El nuevo amanecer llegaba y Ciel se levanto como normalmente lo hacía desde que está viviendo en la capilla junto a Sebastian, este al parecer no lo recuerda no sabe nada de su pasado. El dejaría de lado todo si no fuera por la noche anterior que susurraba su nombre en sueños y con ese deseo decidió probar su cuerpo nuevamente y dormir como si nada hubiera pasado.
- buenos días Sebastian -
- buenos...Días -
Ciel noto algo extraño en el mayor, respondió el saludo pero sin mirarlo.
- estás bien ?-
- claro, puedes desayunar tengo que hacer mis deberes, con permiso -
Salió rápidamente de la pequeña cocina dejando al chico sentado en la mesa sin saber que decir, sus respuestas nerviosas y el no mirarlo al rostro le estaba matando de dudas.
" Que se trae ahora este idiota "
Era lo que pensaba el chico mientras bebía su taza de café.
" No podría ser que anoche no estaba durmiendo ? Ho si..."
Ese pensamiento casi hace que se atragante el pedazo de pan en la garganta, de solo pensar que le besó y práctico sexo oral mientras lo creia dormido le dió un ataque de pánico.
- tchhh estúpido Sebastian, que carajo te traes -
Se levantó de la mesa y salió a la parte trasera de la capilla, vio de lejos al mayor arreglando unos pequeños arbustos sin notar su presencia.
No podía seguir con esa situación, los días pasan y nada se aclaraba era momento de tomar las riendas de el problema.
- te ayudo ? -
Tomándolo de sorpresa, el mayor se ruborizó y se levantó bruscamente caminando hacia el otro lado.
- gracias ya terminé tengo que arreglar unos documentos de la iglesia -
Nuevamente sin mirarlo al rostro lo dejo con la palabra en la boca.
" Maldito Sebastian, si no fuera porque no recuerdas nada ya te hubiera golpeado "
Ciel se quedó de brazos cruzados, tenía que pensar en algo y terminar de una vez con este lío.
Sigilosamente entro por el pasillo y buscó la puerta, sin hacer nada de ruido observo que Sebastian estaba leyendo unos documentos en un pequeño escritorio, soltó un pequeño suspiro y recargo su frente en su palma.
- maldición, que me está pasando -
Casi como un susurro se lamentaba así mismo sus extrañas sensaciones, se sentía confundido y preocupado.
- me voy a ir al maldito infierno por esto...-
Ciel seguía con silencio observando desde atrás de la puerta, le dió risa el comentario de el mayor al nombrar la palabra " infierno" pues el había vivido como demonio.
Abrió más los ojos al ver que el mayor se recargaba en la silla y bajaba su mano entre su pantalón, suavemente empezó acariciar su entre pierna y su rostro se sonrojaba.
- diablos ...-
No aguantaba más la excitación y desabrochó el cierre dejando al descubierto su virilidad, totalmente erecto se tocaba de arriba abajo, arrancando unos pequeños suspiros.
Ciel no podía creer lo que estaba mirando, el calor lo fue invadiendo era la primera vez que observaba a su antigüo amante de ese modo, tan deseoso y exitado, su figura tan sensual y la forma en que se tocaba le causaba un incontrolable deseo.
" Estúpido Sebastian"
No se controló más, al ver que el mayor tenía los ojos cerrados mientras se tocaba el chico entro en silencio, el otro abrió sus ojos rápidamente al sentir una húmeda boca en su falo, ahí estaba Ciel, de rodillas lamiendo y besando su miembro con gran dedicación.
- Ciel!!! No, esto no está bién...Para -
- no estabas durmiendo anoche...Verdad ?-
Con una mirada traviesa el pequeño retaba al mayor a negarse ante esa escena tan lujuriosa, era ahora o Nunca " está vez te voy hacer recordar" era su pensamiento en la mente de el chico, desabrochó su camisa y se sentó sobre las piernas de el mayor.
- esto es pecado Ciel ...Eres un niño -
- cállate y solo mira lo que esté niño hace -
Atrapó sus labios fuertemente en un beso apasionado, una pequeña mordida en el labio de el mayor provocando un ligero sangrado, trataba de resistir pero el contacto con la lengua de el chico lo hacía rendirse, sentado sobre el, se movía lentamente frotando su trasero sobre su miembro.
- Sebastian...Te deseo -
- me estás haciendo caer en el pecado niño...-
El mayor se levantó y lo tumbo de espalda sobre el escritorio, bajo sus pantalones rápidamente y fue lamiendo poco a poco su entrepierna de Ciel, el otro sujetaba con fuerza los cabellos de este al sentir como jugaba con su lengua húmeda atrapando su pequeño miembro.
- ahhh... Sebastian -
Se separó para tomarlo de ambas piernas, acariciaba con lujuria su piel blanca, era como si un ser demoníaco dejará salir toda su maldad sobre su pequeña víctima. Colocó sus piernas en los hombros y de un solo golpe penetro al menor, arrancando un grito de dolor y placer.
- Ahhh... Despacio...Ve despacio -
- shhh...Cállate -
Con sus piernas sobre sus hombros inicio el movimiento rápido, entrando y saliendo de el menor, se inclinaba para morder sus pezones y chupar el cuello dejando unas pequeñas marcas.
Arañaba su trasero al momento de atraerlo hacia el para penetrar con profundidad, en cada golpe era un arranque de gemidos que invadía la habitación, algunas lágrimas resbalaban de el rostro ruborizado de Ciel.
Con un fuerte beso le dió la última estocada dejando derramar toda su esencia dentro de el menor.
- Ah..Ahhh-
Con algo de dificultad respiraba, el mayor se dejó caer en su pecho todo sudado y agotado, le acariciaba los cabellos negros con ternura.
- estás bien? Sebastian -
- que demonios hice ? -
-Nada malo, solo hicimos el amor, tonto -
Levantó la mirada para verlo y sus ojos se cruzaron con el Azul profundo de el pequeño, causando una galería de imágenes que le dieron una sensación de nostalgia, se abrazó fuertemente a el como si no deseara que se fuera.
- no me dejes ...-
Ciel lo miro indefenso, quizás un pequeño recuerdo le llegó al corazón y ahora más que Nunca recuperaría a su amado demonio.
- idiota...Nunca te dejare ya lo veras-
Se quedaron abrazados uno al otro sobre el escritorio, un momento lleno de pasión y lujuria desencadenó un sentimiento escondido por el tiempo.
Continuará...Si falta unos dos capítulos más para el final n_n
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Hasta La Eternidad
RomanceEstá historia inicia desde la nueva vida de Ciel phantomhive como demonio, ligado a servir como perro fiel y mayordomo, Sebastian se siente asfixiado por el tiempo compartido con tan caprichoso amo. Sin embargo las cosas cambiarán por la llegada de...