-sebastian no puedo ver nada, en serio ya me cansé de esperar - reclamaba el pequeño joven con un pañuelo negro sobre sus ojos.
- Shh...ya llegamos no debe de enojarse - levanto el pañuelo de los ojos de el chico y esté quedó asombrado al ver el lugar donde estaba.
Un hermoso lago reflejaba la luz de el sol de la media tarde, el viento soplaba sobre las copas de los árboles que bailaban al ritmo de las aves. Todo el lugar en silencio total más que el murmullo de los insectos sobre el césped frondoso y brillante.
- es...es hermoso, nunca había visto un lugar así de perfecto es como en los cuentos- el muchacho miraba asombrado la belleza de el lugar con mucha emoción y no podía disimular.
El mayor con cuidado acomodo un mantel en el pasto y fue preparando la mesa improvisada para servir unos bocadillos que el mismo había preparado. - Creo que será buen lugar para ver el atardecer y tomar un poco de té - Sonrió delicadamente y extendió la mano al chico para ayudarlo a sentarse sobre el césped.
- me sorprendes tienes buen gusto, aunque creo que se debe ami buena enseñanza - comentaba el pequeño mientras mordía una galleta con merengue.
- Yo solo quería cambiar las típicas actividades de una cita así que decidí venir aquí -
- quieres decir que estuviste leyendo sobre cómo hacer una cita? - Lo miraba extrañado.
- Bueno pues si me aparecieron algo aburridas las cosas que ví en ese libro mmm... -
- y que cosas decía?- tenía curiosidad al saber cómo se tomó la molestia su demonio en leer tanto sobre el tema.
- Bien pues la mayoría dice cosas sobre invitar a una mujer a cenar en un lugar muy caro para poder sorprenderla y lo siguiente sería llevarla al baile para culminar la noche en un hotel teniendo sexo -
comentaba divertido con una sonrisa, causando que su pequeño acompañante se quedará mudó ante tal descaro.
- eso suena tan vulgar Sebastian, quién se va a ir a un hotel la primera cita -
- no, más bien pensé que sería problemático llevarte a un baile si no sabes hacerlo -
- estas diciendo que lo de el hotel no te molesta ? eres un pervertido ¡¡¡-.
No quería reconocerlo pero el estar de ese modo con Sebastian le parecía un sueño, su orgullo lo hacía tragarse muchas de sus palabras o acciones, deseaba acercarse y abrazarlo fuertemente sin soltarlo. Aquellos pensamientos causaron un sonrojo en sus mejillas que el demonio mayor pudo notar.
- Sabes me siento bien en este momento, nunca había experimentado una situación así y me agrada, si supiera que mis acercamientos con otros humanos fueron diferentes a como estoy ahora te sorprenderías - confesaba con nostalgia el mayor.
- y de que tipo? No me digas que sólo te metiste en cosas lujuriosas de demonios- la cara molesta de el chico era obvia.
- Los placeres de un demonio son diferentes, me gustaba más entretenerme aprendiendo cosas importantes como el arte, la danza, el teatro y conocer muchos lugares recónditos, no niego que tuve muchas aventuras referentes al sexo por gusto o por obligación a causa de un contrato, pero si me lo preguntas son momentos muy simples y aburridos-
Mirando con algo de celos el pequeño le cuestiono - y sentías algo ? Cuando...Tu ya sabes...-
Con una mirada nostálgica el demonio le respondía sinceramente al chico.
- cuando eres demonio solo buscas saciar tu propio placer, no más que hacerlo y sentir, no te quitas la ropa ni hay contacto emocional con la víctima en turno - el chico sorprendido levantaba la mirada.
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Hasta La Eternidad
RomanceEstá historia inicia desde la nueva vida de Ciel phantomhive como demonio, ligado a servir como perro fiel y mayordomo, Sebastian se siente asfixiado por el tiempo compartido con tan caprichoso amo. Sin embargo las cosas cambiarán por la llegada de...