Por un instante pensó que las cosas regresaron a la normalidad, el momento pasional vivido fue como regresar a esos días como cuando eran amantes, los besos y caricias que llenaban su ser "ahora si podremos estar juntos" una sonrisa pequeña se dibujó en sus labios esperando que Sebastian entrará por la puerta.
Se quedo esperando unos minutos pero él no llegó, algo inquieto decidió salir a buscarlo, fue al jardín y nada no estaba tampoco en la oficina de la capilla así que fue directo al interior de el altar principal y ahí estaba en la banca delantera, sentado y con la cabeza abajo.
- Sebastian ? -
Ciel camino hacia donde estaba, colocó su mano en el hombro de el mayor e inesperadamente la quito bruscamente, este tenía un rosario en las manos y la mirada seria.
- tenemos que hablar -
- que sucede ? -
Un frío recorrió la espalda de el más chico, esa mirada le daba mala espina y no aseguraba nada bueno, el mayor camino dándole la espalda y este lo siguió en dirección hacia la oficina.
- me puedes decir que te pasa ? -
- escucha Ciel...Esto no puede seguir así lo siento - se colocó una mano en la frente ocultando su mirada.
- es un error, tú eres un error en mi vida que no debió ocurrir...Lo siento si te di a entender algo más - se volteo de espaldas para no enfrentar cara a cara al desconcertado chico.
- que dices ? Después de lo que pasó aún así te arrepientes !!? - apretaba los puños aguantando su enojo, estaba dolido por las palabras pero no bajaría la guardia ni su orgullo, era momento ya de decir la verdad.
- no puedes seguir aquí mismo, te pido que te vayas de favor y olvida lo que pasó...Soy un estúpido...Te robe tu inocencia siendo un niño...Soy un asco, que Dios me perdone -
Lleno de ira se acercó y tomo de las ropas al mayor haciéndolo mirarlo al rostro.
- inocencia??? No me hagas reír !!! Eras el ser más vil que conocí y ahora sales con esto ? -
No comprendía nada de lo que decía ni entendía las palabras que le reclamaba solo callaba.
- no se de qué hablas, lo siento si no encontraste la persona que buscabas -
Lleno de rabia con los ojos llenos de lágrimas no podía más con tal humillación.
- eres un idiota !!! Sabes todo lo que pase por ti ? Todo este tiempo esperando y sufriendo por ti ? No te conozco !!!! Perdón de Dios? Eres un hipócrita !!!- con gran enojo le arremetió una bofetada en el rostro dejando la mejilla roja, no valía la pena seguir ni decir más, su corazón se partió en dos.
Ese no era Sebastian, quizás tenía la misma cara, la misma voz y nombre pero ya no era el, decirle esas palabras fue un golpe bajo que no permitiría por nada de el mundo, su orgullo phantomhive no lo permitiría.
- Bien...Quédate en tu maldita miseria y con tu estúpido Dios, Nunca más me verás por aquí adiós...-
Sebastian permanecía de espaldas, no quería seguir la pelea, esperó escuchar el golpe estruendoso de la puerta para poder voltear la cara, inesperadamente vio un brillo en el escritorio que llamo su atención. Se acercó y noto el pequeño anillo plateado con una piedra color Azul intenso, lo sujeto mirando con detenimiento el hermoso color que irradiaba, suspiro y lo guardo en su bolsillo para continuar con sus deberes en la capilla.
La tarde estaba apareciendo, las nubes se juntaban en el cielo con los Rayos de el Sol con tonos amarillos y anaranjados, en dirección al puerto estaba Ciel caminando lentamente, su corazón estaba roto en Miles de fragmentos que ahora nadie podría reparar.
" Que voy hacer ahora ? Una eternidad solo y sin nadie que me acompañe" se lamentaba así mismo con lágrimas en los ojos, pensó por un instante buscar al otro demonio que lo ayudo alguna vez pero sería una burla comunicarle que fallo en su búsqueda. Quizás buscar la muerte en manos de un shinigami eso sería más digno y tendría fin al dolor intenso que no lo dejaría vivir tranquilo por toda la eternidad.
" Morir o escapar lejos a otro país ?" Que podría decidir si escapaba los recuerdos y la pena no lo dejarían en paz, miraba los barcos zarpar de el muelle pensando que era mejor para el ahora que estaba sólo.
" Me quedé en el olvidó, desde que perdí todo solo estabas tú y me salvaste de la oscuridad vacía, esperando ser tu alma el destino jugó una broma quedándome contigo por más tiempo y nuevamente fuimos víctimas de este juego, te ame y me amaste pero esta historia Hoy llega a su final"
Dando media vuelta dejando el muelle detrás de el, camino hacia la ciudad, había un shinigami que quizás podría ayudarle a cumplir con su última voluntad y era mejor hacerlo rápido antes de que ese dolor le siguiera matando cada rincón de su ser.
" Por lo menos pude tenerte un tiempo corto, no me arrepiento de nada solo me hubiera gustado que por lo menos...Me recordaras como el Ciel que algún día amaste"
Cómo demonio de algún modo Ciel podía sentir el alma de una persona que estaba a punto de morir y si eso pasaba es seguro que un shinigami estaba cerca, si no era el molesto pelirrojo que tanto le desagradaba tendría que recurrir al plan B, intentar "robar" el alma causando una pelea con el shinigami en turno y causar su muerte terminando de una vez con todo el teatro. Aún se sentía cobarde para suicidarse el mismo y que mejor que una guadaña de un Dios de la muerte para hacerlo fácil.
Estaba cerca, podía sentirlo un alma vieja justo a punto de partir, sus ojos azules cambiaron al color carmesí demoníaco, era como si en un momento sintiera esa hambre por las almas, era gracioso que justo que decidía morir en este momento tenía ganas de probar un alma humana.
Sobre el techo podía verlo, un anciano caminaba con una canasta que al parecer era pan, quizás un ataque al corazón sería su final, su sexto sentido no lo engañaba era inexperto pero podía sentir la presencia de alguien más, si al menos no era el.
- maldito demonio, vienes a robar un alma que no te pertenece - acomodando sus lentes como de costumbre el shinigami lo miraba con desprecio.
- no me importa sabes ? Vete de aquí 4 ojos y no te metas donde no te llaman- con cierto aire retador el pequeño demonio se dirigía al shinigami de cabellos negros.
- will, porque me dejaste tan atrás ???!!!- la voz chillona resonaba por el cielo sobre el techo de las casas, su compañero shinigami aparecía abrazándolo efusivamente causando que el otro lo golpeara.
- que malo eres conmigo...Hoooo vaya vaya miren quien está aquí si es el mocoso!!!! Donde esta mi sebas-chan?-
Escuchar ese nombre le causo un frío en la espalda, el ambiente estaba tenso, dos contra uno no estaba mal de todas formas buscaba la muerte y era ahora o Nunca. El anciano dió un golpe seco en el piso, era hora de tratar de robar esa alma y provocar a los dos dioses de la muerte para que todo fuera rápido.
Salto rápidamente sobre el cuerpo, Nunca lo había visto de ese modo, una luz brillante escapaba de el hombre y la cinta cinematográfica emanaba en dirección al cielo.
- grell termina con ese asqueroso ser, deja que yo tomé el alma -
- ay qué pena lo siento mocoso, es el trabajo y si no lo hago Will me va a matar a mi -
Dando un salto se interpuso entre el cuerpo y el pequeño demonio, con la imponente motosierra encendida no sabía si darle batalla o dejarse matar ahora mismo, decidió no moverse y una lágrima corrió por su mejilla cerrando sus ojos " te amo Sebastian" fue su último pensamiento antes de que su vida fuera arrebatada por el shinigami pelirrojo.
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Hasta La Eternidad
RomanceEstá historia inicia desde la nueva vida de Ciel phantomhive como demonio, ligado a servir como perro fiel y mayordomo, Sebastian se siente asfixiado por el tiempo compartido con tan caprichoso amo. Sin embargo las cosas cambiarán por la llegada de...