-Me cagué al Bestia- le digo a la morena mirándola a los ojos.
Ella me examina y suspira. Apoya su mejilla en su mano y frunce sus labios.
-¿Con quién?- pregunta y yo miro la mesa jugando con sus dedos.
-Con el Nico.
-Tú y el Nico deberían dejar de webiar y estar juntos, no hacen más que herir a los demás con su mierda. El Bestia no se merecía esa wea- la Kathy estaba verdaderamente enojada.
-Lo sé- se me quebró la voz.
-No llores- me exige. Suspira y me mira de reojo viendo que nadie escuchara- quédate tranquila y actúa normal. Si es que quieres seguir con el Oscar, él no se tiene porque enterar de lo que hiciste. Con el tiempo pasará.
Tomé de mi jugo y suspiré.
-¿Y si no pasa?
-Ahí verás tú qué hacer, no puedo hacer mucho más que aconsejarte.
Nunca lo superé, el Bestia era súper tierno conmigo y no podía soportar todo el daño que le hice, daño que él no merecía. Siempre que estaba junto al Bestia, o sea, casi todos los días, recordaba el momento en que lo engañé y una presión en el pecho aparecía junto con un nudo en la garganta y el vómito verbal cada vez estaba más cerca de salir.
Un día estaba en la plaza con el Bestia, estábamos conversando en el pasto arrancando pastito, cursi, lo sé.
-Eri hermosa- me dijo el Bestia acariciando mi cara con un dedo.
Lo miré con una sonrisa incómoda y suspiré.
-Bestia- susurré y él me miró atento- tengo que decirte algo.
-¿Estay preñá?- me preguntó asustado y negué.
-Ojalá fuera eso- acaricié con una mano mi brazo y una lágrima cayó. El Bestia levantó mi mirada de mi mentón y con una mirada preocupada limpió mis lágrimas- me odio por esta wea.
-Mía me estás asustando más que la mierda. ¿Qué pasó?
-Te engañé- susurré y se creó un silencio sepulcral, donde solo se sentía mi llanto- te engañé con el Nico.
-¿Me cagaste?- me preguntó como si hubiera escuchado mal.
-Fue hace como dos semanas- comencé a contar-te amo, de verdad te amo, pero no sé qué pasó... perdóname.
-¿Por qué lloras?
-Porque me siento mal, no te lo mereces y me da rabia ser tan estúpida y haberte hecho eso.
-No- dijo limpiando su pantalón- no me lo merezco, porque yo te di todo para olvidar a ese weon y tú te encamai con él y me cagai. No sé con qué cara llorai si para cagar a alguien se necesitan dos y créeme que no me sorprendería saber que no te demoraste ni tres minutos en abrirle las piernas a ese weon, porque puedes decir que lo odias y que te cae mal, pero siempre te ha calentado, te calienta lo suficiente como para tener un hijo de él, arruinarle una relación y cagar a tu pololo con él.
No le respondí, me limité a llorar y mirar el suelo. En otra situación lo hubiera hecho mierda, pero todo lo que me dijo es verdad, todo.
-¿Lo nuestro llega hasta aquí?- le preguntó en un susurro.
-¿Y teni cara de preguntar?- suelta una risa sarcástica.
El Bestia se puso de pie y se fue. Me acosté en el pasto mirando el cielo y solté todo mi llanto, me quedé así unos buenos minutos, hasta que mi teléfono comenzó a sonar. Me senté en el pasto y miré la pantalla, era el Edgar.
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Mia [Jaidefinichon GOTH]
FanfictionDetrás de cada historia, se encuentra el escritor y ella decidió cambiar la historia.