Mia [Jaidefinichon GOTH]

15.- Enamorada.

-Preséntate por favor- me pidió la profesora- de pie, linda.

Me puse de pie y tiré mi pelo hacia atrás.

-Mía Pía Isabella Undurraga de Castilla- dije con una sonrisa.

-¿Qué quieres estudiar y cuál es tu edad?- me preguntó la misma profesora de antes.

-Quiero estudiar pedagogía en inglés o psicología- respondí segura- tengo 18 recién cumplido.

-¿Quedaste repitiendo?- me preguntó curiosa y yo asentí- ¿De qué colegio vienes?

-Del Liceo Pablo Neruda- respondí sin rodeos y comencé a escuchar susurros a mí alrededor.

-Interesante- me respondió como analizando aun lo que había dicho.

Tomé asiento y las otras dos chicas que quedaban se comenzaron a presentar. Esto era nada que ver al colegio en el que estaba antes.

-¿Veni de un liceo?- me preguntó mi compañero de puesto.

-Sí, ¿tiene algo de malo?- pregunté ofendida.

-Es raro, no te enoji- me respondió sonriendo, era lindo.

-Ya, perdona. Fue para no perder otro año escolar y mi hermano iba en ese colegio.

-¿Y qué onda?

-¿Qué onda qué?

-¿Cómo es?

-Normal- respondí obvia.

-¿No te asaltaron ni nada?

-Qué onda, o sea porque no paguen una mensualidad de 500 lucas significa que sean delincuentes, qué onda la sociedad chilena- me sentía ofendida. Él no me habló más, tampoco le iba a hablar yo.

Hablé con una niña solamente, la única que se atrevió a hablarme en buena onda. Le hablé a más chicas, pero solo para cosas como "¿Dónde está el baño?" "¿El casino?", cosas necesarias.

Volví a mi casa molesta, con una sensación rara de que este año sería una mierda y fui a mi pieza.

-¿Cómo te fue?- me preguntó el Naiko y yo alcé mis hombros dándole a entender que no sabía cómo tomarme este día- ¿Qué te pasó?

-Extraño el liceo, a las chiquillas y lo poco y nada que había construido ahí.

-Puta, Mía- se sentó a mi lado y me abrazó- ¿por lo menos teni una amiga o algo?

-No, yo cacho que todas piensan que soy una ordinaria o no sé qué. Odio esta gente, Naiko, son todos tan... narcisistas, tan superficiales, tan vacíos, no son como en el otro colegio, donde todos éramos distintos y andaba cada uno en su onda. Aquí son todos iguales y hablan de sus perfectas vidas.

-Habla con tu papá pa que te cambie po.

-No, ya estoy aquí, es un año, no me moriré en un año.

(...)

-¿Naiko?- pregunté una vez que sentí que me contestó.

-Soy el Nico, ¿Qué pasó?- hace tiempo que no escuchaba su voz.

-Necesito que me vengas a buscar a la comisaría a mí y unas amigas del colegio.

-¿Qué haces en una comisaría?- preguntó confundido.

-Fue todo un error, Nico, tú ven por favor y trae al Naiko.

-Vamos en camino- me cortó y me senté en la silla.