El regreso del "dattebayo"

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Han pasado varios días desde nuestra cita. Aún hay muchas interrogantes flotando en mi mente ¿Por qué golpeó a la mesera? ¿Cuál fue el motivo por el que me dejó tutearla? O ¿Por qué no borró la foto?

A pesar de que trato de concentrarme en los papeles que tengo en frente, no puedo y menos con mini-Hinata, de cabello café, viéndome así. Sólo me ve fijo y baja la mirada para hacer algo en su block de dibujo.

—Oye, tú ¿Qué tanto haces?

—Dibujo —tan seria como su hermana —Y ya te dije, me llamo Hanabi.

—Muy bien, HANABI —se movió rápido y estaba de rodillas junto a mí, sobre el sofá. Sostenía varios lápices de colores y los ponía al lado de mi cara —¿Qué estas haciendo?

—Tal y como  lo pensé —sostuvo mi cara con ambas manos —El azul de tus ojos es único.

—Eeeeh... Qué —¿Por qué estoy nervioso?

—Hanabi, deja al joven Namikaze, necesita leer en paz —Hinata apareció con una bandeja con té y galletas —Ven, es tu favorito —increíble, cambia su tono en cuestión de segundos.

Esto no ha estado tan mal, no me ha golpeado mucho en las dos sesiones pasadas. Creo que lo hace por esa pequeña copia suya. Y yo, yo no he podido hacer algún avance por culpa de la pequeña ¿Cómo puedo tocar disimuladamente a miss Hyuga si la niña esta atenta a cada movimiento, por mínimo que sea?

La conocí en la clase del lunes y ya parece que vive aquí. Ayer le pregunte a la señorita Hinata si su replica en miniatura vivía con ella, "No, Hanabi vive con mi padre y mi hermana, su estadía es temporal, no serán mas de tres semanas" me dijo.

¡Qué más da! Esa niñita , en mi casa no puede interrumpir mis fantasías con su hermana mayor 'ttebayo! Aunque sí frustró el bello momento del miércoles.

"—Miss, tiene algo aquí —toqué su cabello cerca de su oreja izquierda —Ya está —no había algo. Fue una táctica pero ella se quedo quieta mientras me acercaba a sus labios, ambos cerramos los ojos, estábamos a centímetros.

—Hermanaaaaa —sí ella llegó —¿Sabes si...? ¿Qué están haciendo? —hizo un puchero y con el pie golpeó fuertemente el piso de la cocina. Hinata me empujó levemente para que la dejara pasar y se acercó a su "hermanita". Entrometida.

—No estábamos haciendo algo —a veces no la entiendo bien cuando habla —What do you want? —y menos cuando cambian de idioma.

—Are there any place where I can buy Mars®?— muy infantil pero se esta desarrollando. No me juzguen soy adolescente.

—Mars®? Mmmm, ici, il n'y a pas. —¿Ahora en francés? —Demande par internet —ajá dijo algo sobre el internet."

Y la niña se fue, y quedamos solo otra vez pero ya para qué, ya se había arruinado la atmósfera. Ahora mismo de reojo la veo haciendo algo con sus marcadores y a mi bella Hina hablando sobre no sé qué pero se ve un poco molesta.

Lo vuelvo a repetir, esa chiquilla no me agrada mucho, y por fortuna no puede entrometerse en mis sueños, como el del domingo.

Después de la cena con mis padres me fui a mi recámara. La foto de ella seguía ahí. No lo dude, acostado en mi cama, empecé a masturbarme. Acaricié la punta, imaginando que eran sus dedos los que me tocaban. La imagen de su rostro sonrosado y con la respiración agitada la debo a las prácticas intensas, al igual que sus jadeos. Seguí, arriba y abajo, arriba y abajo dando pequeñas vueltas, desde mis testículos hasta la punta. Era tan rico, luego la imagen de ella saliendo de la bañera me llegó como un mal lanzamiento del pitcher. Aunque eso solo aumento mi deseo y con eso el ritmo de mi mano. Eyaculé pero no fue suficiente, la erección no cedía. La única opción, la ducha, fría y efectiva.

Miss HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora