Recuerdos y malos entendidos

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—¿Qué te tiene tan animado? Hoy es lunes. Y estás más molesto de lo habitual— me decía Shikamaru mientras yo me vestía. Ya estaba ansioso por correr a ver a miss Hina.

—Es por mis clases extras— empezaba a abotonarme la camisa del uniforme —No todos tenemos cerebro de esponja.

—Jaja, qué dices. Tu cabeza sí parece Bob Esponja.

—Ja, qué gracioso— le dije con un nada sutil sarcasmo.

—Bien, oye sé que tienes clases de apoyo con Hyuga— sonrió con flojera —pero ¿qué le dijiste o hiciste para quedar en K.O? Ya sabes lo del sábado.

Cómo vuelan los chismes.
—Ah, pues...

" Un joven rubio tropezó con la alfombra de la sala y cayó sobre su maestra y ella lo golpeó en el estómago, dejándolo en K.O.

Hinata al sentir el peso "muerto" de Naruto sobre ella se asustó.

Creo que lo maté— murmuró asustada. Sin embargo de inmediato tomó el pulso "al difunto". Por primera vez notó que el chico efectivamente tenía la piel suave y cálida. —Sólo se desmayó.

Y con algo de esfuerzo y con cuidado lo movió hacia un lado. Dejándolo boca arriba. Fue por uno de los cojines del sofá y lo puso bajo su cabeza. Marcó un número en su celular.

—Buenas tardes, soy Hyuga Hinata— se presentó —¿Puedo hablar con el joven Uchiha Sasuke?

—Permítame un momento— habló una mujer del otro lado de la línea. Una pausa y luego un hombre tomó la llamada —Soy Sasuke.

—Sasuke, soy Hinata. Necesitó que vengas a mi departamento, por favor.

—¿Puedo saber el motivo?

Naruto se desmayó— dijo ella con algo de angustia.

—¿En serio? Vaya el dobe no aguanta mucho— bromeó.

—Fue un accidente pero podrías venir ya, por favor— era una orden mas que una petición.

—De acuerdo. Salgo ahora mismo— y colgó.

Minutos más tarde un azabache con peinado de cacatúa y actitud arrogante pero muy, muy atractivo tocó el timbre del piso 6.

—Gracias, pasa— Hinata se hizo a un lado para que él entrara.

—Muy bien, ¿Dónde está la florecita?— entró y empezaba a buscar a su amigo inconsciente, al que casi al instante vio tirado en la alfombra de la sala —Oh, ya ¿qué ocurrió?— se acercó al rubio tirado en el suelo para asegurarse que aún respiraba.

—La sesión ya había terminado— empezó a relatar ella al tiempo que le daba un vaso con agua —Ya lo llevaba a la salida pero tropezó. Yo iba a voltear para decirle que no olvidara su mochila y cuando cayó yo quedé abajo— hizo una pausa para ver hacia sus pies, la correa de una de sus sandalias estaba rota —me atoré con la sandalia y también caí pero mi rodilla golpeo su estómago— finalizó y regreso su vista al invitado.

Miss HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora