24.-Doble moral.

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-Se me hace difícil estar con él. Recuerdo todo lo que vivimos y no sé, me da rabia y pena- me dice la Mía. Por sus ojos puedo deducir que aún siente cosas por el negro y me da pena.

-No que ya no tenías cosas por ese weon.

-Ay, Edgar, tu más que nadie sabe que no es así, que nunca lo olvidé.

Entramos al supermercado y cada uno fue a buscar las cosas de la lista, se reunieron en el pan y fueron a pagar. Se demoraron más en el trayecto caminando que en la búsqueda de las cosas.

-El Bestia me dio un beso en el patio- la Mía no me miró ni nada, solo lo dijo y siguió mirando hacia adelante.

No sé si decirle lo que el Bestia me había dicho. En volá es una wea que me dijo como amigo y no puedo cagarlo de esa forma, pero le estaría dando un empujón, además también la Mía es mi amiga y merece saberlo.

-¿Te gustó?

-No... no sé, es que el Bestia es mi amigo y es raro que lo haya hecho. ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Le gustaré o alguna cosa así?

-No me ha comentado nada a mí.

El Bestia sabrá qué decirle después, no me quiero meter más en la vida amorosa de esta weona, es todo tan complicado y adolescente, se parece a esas series y películas gringas. Es como cuando en crepúsculo la culia no sabe si quedarse con el hombre lobo y el vampiro culiao fleto. Sólo que ahora es el drogadicto y el fleto.

Además con el Bestia somos amigos hace caleta de años, no puedo, son códigos.

Narra Mía.

Los siguientes días fueron tranquilos, no salimos a carretear y sólo comíamos o íbamos a la playa. Con el Nico, nos mantuvimos lo más alejados que podíamos, ya que sabíamos que con tan solo enlazar palabras nos podíamos poner a pelear y por el bien de todos, evitaríamos que eso pasara a toda costa.

Una cosa que sucedió en estas vacaciones fue que mis amigas comenzaron a tener romance con los amigos del Naiko... y el mismo Naiko. La Rocío comenzó a tener un amorío con el Naiko, no era un secreto a voces, era un hecho, el Jaime agarró con la Mica en la disco y la Kathy me contó que con el Edgar se daban ojitos y habían hecho quema ropa. Estas vacaciones se estaban descontrolando, levemente.

Ahora más descontrolada se iba a volver, ya que con mis perras y las chiquillas saldríamos a carretear, sin excepciones, todos a una disco.

Cuando llegamos a la Disco, cada uno se fue por su lado. Yo me quedé con el Edgar, ambos nos fuimos a sentar a la barra y pedimos piso, lo tomamos en 2 minutos y volvimos a pedir, esta vez vodka negro con sprite. Nos quedamos conversando en la barra y tomando, el resto de nuestro grupo estaba esparcido por ahí. Se nos comenzó a acercar una tipa, le di una patada al Edgar y le sonreí, él se puso nervioso y pasó su mano por el pelo.

-Hola- nos saludó.

-Hola- dijo el Edgar nervioso.

-Oye- se dirigió a mí con una sonrisa- ¿te gustaría bailar?

Abrí los ojos y miré al Edgar divertida. Él pareció estar decepcionado y puse un mechón de pelo detrás de mi oreja nerviosa.

-Perdona, pero no voy a dejar a mi amigo solo, su polola lo acaba de dejar- abracé al Edgar por los hombros y besé su cabeza.

-Chucha, sorry.

-¿Eres lesbiana?- le pregunté y ella asintió- pucha, pensé que podrías bailar con él, estay rica.

-Gracias, tú igual. Por eso me acerqué a ti de hecho.

Le guiñé el ojo y ella soltó una risa mientras se alejaba. El Edgar me miró y chocó nuestros vasos. Seguimos en lo nuestro. Llegó la Rocío y el Naiko y propusieron ir a una mesa, fuimos hasta allá con nuestra botella de pisco y vasos. Seguimos conversando los cuatro hasta que llegó el resto poco a poco.

Mia [Jaidefinichon GOTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora