Encuentro cercano del primer tipo

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Iba caminando por la calle de vuelta a mi casa. Pasé por una calle donde se oían voces de gente discutiendo.

Eran voces masculinas, me detuve un momento y reconocí la voz del chavo que estaba con la maestra de inglés.

—Te dije que no les guiñaras el ojo Haniel.

—¿Porqué no?¿Qué no entiendes que no puedo controlarlo?, simplemente pasa y ya, Diego.

—¡Maldita sea! Lo haces de nuevo y estaremos muertos.

—¿Por guiñar un ojo? ¡No mames!

—¡Es que tu no lo entiendes!

—¡Pues explicame! que no recuerdo nada de quien soy o de donde vengo desde que desperté del hospital.

—El punto es que no debes de recordar nada.

—¿Porqué no?

—Seguro me castrarían si te digo.

—¿Quién? ¡Carajo! que no entiendo una mierda de lo que me dices.

Me sentí una chismosa en ese momento, por lo que me decidí a seguir caminando.

Mala idea.

Diego y Haniel me voltearon a ver con cara de "¿que mierdas estas haciendo ahi?"

Se acercaron poco a poco y yo fingí que no los había visto ni escuchado y caminé normal.

—¡Oye tu! —me gritaron.

Si no volteo no me verán. Si no volteo no me verán. Si no volteo no me verán.

—¿Estabas oyendo?

Si me vieron.

—Amm, ¿yo? —me hice la desentendida.

—Si. ¿Cuanto llevas ahi escuchando? —Pregunta el que al parecer se llama Diego.

—Aaam...yo...no...solo pasaba y ya. No es que estuviera de cotilla, eso no es lo mío.

Si ellos me creen, Dios, te prometo ir a misa cada dos meses.

—Vale —dijo Haniel.

Ambos cambiaron su expresión por una coqueta y sonriendo de ladito.

—¿Cómo te llamas? —preguntó Diego.

—aaa-aa y-yo...soy V-Vachel —¿Quién no se pondría nerviosa con semejantes hombres frente a ella?

—El es Diego y yo soy Haniel.

—Hola.

Sonreí algo tímida. Me sentía desnuda frente a ellos. Quizá era por la manera tan pervertida en la que me veían. No estoy segura.

—Yo te he visto antes —me acusó Diego.

—¿A mí? —hice un rapido flashback de toda la gente que conocía o había visto, y no, yo no lo había visto —creo que me confundes con alguien más.

—No —amplió su sonrisa- tu estabas en el lugar donde llegó la ambulancia por Haniel...¿no es asi?

Miré a Haniel y luego a Diego.

—Yo llamé a la ambulancia —reconocí —pero no te vi.

—¿Así que tu salvaste mi vida? —preguntó Haniel.

—Es un manera muy exagerada de verlo, pero en cierta forma, si —reí por la manera en que lo representó.

Se miraron entre ellos y luego regresaron sus miradas a mi.

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