El cazador cazado

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—Linda camisa.

—Te ves tan rudo.

—¿Te la cambió tu hermanita?

Tranquilo Naruto, sólo ignóralos 'ttebayo, no valen la pena. Todo me pasa a mí. Creí que el asunto de la secadora solo era eso, con la secadora pero no, de cierta manera las lindas hermanas Hyuga se las arreglaron para dejar mi camisa roja de un nada agradable rosa pálido.

Fue una noche de ensueño, y ya que por fin lo acepté, lo haré. Hoy después de la clase de baile le voy a decir a Hinata que la quiero. Le diré que acepte mis sentimientos, sé que me corresponderá.

—¿Qué se supone que llevas puesto, tarado?

—Hola, Sasuke. Buenos días dattebayo—la ironía es contagiosa —Te digo luego. Ahora vamos que ya esta por comenzar la clase con miss Hyuga.

—Dobe.

Avanzamos hasta el salón de clases. El vals ya me lo sé de memoria y aunque confío en Sasuke-teme no puedo evitar sentir celos cuando baila con miss Hyuga.

Hay algo de lo que jamás me cansaré, y eso es: ver a Hinata. Su ropa deportiva es tan sexy y se amolda perfecto a su cuerpo.Las licras grises que lleva hoy, están de miedo, me hace sentir excitado.

Despues de la selección del representante, las parejas ya no son tan parejas, hay uno que siempre sobra y ese es quien debe encargarse de "revisar" al resto del grupo. Hoy le toca a Sai, ese maldito bastardo a veces me da escalofríos con su sonrisa vacía pero ¡¿por qué carajos trae una fusta?! Es un enfermo. Sé que solo esta jugando, no creo que vaya a...

—¡Auch! Sai.

—Lo siento, Izumo pero tu técnica es desastrosa.

Bien, ahora creo que mi "chico", soy la "mujer ", y yo nos moveremos lejos de Sai. ¡Qué tiene en la cabeza! Y ahora, no tenía que golpear el trasero de Shikamaru.

—Señor, Hamura. ¿Por qué recurre a la violencia?

—Porque no lo hacen bien —ella lo analizó por un momento. Se nota que no estaba poniendo atención a lo que esa copia del teme, al inicio de la clase, cuando le dijo que si la podía usar.

—Hablaré más tarde con usted. Ahora continuémos que la demostración será pronto. Uchiha, por favor sigamos.

Esquivamos varios golpes del pintor ese. Él tiene una gran fijación con los penes, dice que son la máxima expresión del hombre, lo que te diferencia y que cada uno tiene su esencia. La ducha es un suplicio, a veces se le da por "apreciar" los miembros de los compañeros, al principio se llevó amenazas y hasta golpes pero cuando te da su "perspectiva de artista" como que lo entiendes y te calmas un poco, aun así hay quienes simplemente lo evitan. Y no es por alarde pero Naruto jr. es único. Por cierto que mientras hacía su "supervisión de la clase" también comentaba algo al respecto de la bella anatomía humana y como ya dije pues lo evitamos así que no escuchamos que era exactamente lo que hablaba.

Ya había llegado el momento de hablar con mi ángel, la clase ya había acabado. Todos incluso Sasuke, que se ha quedado un poco más para practicar, se habían ido.

Y estaba ella, ahí, cerca del equipo de audio. El sudor en su frente caía hasta resbalar por su cara y hasta sus senos. Tragué fuerte, me sentía nervioso. Antes sólo me había confesado una vez, a ella, la causante de todo. La más perra con quien pude haberme cruzado en el camino, la mas bruja... Bueno no es el momento de estar triste por cosas que no valen la pena recordar. Con pasos temblorosos me acerqué, ella se giró al notar mi presencia.

—Naruto, ¿sucede algo? —se acomodó el top que estaba algo torcido.

—Bueno, yo quería hablar contigo —metí las manos en los bolsillos y jugaba con mis pies, pateando piedras imaginarias y miraba hacia el suelo como si esas rocas realmente existieran.

Miss HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora