Capítulo 10

647 63 18
                                    

Maratón 1/2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maratón 1/2

Me desperté en la misma habitación de hace una semana, sí, llevo aquí ya una semana, una larga e interminable semana. No había tenido la oportunidad de hablar con Ji Ho desde que ocurrió "eso" con su hermano, no sé como pude ser tan tonta.

De repente oí como unos pasos y unas voces se fueron acercando hacia donde estaba. Entre esas voces distinguí la de Ji Ho, estaba segura de que era él.

La puerta se abrió dejando ver a Ji Ho y a su hermano.

—Muy bien, pues aquí os dejo —dijo Jiseok cerrando la puerta.

—Ji Ho perdóname, te juro que no tengo la menor idea de por qué lo hice, por favor tienes que creerme.

—Lo primero, llamame Zico, Ji Ho para ti ya no existe. Y segundo, yo creo que sabías muy bien lo que estabas haciendo, además, ya eres libre de irte con mi hermano, porque esto se ha acabado.

Mis ojos se abrieron como platos ante lo que Ji Ho había dicho e inmediatamente las lágrimas empezaron a salir de mis ojos.

—¿Qué? ¡No! ¡No! ¡Ji Ho no! ¡Te podría haber denunciado si hubiera querido, y no lo hice! Me quedé contigo, porque... Porque... ¡Yo solo te quiero a ti! ¡Eres lo mejor que me ha pasado! ¡Por favor no me dejes!

—Yo también te pude haber matado y no lo hice. Estamos en paz. Adios. —dijo con una mirada fria.

—¡NO!

Y se cerró la puerta.

Lo he perdido...

Las lágrimas no paraban de salir, ya no sabía ni donde estaba de lo borroso que veía. No paraba en todo momento de gritar "Ji Ho vuelve" o cosas así.

Narra Ji Ho

—Pedimos un rescate y la soltamos, no tengo más ganas de verla.

—¿Ves lo que te pasa cuando te confías?

—Gracias por demostrarme quién es de verdad Hara —dije agradeciéndole a mi hermano.

—De nada hermanito, pídele a la chica el teléfono de sus padres y llama, pide un rescate de 100.000.000₩.

Ji Ho asiente.

Narra Hara

Después de haber estado un par de horas llorando la puerta se abrió y Ji Ho volvió a hablar, esa vez no fui capaz de decir nada, tenía tantos nudos en la garganta que se me hacía imposible. Esta vez es él el que comenzó la conversación.

—Dime el número de teléfono de tu padre o madre.

—¿Qué vas a hacer? —dije entrecortadamente.

—Te vamos a soltar, pero no sin antes  ver 100.000.000₩.

—¿Enserio esto se ha acabado?

—Dime el número de teléfono.

—Pero...

—¡Qué me digas el puto número de teléfono!

Abrí los ojos como platos, Ji Ho nunca me había hablado así desde que empezamos a salir hace unos meses. Me sorprendió mucho.

Empecé a decirle el número de mi padre mientras las lágrimas y sollozos no paraban de salir, haciéndome difícil el hablar.

Ji Ho le dio a llamar y empezó a oirse un pitido, y luego otro, y luego otro hasta que al final contestó mi padre.

—¿Diga? —contestó mi padre.

—¿Sr. Kim?

—Sí, dígame.

—Soy el secuestrador de su hija, quiero 100.000.000₩. Los quiero hoy a media noche en el parque central de la ciudad. Le entregaré a su hija a cambio del dinero, como vea un solo policía la mato. ¿Entendido?

—Sí, pero, por favor, ¡no le hagas nada!

—Nos vemos esta noche —dijo Ji Ho finalizando la llamada.

—Ji Ho —dije entrecortadamente.

—¡Qué no me llames así ostia! —y cerró la puerta.

Me puse a llorar de nuevo y en mitad del llanto me dormí.

[...]

—¡Eh! ¡Vamos despierta! —decía mientras me sacudía.

Abrí los ojos.

—Nos vamos, es la hora.

Asentí débilmente.

Ji Ho me desató y me dio ropa para que me duchase.

Después de estar lista Ji Ho cogió una pistola y se la metió en la cintura del pantalón, a mí me cogió del antebrazo y me arrastró hasta llegar a la furgoneta.

Después de unos minutos en puro silencio, llegamos al parque. Y ahí estaba mi padre sentado en un banco mientras movía los pies nerviosamente. Una sonrisa involuntaria me salió. Ji Ho se dio cuenta y entonces habló.

—No te separes de mí hasta que me dé el dinero o de lo contrario dispararé, ¿entendido?

Asentí.

Ji Ho se puso el pasamontañas y entonces ambos bajamos del coche. Mi padre, al vernos, se levantó rápidamente del banco.

Nos acercamos a él y Ji Ho fue el primero en hablar.

—El dinero —ordenó.

Mi padre le entregó la bolsa y vi como una sombra se movió no muy lejos de nosotros, aun que Ji ho parecía no haberse dado cuenta. Sin pensar en lo que hacía rápidamente saqué la pistola que Ji Ho tiene en la cintura del pantalón y le apunté a él con ella. Ji Ho abrió los ojos como platos y en un abrir y cerrar de ojos dos policías lo tenían agarrado de ambos brazos. Le quitaron el pasamontañas y uno de los policías lo esposó.

—Woo Ji Ho, estás detenido —dijo uno de los agentes.

—Tiene derecho a guardar silencio, si se renuncia a este derecho, todo lo que diga puede y será utilizado en su contra.
Tiene derecho a un abogado y que este presente durante el interrogatorio. En caso de no poder pagar un abogado, el Estado le proporcionará uno de oficio.

Ji Ho me miró con tristeza y decepción en los ojos.

—¿Qué he hecho? —susurré— Lo siento mucho —digo mientras no paraba de llorar.

Vi como llevaron a Ji Ho al coche patrulla y cerraron la puerta.

—Ya no tienes porque preocuparte, todo ha pasado —dijo un policía refiriéndose a mí— dame el arma Hara.

Dudando le di la pistola.

Miré de nuevo al coche patrulla y vi como Ji Ho pronunció un "te amo" entonces es cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer, acababa de alejar lo más que podía al hombre de mi vida.

—¡Hija! ¡Menos mal que estás bien! ¿Te ha hecho daño?

—No papá —dije al borde del llanto.

—Vamos a casa. Mamá se va a alegrar mucho de verte.

Y así es como dejé ir al amor de mi vida...

I'm in love with a killer ︴ZicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora