Miss Hyuga

De mal en peor 1/2

—Buen día, doble.

—........

—¡Tarado, reacciona!—exclamó Sasuke al mismo tiempo que me golpeaba en la nuca.

—¡Oye!— chillé.

—No me hacías caso, así que tuve que usar otro método para llamar tu atención.

—Está bien— acepté con la cabeza gacha.

—Dobe, es en serio ¿Qué te pasa?— interrogó tratando que su tono fuera tan falto de emoción, como siempre, sin embargo había una perceptible pizca de preocupación.

—No es importante... Sólo no dormí bien— contesté finalizando con un bostezo.

—Seguro y es por lo que pasó ayer en tu clase de kick boxing.

—¿A qué te refieres?

—Pues al terminar la última fase, mientras estaba en los vestidores, escuché la platica de unos inútiles que van contigo. Dijeron que tu....— dejó la oración a medias.

—¿Qué, teme? Si ya empezaste de chismoso,termina.

—No sé si debería— dijo dubitativo.

—Está bien, si no quieres decirlo, ya encontraré a alguien qué SÍ sea mi amigo y me lo diga— farfullé.

—Ya, ya. Tampoco hagas drama. Pareces mi novia.

—Eso quisieras... Pero ya dime o me voy.

—Ok. Ellos dijeron que eras un completo patán y que no sabes pelear limpio— el momemto en que lamí el cuello de miss Hyuga vino a mi mente— y que Hyuga te odia— quedé atónito.

Al notar que no seguía caminando, Sasuke se volteó a verme.

—Ves, por eso no quería decirte nada, inepto— y rodó los ojos.

—¿Qué? Sólo recordé algo— me excusé aunque era la verdad. Recordé la expresión de miss Hyuga al salir del ring—Ya veré cómo averiguar que pasa realmente con ella.

—De acuerdo, solo no hagas estupideces.

—¿Yo?— pregunté indignado.

—Obvio, ¿ a caso ves a algún otro estúpido enamorado? — esa última palabra retumbó en mis pensamientos. ¿Yo enamorado?— Ahora apresúrate que ya es tarde.

Y así llegamos a la escuela, atravesamos la valla, bueno, yo apenas sí salí. Esas locas se quedaron con una de mis mancuernillas y me dejaron con una marca en el cuello, sigo pensando que son vampiras. ¡Qué excelente inicio de viernes!

¿Creen en la mala suerte? Hay quienes dicen que tu mismo con tu mala actitud haces que te sucedan cosas malas. Yo no creo en eso. Pues he ido caminando muy tranquilo y felizmente cuando ¡iugh! Piso excremento de perro. Así que yo sí creo en la mala suerte. Precisamente hoy fue uno de esos días.

Después de parecer un novato frente a la valla. En la estación uno, o sea artes, en clase de literatura, el maestro Hatake leía en voz alta un fragmento de la divina comedia de Dante Alligeri. Y mientras lo hacía, recordé uno de los sueños que tuve durante la noche...

—Por favor, señor. Ya entendí— gemía con lágrimas desbordantes.

—Aun no, tu castigo no termina, dulce angelita.

—Please, master.

—De acuerdo, te Soltare pero que sea la última vez que intentas ponerte a mi nivel.