No me recuerda

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Amanecía nuevamente y el pequeño Ciel se despertaba con mucho trabajo, era el primer día que el dormía en una cama después de el sueño tan profundo y largo en el que fue consumido. El se encontró nuevamente con Sebastian aunque este aparentaba una edad más joven y al parecer no recordaba nada ni a el mismo.

Se levanto y lo buscó con la mirada y no lo encontró, un ligero olor a comida lo guío a otra habitación.

- ho, buenos días no te desperté porque te ví muy dormido -

- gracias...Buenos días Sebastian-

El mayor se acercaba a la pequeña mesa y acomodaba un plato con unos huevos revueltos y una pieza de pan junto a su taza de café.

- adelante, acompáñame a desayunar de favor -

Ciel se sentó algo apenado pues aunque era un demonio el no dejaba de sentir las necesidades de un humano.

- está muy bueno de verdad -

Por lo visto su querido ex mayordomo aún tenía el toque para cocinar bien aunque se tratara de un modesto desayuno.

- eres muy amable, la verdad si no tienes a donde ir puedo ofrecerte este lugar para quedarte mientras encuentras a esa persona -

Ciel se quedó callado, le preocupaba pensar si el no recordaba nada como lograría hacerlo entrar en razón.

- gracias lo tomaré mucho en cuenta -

- sabes, tengo poca conexión con la gente de el vecindario, sólo me quedo aquí porque es el único lugar que conozco como mi hogar, las dulces mujeres que me criaron amaban está capilla y una forma de darles gracias por mi cuidado es hacer lo mismo ahora...Aunque a veces siento un enorme vacío-

- como...Si algo te faltará ?-

Sebastian sonrió con una mirada melancólica y sin mirar al chico respondió.

- si, como si algo dentro de mi estuviera muerto -

Ciel se quedó callado, por unos minutos trato de decirle algo más a Sebastian pero decidió callar, su corazón sufría totalmente al sentirlo tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

El día transcurrió tranquilo, el mayor se dedicaba al aseo de la capilla y recibir algunas personas que llegaban hacer oración, Ciel se sentaba en las escaleras mirando de lejos, era irónico que un demonio ahora viviera bajo el resguardo de Dios.

Unos pasos rápidos lo hicieron reaccionar, levantó la mirada y vio a la misma joven de el día anterior.

- Sebastian!!!!-

La chica llegaba muy animada y se colgó de el cuello de el mayor, este trataba de alejarla sin ser violento pero la joven era muy necia y seguía abrazándolo. Unos ojos la miraban con odio y recelo, el chico no soportaba que alguien más tocará a su amante aunque esté no lo recordara seguía siendo suyo.

- vamos cariño, acepta salir conmigo esta noche si? Sabes que mi padre está pensando hacer un gran donativo a esta capilla...Pero si yo le digo que no pues simplemente no lo hará-

Ciertamente la capilla se mantenía vigente gracias a los donativos de la gente, de ese modo se mantuvo tanto tiempo al trabajo de las dos religiosas que vivían en ella y al morir rogaron a su adoptivo "hijo" Sebastian que cuidara de el lugar en honor a ellas.

Con resignación el sabía que necesitaban ese dinero para pagar los impuestos y mantenimiento de el lugar, sin más que decir acepto.

- recuerda que será solo una salida, no puedo faltar a mis principios -

Hasta La EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora