35.- Padres de repuesto.

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Después de lo que sucedió en la bienvenida de la Panchu las cosas siguen tensas y creo que seguirán así por un buen tiempo.  No le he vuelto a hablar al Jaime y tampoco pienso hacerlo, por mí se puede ir a la mierda. Quizás muy pololo de la Mica sea, pero a mí nadie me trata así.

El Jaime es el único que no se lleva bien con el Daniel, la verdad es que él es super buena onda y muy simpático, no entiendo cuál es el problema del Jaime con él, juro que no lo entiendo.

Estaba en el mall con la Mica, me había pedido una reunión como amigas y yo acepté, honestamente no tenía nada mejor que hacer y bueno, también es mi amiga.

-Estoy confundida- me confesó en un suspiro. Esperé a que siguiera hablando y ella le dio una cucharada a su helado- no siento lo mismo por el Jaime que antes, la pelea que tuvimos me hizo considerar muchas cosas.

Honestamente jamás me hubiera esperado que la Micaela dijera algo así, siempre la vi muy enamorada y cosas mamonas, pero esto la verdad que me sorprende.

-¿Qué piensas hacer?- le pregunté con seriedad.

Ella bufó y comenzó a revolver su helado con la cuchara.

-Quiero terminar- respondió con dificultad y sin mirarme.

-¿Estay segura?- esto me sorprendió el doble, no, el triple. Ella no me respondió y siguió comiendo de su helado- Mica, tienes que pensar bien las cosas, no te puedes arrepentir.  Puede ser que tenga vetado al Jaime de mis amigos y que no le piense hablar ni en un terremoto, pero lo quiero y a ti también, no quiero que sufran.

-Lo pensaré, pero hasta el momento esa es mi decisión.

(...)

Pasaron tres días después de la conversación que tuve con la Mica. Fui a comprar sushi para irme al departamento a hundirme en mi depresión viendo series en Netflix, pero resulta que el mundo es muy pequeño y en ese mismo local estaba el Nico y en modo de amistad y buena onda, decidimos comer sushi juntos ahí mismo. Pedimos 30 piezas y entre conversación las comimos todas.

Llegué casi a las 20:00 horas y cuando salimos eran las 22:05, estuvimos más de dos horas adentro comiendo y honestamente se me pasó el tiempo volando. Me ofrecí a llevarlo de vuelta a su casa ya que andaba en auto y él a pie, ni weon aceptó.

Caminamos hasta el auto que estaba bastante lejos. Iba sumida en mis pensamientos cuando su voz me distrajo.

-¿Esa niña está sola?- me preguntó y con su dedo apuntó a una niña de no más de 5 años.

Sin responderle caminé a paso rápido hasta ella y me agaché a su altura.

-Hola preciosa, ¿estás sola?- le pregunto haciendo voz de weona.

-No encuentro a mi mami y papi- respondió con voz de pena.

-¿Cómo te llamas?- le pregunté.

-Trinidad.

-Mira, nos quedaremos contigo hasta que aparezcan- pasé la mano por su pelo y ella asintió. Alcé la mirada para ver al Nico que miraba con preocupación a la niña- pregúntale a la gente si es que sabe algo.

Él obedientemente lo hizo y yo me quedé conversando con la niña agachada. Tenía 5 años, se le había caído su primer diente hace 4 días y el ratoncito le había dejado dos mil pesos que estaba ahorrando en una alcancía. Cuando volvió el Nico me negó con la cabeza dándome a entender que nadie había visto a los padres de la niña o algo. Mi corazón comenzó a latir rápido y pasé la mano por el pelo castaño y largo de la pequeña Trinidad.

Mia [Jaidefinichon GOTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora