Después de coger el dinero que me habían dado mis padres decidí ir a comer a un Mc Donalds.
Iba caminando por la calle y siempre con esa extraña sensación de que me vigilaban.Son imaginaciones mías —Me repetía una y otra vez.
Llegué al Mc Donalds y me pedí un Happy Meal. Me senté en una de las mesas al lado de los ventanales y me puse a comer. De repente mi vista se fijó en un hombre vestido de negro, al igual que Ji Ho y yo.
Ji Ho...
Le observé más detenidamente, él también lo hacía, apartó su mirada y se puso a mirar repetidas veces a ambos lados de la carretera, empezó a cruzar la calle cuando se aseguró de que no venían coches. Entonces yo dejé un par de billetes para pagar la hamburguesa en la mesa y le pregunté al camarero donde se encontraba la puerta trasera. Cuando me lo dijo fui a paso acelerado hacia ella. Al salir del local salí corriendo y se me ocurrió ir a una tienda de armas.
—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle? —preguntó con una sonrisa que seguramente le habían ordenado a poner.
—Me gustaría comprar esa pistola de ahí.
—Por supuesto, ¿tiene licencia?
—Yo no, no es para mí, es para mi padre que me ha encargado que venga a por una.
—Está bien —dijo mirándome descofiadamente.
—Oye. ¿Te conozco? —preguntó mirándome más fijamente aún.
—No, no creo —contesté sonrriendo.
El hombre de más de unos cuarenta años cogió el arma y me lo dio, le di un par de billetes y me fui gritando "¡quedese con el cambio!" Antes de salir por la puerta. Guardó el arma en la parte trasera de mi pantalón. Fui a cruzar el paso de peatones pero antes me aseguré de que nadie me siguiera, corrí hasta llegar al otro lado de la calle y llego a un albergue que había frente a un parque, me volví a asegurar de que nadie me siguiese y entré.
—Buenas noches, ¿tiene alguna habitación libre?
—Claro, aquí tienes la llave, ¿cuántos años tienes cielo? —preguntó la amable señora de unos sesenta años.
—Casi dieciseis —dije sonriendo.
—Te voy a dejar la habitación gratis por hoy, ¿está bien?
—Muchísimas gracias, es usted muy amable.
—De nada. Es la número diecinueve.
—Gracias de nuevo, buenas noches.
—Que descanses bonita —agregó amablemente.
Me fui a la habitación, esta constaba con una cama individual, una puerta que daba a un pequeño cuarto de baño y dos puertas que daban a un amplio balcón. Me asomé disimuladamente por las cortinas, pero no vi nada, las cerré, apagué las luces y me fui a dormir.
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I'm in love with a killer ︴Zico
Fanfiction❝No hay nada peor que enamorarse de la persona equivocada... O puede que no tan equivicada.❞ ︴Historia completamente mía, prohibida su copia y/o adaptación. Pedir permiso en caso de querer hacerlo. Gracias.