Definición de Amor

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Amor, el amor es un sentimiento intenso que nace desde el alma y trasciende a través de el tiempo.

El amor no debe confundirse con sexo o deseo carnal pues va más allá de dichos actos.

El amor puede ser más importante que la vida misma y tu otra mitad que comparte tu mismo sentir...

- Sebastian...aún no ?-

Miraba algo aburrido y molesto el jóven, recargando su mejilla sobre su brazo ante tal aburrimiento decidió sentarse en el cómodo sillón de la biblioteca.

- Lo siento Ciel, solo que me es interesante saber más de estos temas, sabia la mayoría de esto pero ignoro cómo debe sentirse realmente, un demonio no tiene tiempo de llegar a experimentar algo así -

Dejo el libro en el estante y se dirigió al sillón donde estaba sentado su joven amo.

- pues si me prestarás más atención te darías cuenta de que es...idiota, solo me das por mi lado sin tomarme en cuenta-

- como crees eso posible? Si decidí que me enseñarías que significa realmente no? - Beso suavemente la mejilla de el muchacho y este al contacto se sonrojo intensamente.

Tenían pocos días que su relación si es que así se podía llamarle, tomaba un rumbo diferente. Aunque el demonio mayor estaba confundido sentía ese interés en averiguar si podía vivir en carne propia esos sentimientos por su joven chico, su comportamiento dejo de ser brusco y más cariñoso en cambio el pequeño trataba de ser más hermético a su sentir y se mostraba uraño, nervioso y algo grosero cosa que no molestaba en absoluto a Sebastian, esas reacciones nerviosas y de vergüenza en el chiquillo le daban ternura y gracia.

- Me parece que debemos enfatizar más el tema por medio de algunas acciones -

- a que te refieres con eso ?-

- Bien lo pensé detenidamente y creo que lo diré... Ciel, sería un placer invitarte a salir el día de mañana si tú aceptas será un honor para mí -

Sonrojado y con sorpresa, Ciel se quedó pasmado con cara de vergüenza, no sabía si era broma o verdad la proposición de su amante

- estas loco...es en serio?-

- es en serio mi Ciel, quiero invitarte a salir no como amo y mayordomo, mas bien como amantes -

- tsk... Está bién lo que tú digas, aún así creo que es tonto -

Salieron rumbo a las afueras de la ciudad donde estaba la casa rodeada de el campo de girasoles, pasaron algunos días donde la tranquilidad reinaba pero no dejaba de ser una preocupación el hecho de que cierta mujer lunática podría interrumpir aquel idílico amorío.

Llegó la noche y como siempre el jovencito se recostó en su cama dispuesto a dormir, solo que ahora un hombre mayor se acercaba a darle el beso de buenas noches, antes de cerrar los ojos se sentaba a un lado en un sillón a leer algún libro y miraba al pequeño dormir plácidamente, sólo que hoy tenía otros planes y salió rápidamente de la habitación dejando a su niño dormido.

Pasaron las horas y la luz de el sol se colaba en la ventana, con ojos pesados el chico se tallo la cara buscando a su amante lo cual busco por toda la habitación con su mirada y no lo vio, se extraño un poco de no verlo así que se levantó de la cama dejando caer un sobre al piso. Con dudas miro el sobre y sacó una nota que olía a perfume y decía así :

" Buen día mi bello joven, es un honor el invitarle el día de hoy a una salida conmigo, me atreví a dejarle su vestimenta preparada y lo espero en la entrada para salir inmediatamente"

Un ligero rojo se posó en las mejillas de el chico y pudo ver una muda de ropa a un lado de la cama, unas ropas color azul rey con detalles en negro y un listón color azul cielo, - estúpido Sebastian, ni si quiera se como se pone esto ¡¡¡- con mucho esfuerzo se fue cambiando, algunos botones mal acomodados y el listón de el cuello todo hecho nudos.

Después de 40 minutos bajo las escaleras y se sorprendió al ver a su demonio en la entrada con una ropa diferente a la normal, no como su usual traje de mayordomo, tenía puesta una camisa negra de manga larga con una rosa blanca en el ojal, un pantalón color negro pero más opaco y el peinado de lado, la fragancia se podía sentir en toda la sala y entrada de la casa.

- Vaya pensé que no tardaría tanto, veo que lograste cambiarte  sin mi ayuda-

Sonrió al ver la mala facha de el pequeño, este sólo se sonrojo más al ver lo diferente que podía verse Sebastian, un corazón desatado brinca dentro de si mismo, el mayor se acerca y arregla el listón de su cuello acomodando con agilidad el moño y los botones de el chaleco color azul.

- Bien si me permites vamos abordar el carruaje -

- un carro? Pero siempre me llevas cargando-

- Hoy es un día diferente, yo mismo traje este carruaje y te llevaré a mi lado-  lo tomo de su brazo y lo guió a la subida de el pequeño carro estacionado en la entrada con un solo caballo.

Ambos se sentaron y se dispusieron a salir en dirección a la ciudad.

- te ves diferente...-

- En serio lo crees? Yo digo que tú te ves  adorable y elegante -

- no digas esas cosas me avergüenza... Tú también te ves bien-

- Me halaga que me digas eso Ciel -

Llegaron a un restaurante no muy lujoso pero si de buen ambiente y lindos detalles en el arreglo, pidieron una mesa en la terraza y se sentaron uno frente al otro, la mesera llegó con las cartas y clavo la vista en el mayor con una mirada sexy y lujuriosa para molestia de el mas joven, tomó la orden y se alejó moviendo más las caderas como para llamar la atención.

- tchh...que tipa tan vulgar, si quiere que te coma con los ojos-

- Mmm me parece que eso se le dice...celos -

- no estoy celoso¡¡¡ digo no es eso pero...se ve tan patética mujer resbalosa -

- Tranquilo, no me llaman la atención ese tipo de personas - le sonrió acariciando suavemente su mano.

La mesera llegó con las órdenes y se retiró, una pasta  con su porción de ensalada acompañados de una botella de vino rosado.

- bueno no está mal, pero creo que tú comida es mejor-

- eso es un cumplido, siempre me esmero en cocinar lo mejor, ahora deja que te sirva tu vino -

- solo una copa no quiero terminar ebrio-

- no creo que te vaya a marear pero esta bien, al terminar te llevaré a otro lugar más -

- vaya, contigo no se que sorpresa pueda llevarme-  le dió un sorbo a su copa suavemente mientras el mayor lo miraba con gracia.

Pasaron unas dos horas entre pláticas y alguna que otra anécdota de una vieja misión pasada, los dos demonios se disponían a salir de el restaurante, subieron al carruaje nuevamente manejado por Sebastian y encaminaron marcha rumbo a las afueras de la ciudad.

Pasaron unas dos horas entre pláticas y alguna que otra anécdota de una vieja misión pasada, los dos demonios se disponían a salir de el restaurante, subieron al carruaje nuevamente manejado por Sebastian y encaminaron marcha rumbo a las afueras d...

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Hasta La EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora