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Cuando desperté me encontré con un sol radiante. Me puse de pie y encontré tirada en el sillón a la Mika, la ignoré. saqué un yogurt del refrigerador y después una cuchara.

Salí de la cabaña tomando cucharadas de yogurt y el olor a copete era muy fuerte. No vi la hora, pero supuse que eran como las una de la tarde. Caminé a la cabaña de los chiquillos y en una reposadera veo al Bestia fumarse un mañanero, me senté a su lado y le di otra cucharada a mi yogurt.

-¿Sentiste cuando llegaron?- le pregunté y él negó con la cabeza- ¿El Edgar?

-Fue a mear. El Naiko durmió con tu amiga- me informó con una sonrisa.

-¿Cuál?- pregunté confundida.

-Rocío se llama... ¿o era Rosario?

-Rocío, aweonao- reí y terminé el yogurt- estas weonas llegaron pasadas a copete, deben andar con una caña weon, ni te la encargo.

-A todo esto, ¿Qué hora es?

-No sé, yo solo salí.

El Edgar volvió y me saludó con un beso en la mejilla.

-Estos weones la pasaron terrible de bien- comentó sentándose a mi lado el ruloso.

-Lo noté- sonreí ampliamente- hoy nos toca a nosotros.

-No me gusta reventarme- dijo el Bestia y con el Edgar lo empujamos por los hombros haciéndole ver que no le creíamos nada.

-Weon vo quedai raja- le contradijo el Edgar.

-Bestia, yo te he visto desnudo en mi piscina ebrio a más no poder.

-Ya, es que yo no me acuerdo de esas cosas.

-Por eso te tenemos que ir contando las weas- se quejó el Edgar.

-Si po, ustedes son mi memoria.

-¿Nos crees todo?

-Si po, son mis amigos, no me mentirían con algo así.

-Si te digo que una vez nos comimos cuando estabai curao, ¿me creerías?- le pregunté alzando una ceja.

-¿Nos comimos?- me preguntó sin creerlo y yo solté una risa estruendosa con el Edgar.

-Que aweonao- dijo el Edgar y yo seguía ahogándome de la risa.

-No- dije una vez que pude volver a respirar- eri muy chistoso, Bestia.

-A todo esto, ¿Qué hora es?- preguntó el Edgar calmando la risa.

-No sé, anda a ver- le dije y me miró mal- ¿Qué?

-Anda a ver tú.

-No, tú preguntaste, anda.

-Ah culia floja- se quejó el Edgar poniéndose de pie.

El Edgar se fue, me quedé mirando cómo se iba con una sonrisa victoriosa. Volví mi vista al Bestia que jugaba con una piedra con sus pies y sonreí.

-Quería que fuera a ver la hora el...- me interrumpió con un beso agarrando mis mejillas, movió sus labios y yo no pude reaccionar, mordió mi labio antes de separarse y se puso de pie para entrar, dejándome sola.

Me quedé afuera sentada aún impactada con lo que había pasado, no lo puedo creer.

Tomé el envase vacío después de reflexionar unos 10 minutos lo que había pasado. Lavé la cuchara y me entré a bañar. Me vestí con la presencia muerta de la Mayra con una falda de flores y un croptop de mezclilla.

Mia [Jaidefinichon GOTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora