Nuevos alumnos

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—...y por eso llegué tarde.

Me senté en la mesa habitual de la cafetería después de explicarle a Santiago la razón de mi retraso.

Le conté sobre el muchacho que encontré semidesnudo e inconciente antes de llamar a la ambulancia y decirme que ellos se encargarían de el.

Despues de una larga clase de inglés, Santiago me acompañó a mi casillero, que quedaba en el otro lado de la escuela. Ahí donde corría peligro de ser violada y secuestrada por extraterrestres de colores.

Como yo había sido la última en registrarme en la escuela me dieron el primero de los últimos casilleros más feos de toda la escuela. El de Santiago quedaba en medio de la escuela, motivo por el cual el no tenía que correr para llegar a tiempo a sus clases y tampoco corría el riesgo de ser violado por los acosadores conserjes. Bueno, quizás por ellos no, pero si por toda la población femenina de la escuela. Y pues no es que presuma, pero tengo a uno de los chavos mas guapos de esta escuela como mejor amigo. Ojos azul grisáceo, cabello oscuro lacio hasta un poco debajo de las orejas con un cuerpo que todas lamerían con gusto (sin exagerar).

¿Y yo? bueno, yo tenía salud y una mamá que me quiere mucho... eso es lo que de verdad importa en la vida ¿no?

Caminamos por los pasillos y como era normal, una que otra chava saludaba y sonreía coquetamente a Santi y el encantado de la vida las hacía suspirar con una sonrisa que le salía totalmente natural.

En las escaleras había un montón de chicas cuchicheando entre ellas, y para la sorpresa de Santi y mía no lo volteó a ver ni una sola de ellas. Nos acercamos para escuchar mejor de lo que hablaban.

—¿ya lo viste?

—Está como quiere.

—Dicen que su amigo está mejor.

—¿De que año será?

—Nadie sabe nada de ellos, seguro no son de la ciudad.

Comentaban entre grititos emocionados entre ellas.

—¿De que hablan todas? - le pregunté a una chica rubia que se encontraba entre la multitud.

—¿No sabes? —me miró con cara de sorpresa y yo negué con la cabeza— pues según dicen, —se acercó más y bajó la voz como si estuviera contándome algun secreto —habrá dos estudiantes nuevos este año, y se rumora que están buenísimos— dijo haciendo énfasis en "buenísimos".

—¿Y por eso están todas aqui? ¿Ya llegaron o qué?

Preguntó Santi a la rubia, la cual, al parecer no lo había visto y se sonrojó de inmediato.

—No, b-bueno, solo hay uno. Al parecer se vino a inscribir por los dos. —terminó soltando una risita nerviosa.

Caminamos hasta llegar  al salón de clase. Tocaba inglés.

Despues de unos largos cinco minutos de clase, y con la mayoría babeando sobre el mesabanco a punto de morir de sueño, alguien interrumpió a la maestra.

—Disculpe, maestra.

Una voz masculina hizo que todos en el salón voltearamos hacia la puerta. Oh. My. Fucking. God.

Un chavo alto,de cabello castaño caramelo con unos increibles ojos azules entró al aula despues de que la maestra le hiciera un gesto para que entrara.

Todas, y me refiero a T-O-D-A-S siguieron al sensual tipo que caminaba como si fuera un ser superior muy amable bajo la mirada acosadora de todas. Se acercó hasta el escritorio y comenzó una charla con la maestra, la cual se veía muy complacida con el chico. Vieja resbalosa. Ella asintió y después de decir que la clase había terminado salió con el chico del salón.

Salí del salón con Santiago y nos dirigimos a las canchas de fut. El era muy bueno jugando y yo lo animaba, vale, que no era la única que lo hacía. Pero como el me decía que mis porras eran las que le importaban, pues lo hacía, aunque estas consistieran en alzar la vista de mi celular hacia el juego de vez en cuando. Por que, sinceramente, no me gusta el deporte, ni ese, ni ningún otro. Solo me gusta leer y bailar, tambien cantar, pero solo como pasatiempo veo el cielo o salgo a caminar por ahi.

Después de revisar twitter y facebook levanté la cabeza para saludar a Santiago, pero mi mirada se desvió hacia el otro extremo de las canchas.

En la otra esquina estaba el chico inconciente de la mañana observando el partido junto con el chico que habló con la maestra.

Y como era de esperarse, las chavas dejaron de ver el partido para verlos a ellos dos. Y esque los dos juntos eran peligrosamente orgasmeantes. Esta vez pude ver los ojos de el. Eran azules. Un azul vivo. Admito que tenía unos ojos hermosos y no estaba de mal ver. Es muy guapo. Y tiene esa sonrisa de lado que tanto me gustan en los personajes de mis libros. El parecía físicamente uno de esos.

El hermoso bello durmiente veía a dos alumnos del colegio que estaban obviamente enamorados, de esos que se quieren pero ninguno daba el siguiente paso. Y ya llevaban varios años asi. Se les acercó, tocó los hombros de ambos amistosamente, platicó con ellos menos de diez segundos antes de que su amigo se lo llevara apresuradamente de ahí, cuando el chavo que estaba con la muchacha lo volteó a ver, el guiño un ojo, miré de nuevo a los enamorados ¡y ya se estaban besando!

¿Que demonios les había dicho?

Lluvia de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora