Konoha 5/6

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Sudor

—Naruto– ella me llamaba.

—Hinata, ven– respondía a su ruego.

La profesora Hinata corría hacia mí. Estábamos en una playa, y a su espalda se veía el atardecer. Me deleitaba al ver como sus pechos y caderas se movían al compás y su cabello ondeaba con el viento.

Llegó frente a mí y la abracé. Estaba a centímetros de su boca. Podía sentir su aliento sobre mi piel.

—Bésame, por favor — es lo único que alcanzo a pronunciar, mientras me acerco más y más a su boca. Cuando súbitamente...

—¡Namikaze, suélteme! ¡No pienso besarlo!– me gritó el profesor Maito, regresándome a la realidad.

—¡Qué!– chillé y arrojé al profesor que llegó directo al suelo.

Ex-campeón de triatlón y físicoculturista, Maito Gay. Un hombre fornido, con un ánimo impresionante. Es alto pero las que son aún más sorprendentes que su entusiasmo son sus cejas. Juro que las he visto hacer pesas, ok no pero son inmensas. Además su corte de cabello es muy raro, parece que trae un casco que para colmo relumbra. Y ni que decir de su vestimenta, esas lycras verdes son bastante desagradables. Me da un poco de asco a veces. En fin, él es nuestro profesor de educación física y el responsable del gimnasio.

En esta ronda nos toca deporte. Algo que sin duda amamos todos los Titans, obviamente y a los demás no les desagrada tanto. Después de todo, sirve para relajar la tensión y liberar el estrés, aunque yo pienso que eso podría hacerlo también con cierta mujer un poco mayor y de pechos increíbles con unos labios tan seductores. A la que haría tocar el cielo al llegar al orgasmo. Seguro que tanto ella como yo terminaríamos cansados, nuestros cuerpo cubiertos de sudor, sin aliento y con ganas de más y qué sin duda le daría con ganas.

Pero bueno, igual la finalidad de esta sesión es que todos estemos sanos y en forma.

Después de levantarse y sacudirse el polvo del trasero, el profesor Maito que ya tenía el ceño fruncido, se acercó a mí apuntándo con el dedo.

—Usted, que parece tener tanta energía que hasta se le desborda por el cerebro. Enséñenos la llama de su juventud y empiece con 3 series de 30 flexiones— me ordenó y antes que pudiera replicar sonó su silbato, no tenía opción así que inicié con las flexiones– Y el resto ¿¡qué esperan!?– sentenció. Y mis compañeros comenzaron a seguir mi ejemplo.

Seguimos con sentadillas pero no fue nada lindo ver al profesor frente a nosotros, ver sus nalgas tan cerca de mi cara ¡iugh! Nada que ver en comparación con la clase de baile y la sexy instructora. Afortunadamente después de eso corrimos por 25 minutos y del campo fuimos al gimnasio.

Cada uno conoce bien su rutina por lo que el profesor sólo rondaba para inspeccionar que todo fuera bien y nadie holgazaneara. A algunos les daba una palmada en la espalda en señal de apoyo y a quienes parecían ya exhaustos les daba su ya tan tedioso y conocido sermón motivacional.

Las sesiones con el señor Maito, son extensas y duran prácticamente dos clases. En realidad no es tan malo el profesor, sin duda conoce la materia a la perfección, lo malo es que no sea una chica, si lo fuera, no me quejaría y haría con gusto cualquier cosa que me pidiera.

Bueno, al terminar la clase tenemos otro receso. Pero sólo son unos cuantos minutos en los que los Brainys y los Star toman una ducha y los Titans buscamos nuestros equipamientos necesarios, y los Gods, bueno ellos hacen lo que deben hacer, puesto que como ya finalizan las clases es hora de que cada rango vaya a su respectiva estación.

Tal vez ya no veré hoy a mi sexy teacher pero tengo las bubies de Tsunade para disfrutar un poco.

Miss HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora