Desaparecida

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Al llegar a mi casa me subí a la azotea como de costumbre despues de un largo día.

Quizá me estaba volviendo loca, según yo. No se si todo lo imaginé o en verdad sucedió.

Bufé. Necesito un café.

Fuí a la cocina, prendí la cafetera. Al parecer mi mamá no estaba en casa y ya estaba oscuro.

Al terminar mi café salí de la casa para buscarla al trabajo. Trabaja en una gran empresa. Aun no me queda muy claro que es lo que hace ahí ni de que es la empresa.

Caminé alrededor de 10 minutos hasta que recordé que no se donde queda la empresa.

Seré idiota.

Decidí que mejor iría a casa de Santi. Hoy es lunes y su mamá prepara una galletas deliciosas con chocolate caliente todos los lunes.

—Hola linda! —me saludó su mamá al abrirme la puerta.

—¿Cómo está señora? —la saludé — ¿Está Santiago?

—Claro que si linda, pasa, estas en tu casa.

Le sonrío cortésmente y la mamá de Santi me hace una seña con la mano para que suba a su cuarto.

Toqué la puerta y despues de unos instantes tengo a Santiago frente a mi muy sonriente.

—¿Porqué tan feliz? —le pregunté

—Adivina quien fue nombrado como el mas 'sexy' de la escuela.

—¿En la escuela hay alguien sexy? — bromee.

—¡Claro, y es tu mejor amigo!

—¿Estas seguro? No lo sé, quizás deberíamos llevar con el oculista a quienes te votaron...— me burlé

Hizo una mueca dolida y lo abracé felicitándolo e inmediatamente bajó las manos hasta mi trasero.

—¡Hey! — le reprimí

—Lo siento, no me di cuenta.— fingió inocencia.

—No entiendo como es que tengo por mejor amigo al mas pervertido..

—...y sexy—agregó

—...de la escuela.

Dije sentándome en la orilla de su cama.

—Yo si sé.— se sentó en el piso y comenzó a hacer flexiones— Aunque tu lo niegues, te gustan lo pervertidos sexys super guapos y ardientes como yo.

—¡Si serás modesto!

—Es la verdad —rió.

Paró un momento y se quitó la playera, quedando solo en jeans.

—Chiquito...¿a que hora sales por el pan?— le dije burlona con voz pervertida.

—Disfutando de la vista Mackensey?—me preguntó seductor

Yo me limité a reir y acostarme en su cama con los pies en la pared. Tomé un libro que tenia en la mesita de noche y me dispuse a leerlo. De vez en cuando veia a Santi. Está de muy buen ver ¿Para que negarlo?

—Tss... ¡niña! — me habló

Hice un sonidito indicándole que lo escuchaba.

—Mamá nos llama para cenar.

—¿Hizo galletitas?— pregunté ilusionada.

—¿Así que solo usas a mi madre para comer galletitas? Me decepcionas castaña.— hizo una mueca divertida y yo reí.

Lluvia de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora