Pasados unos meses después de tan esperado encuentro y tan bella declaración, nuestro pequeño Ciel se encontraba muy temprano caminando por la pequeña plazuela comprando algunos ingredientes que su amado demonio le había encargado.
Con algo de mala cara como siempre noto que en varios pequeños puestos vendían ramos de flores color rojo o blanco, algunas cajitas muy bien adornadas con moños de color llamativo y diferentes tipos de perfumes de moda. Haciendo como que no le tomaba en cuenta, camino hacia una tienda para comprar la lista que tenía en mano.
- permítame unos minutos jovencito, ahora le traigo lo de su lista -
El encargado se fue al pasillo mientras con algo de molestia esperaba, aunque era ahora un demonio no dejaba de sentir hambre y su humor no había cambiado nada, adoraba los postres de Sebastian y no importaba si tenía que ir el mismo por los encargos.
- aquí tiene jovencito, todo lo de su lista está completa -
Pago la cuenta y salió de la tienda, camino con prisa pasando por los puestos de regalos y llego rápidamente a la capilla donde irónicamente los dos demonios vivían cómo pareja.
- bienvenido amor, pensé que te podrías perder entre tanta gente - con una sonrisa el mayor tomaba la canasta con sus compras.
- no soy tan tonto como para perderme en la ciudad, además no se porque hoy ví más gente de lo normal- acomodo una silla y se sentó en la mesa esperando su desayuno como de costumbre.
- bien espero que te puedas arreglar porque hoy tendremos una salida especial-
- hoy ? No imagino en donde - frunció el ceño de una ligera molestia, Ciel se estaba haciendo algo perezoso y no gustaba de salir mucho pero de algún modo su adorado demonio sabía cómo convencerlo.
Pasó la mañana y se dispuso a cambiarse de ropa, un conjunto color azul marino y zapatos negros, salió de la habitación y vio algunas personas que salían de la capilla. Sebastian se había alejado de su rol como encargado de el lugar pero aún la gente visitaba el modesto templo y no le causaba molestia.
Ciel se había sorprendido un poco por el cambio notorio en Sebastian, de algún modo el vivir un tiempo entre humanos le había dando más sensibilidad y emociones. No le desagradaba pero a veces se sentía celoso.
- estoy listo, podemos darnos prisa ? -
- que ansioso eres, pero esta bien vamos -
Lo tomo de el brazo y caminaron rumbo a la ciudad, en varios lugares se miraban parejas muy amorosas y con algunos regalos en brazos, los locales de comida se encontraban llenos sin mencionar los hoteles. Llegaron a un pequeño parque que estaba más alejado de la multitud, le indico que tomara asiento un momento. - y ahora para que ?-
- quiero que me esperes aquí unos minutos, quería darte la sorpresa de el día de San Valentín - se quedó mudo e inmóvil " eso se está festejando hoy?" Se preguntaba con mucha vergüenza, como era posible que no se diera cuenta el tipo de celebración se sentía por demás tonto y ridículo !!!
- Claro...Yo...Espero - el demonio se alejó rápidamente y Ciel se quedó sentado con cara de decepción, como era posible que olvidara un día importante de celebración en pareja." Ahora que le doy ? Y si piensa que no me importa !!!" No dejaba de tener esos pensamientos una y otra vez, desesperado y con resignación acepto decirle a su amante que no tenía regalo para el.
Sintió unas manos en sus ojos, lentamente las toco y se dió la vuelta encontrándose con Sebastian dibujando una gran sonrisa y un ramo de flores color azul junto con una caja forrada en papel rojo.
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Hasta La Eternidad
Lãng mạnEstá historia inicia desde la nueva vida de Ciel phantomhive como demonio, ligado a servir como perro fiel y mayordomo, Sebastian se siente asfixiado por el tiempo compartido con tan caprichoso amo. Sin embargo las cosas cambiarán por la llegada de...