Aún adolorido se encontraba el pequeño Chicó, atado con un extraño metal alrededor de sus brazos tirado en el piso mientras dos demonios parecían danzar en una frenesí fiesta.
La esbelta demonio saltaba como una liebre ágil por la ventana, saliendo al jardín mostrando sus brazos largos con unas extrañas puntas filosas en ambas extremidades.
- ya es suficiente, eres molesto y no vas a robarte lo que es mío Sebastian -
- No comprendo como puedes reclamar algo que nunca te perteneció - decía el demonio con una sonrisa en su rostro, si bien había desventaja ante ese ser vulgar no dejaría mostrar tal debilidad. Se lanzó en un salto rápido directo al cuerpo de la sucubo, acertando fuertemente una patada sobre su rostro, esta no pareció hacer muecas de dolor alguno, agitaba sus brazos de un lado a otro y el ágil mayordomo esquivando cada posible estocada.
Con mucho dolor, Ciel se logró liberar un brazo, era algo molesto y le ardía pero trato de soportar el dolor para poder salir de aquella atadura. Dejando ver unas heridas en ambos brazos mostrando unas manchas de sangre muy notorias.
La bella mujer no se dejaba intimidar, era como un animal salvaje que deseaba muerte y dolor, cada golpe lograba desgarrar las ropas de el ágil demonio oscuro. Solo algunos cuchillos que guardaba dentro de su saco pudieron acertar en las piernas de la mujer causándole un ligero dolor, se confío un poco al querer acercarse para patear su estómago mientras ella retiraba los filosos instrumentos de su pierna, sin embargo una gran estocada atravesó el pecho de el mayordomo.
-sebastian ¡¡¡ - gritaba el chico con la mirada atónita, nunca pensó que esa mujer pudiera dañarlo de ese modo, aún así con el brazo atravesando totalmente el pecho de el demonio este logró tomar con fuerza la delgada extremidad de la mujer logrando arrancarla de su torso.
- aghhhhh......maldito ¡¡¡ que mierda hiciste- chorreando sangre de el muñón rasgado colocando la palma para sentir su hueso totalmente astillado. El mayordomo con dificultad para respirar le lanzó una sonrisa.
-sólo me aseguraba de darle un fuerte apretón de manos en seña a la pequeña pelea de hoy- deslizó con sus dedos el brazo astillado de la mujer que salía de el pecho logrando sacar unos chorros de sangre, para sopresa de el joven chico que miraba con estupefacción la escena.
El cuerpo delgado de la mujer callo al suelo dando patadas de dolor, sin tomar en cuenta a los otros dos, Ciel se levantó con dificultad y corrió a donde estaba Sebastian - ¿!!que rayos haces aquí?¡¡- este no le prestó atención, lo tomo en sus brazos y salió corriendo adentrándose en el bosque, el chico se sintió mareado en el camino, sólo la brisa pegaba en su rostro al avanzar rápidamente entre los senderos de aquel bosque, en algún momento vio como sus ojos se fueron cerrando en la oscuridad no sintió nada más.
Pasaron unas 3 horas, el pequeño fue despertando poco a poco y logró sentarse, debajo de su cuerpo se tendía una pequeña frazada usada.
levanto su rostro y miro que estaba en un pequeño lugar con paredes de madera al parecer una modesta cabaña maltrecha, movió su mirada y se asustó al ver a su mayordomo tirado a un lado, inconsciente aún con el pecho manchado de sangre.
- Sebastian? Déjate de juegos y despierta -
Lo movía con cuidado de el brazo, logró entre abrir los ojos un poco y con una voz algo suave unió unas palabras.
- déjame descansar un momento, no es algo...fácil para mí -
El pequeño no hablo más sólo se acurrucó entre sus rodillas para darse calor, era curioso que a pesar de tener ahora un poder demoníaco aún tenía necesidades como las de un pequeño niño. El demonio mayor seguia tirado en el piso sin moverse le era sorprendente al chico verlo de ese modo pues la mayor parte de el tiempo demostró ser un fuerte contendiente y muy ágil, se cuestionaba el verlo nuevamente pues lo último que hablaron el mismo lo corrio para no verle más.
- porque te lastimó de ese modo esa mujer ? -
- Usted es muy necio... Le dije que estoy cansado... Que puede esperar de mi ? Tengo casi 4 años a su lado...sin comer más que lo mínimo hace unos días, es difícil para un demonio vivir así -
Esa declaración le causó un dolor en el pecho al pequeño, era tan molesto estar atado a su lado ? Ese demonio estaba muriendo de hambre por su culpa y ahora la persona que se supone que el deseaba estaba en pésimas condiciones.
Pasaron unas largas horas más, el chico se quedó dormido un buen rato sobre la frazada, solo el silencio se apoderó de la noche en el bosque y nuevamente el sonido de unos insectos podía escucharse a la profundidad.
Con algo de cansancio el demonio mayor se sentó para revisar sus heridas que ya estaban casi cerradas, sólo le dolían un poco causando un ligero ardor, volteo el rostro y observó al ex conde durmiendo plácidamente sobre la frazada acolchada, se le cruzó un pensamiento en ese momento si matarlo y consumir totalmente su cuerpo entero para poder recuperarse o dejarlo con vida aún rompiendo el contrato que los unía a los dos.
-sebastian ...- logró pronunciar el chico entre sueños, este llamado le causó un ligero palpitar dentro de si mismo. - ahh... Que hora es?- despertaba lentamente tallando uno de sus ojos.
- Ya es algo entrada la noche creo que ambos dormimos un poco más de lo debido-
Sonreía el mayor sin dar mucha importancia a su ropa maltrecha llena de sangre.
- tu...te sientes mejor?- pregunto el pequeño mirando a otro lado para que no viera su rostro lleno de preocupación.
- Si, el sueño me ayudó a recuperar mi energía y sanar las heridas causadas-
- Sebastian... Quiero saber porque regresaste? - clavo su mirada directamente sobre el y no pensaba apartar sus ojos dudosos hasta tener una respuesta verdadera.
- Simplemente no podía dejar mi "cena" en manos de una maniática cierto ? - Dijo en tono de broma mirando a el joven.
- no tienes que decirlo de ese modo sabes ? Si sientes tantas ganas de matarme y comerme deberías hacerlo pronto, yo no tengo motivos más para seguir viviendo en estas circunstancias, ve como no soy capaz de cuidarme por mi mismo de ninguna forma...esto es asqueroso -
bajo la mirada de forma triste y apretando los puños, el sabía que no tenía caso vivir sin nadie a su lado, totalmente sólo en el mundo lleno de peligros sobrenaturales que deseaban matarle por considerarlo un bicho raro y novedoso.
Le dolió ver a ese demonio que en un momento fue suyo como un perro leal, tan egoísta y orgulloso nunca debería haberse enamorado de él menos ahora que ya no tenía nada ni a nadie, seguramente el mayor se podría reír y burlar de sus sentimientos y era algo que no podía darse lujo de permitirle, su corazón se estremeció como si una navaja fría lo cortara en dos, el otro se quedó en silencio mirando con dudas a su ex amo pues era muy extraño que se mostrará en una actitud tan deprimente y devastadora .
-Decidí tomar mi papel nuevamente, si tomamos en cuenta que la vida de un demonio es aburrida y a veces miserable, con usted estas cosas pasan de algún modo más interesantes -
colocó suavemente sus dedos en la barbilla de Ciel mirando fijamente los ojos azulados. - Y no dejaré que nadie más toque lo que es mío - susurrando lentamente sellando esas palabras en los labios finos de el joven, sorprendiendo a este que por un segundo cerro los ojos correspondiendo al beso, los pensamientos retorcidos de el demonio mayor se tornaron confusos pues ese beso de algún modo llenaba de calor su pecho, no mostró más importancia creyendo que se debía a la lujuria, hundiendo más su lengua dentro la boca virginal de el pequeño, dejando unos rastros de saliva en los bordes de su labio.
Así fue una noche llena de dudas en donde dos seres se unieron en un beso intenso lleno de pasión, uno seguro de su amor por su mayordomo y el otro confundido ante una sensación extraña que se clavaba muy dentro sin tener explicación.
Espero les agrade este capítulo nuevo tengo algo de tareas y me quita tiempo pero voy actualizar más seguido n_n
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Hasta La Eternidad
RomanceEstá historia inicia desde la nueva vida de Ciel phantomhive como demonio, ligado a servir como perro fiel y mayordomo, Sebastian se siente asfixiado por el tiempo compartido con tan caprichoso amo. Sin embargo las cosas cambiarán por la llegada de...