso me transmitía.

De repente sentí algo muy fuerte, tanto que no era capaz de explicar aquello que me inundaba. Solo sabía que quería eso y que lo quería toda mi vida.

Yo flotaba, soñaba con los pies en la tierra, algo que jamás me había pasado con nadie y que me asustaba, sobretodo porque era Jimin el que me hacía sentir de tal manera.

De pronto Jimin se separó, me miró a los ojos y yo, por consiguiente a los suyos. Entonces el tiempo se paró y nada más me importó en el mundo durante esos segundos y fue ahí cuando entendí eso que Jungkook me explicó en su momento y que yo jamás comprendí, hasta ahora.
Y era el hecho de mirar a alguien a los ojos y querer pasar toda tu vida con él, poder ver que todo lo que tu quieres y buscas está delante de ti.

Pero había un problema: Jimin era la persona que estaba delante de mí, el mismo que me había hecho sentir aquella avalancha de sentimientos y eso era lo que más me asustaba.