Cinco sentidos

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No hay nadie mas en el salón. Me pide que pase al frente. Me levanto y empiezo a caminar hacia ella.
Estoy de pie, frente a la pizarra  a un lado de miss Hyuga, quien me tiende una tiza. Con algo de torpeza la tomo.

— Mr. Namikaze. Please write the five senses– me ordenó. Yo no entendía nada de lo que me decía, así que continuó– por favor, escriba los cinco sentidos.

Comencé a pensar... Sí, ya los tenía.

—Olfato– dije.

—Smell– me dijo con una voz tan sexy. Se notaba la lujuria. Lo escribi. Ella se acercó hacia mí y empezó a oler mi cuerpo, inició por el cuello. Al sentir su respiración tan cerca y sobre mi piel me tensé. Siguió su recorrido por mi torso y bajó hasta mi cremallera. Pero de inmediato se levantó y se aproximó a mi cara para que pudiera besarla, cuando ya estaba por hacerlo se apartó. ¡Qué diablos!– Continue– soltó.

—Oído.

—Hearing– pronunció y yo escribí. Fuente entonces que se dispuso a hablarme al oído. Decía con una voz tan ronca y sexy— Naruto, quiero que seas en único hombre en mi vida y el dueño de mi cama. Quiero que con tus caricias y tus besos borres las huellas de cualquier otro. Quiero que me tomes y me hagas tuya. A cualquier hora, en cualquier lugar y como tu quieras– su voz estaba tan cargada de deseo y sonaba tan cachonda que intenté acercarme para poder tocarla. Sin embargo sólo me esquivo mientras negaba con el dedo y una expresión traviesa.

El sentimiento de lujuria se apoderaba cada vez más de mi cuerpo. Podía sentir como un calor empezaba a arder en mi interior.

—There are three more– habló la profesora mostrando tres de sus dedos.

—Vista – atiné a decir. Seguía sin entender del todo lo que me decía.

—Sight– mencionó ella. Y empezó a desabrochar el saco azul naval que traía puesto. Lo dejo caer e hizo lo mismo con la blusa blanca. Ahora podía ver ese lindo bra de encaje color violeta que contenía sus ricos pechos. Despues bajó el cierre de la falda azul de tubo. Dejándome ver esas panties que hacían juego con el bra que estaban bajo un sexy liguero blanco que sostenía unas medias negras, las cuales se sujetaban exactamente en el muslo.

Vaya que estaba disfrutando de la vista. Esa ropa la hacia ver súper sensual. La veía con las mejillas un poco coloradas y la boca un  ligeramente abierta. Su mirada parecía divertida. Y noté que se centraba en mi entrepierna. Y ahí estaba de nuevo, una fuerte erección amenazaba con romper mi pantalón.

—The next one– dijo de manera apresurada. Yo ya me estaba conteniendo demasiado y al parecer ella también.

—Tacto– pude decir con una mueca de dolor, producto del aprisionamiento de mi pene.

—Touch– salió de su boca. Garabateé en el pizarron al mismo tiempo que pasaba sus delicadas manos en mi cuello. Trazaba pequeñas figuras en mis clavículas y seguía hacia mis brazos. Apretujaba mis bíceps, sobaba mis antebrazos. Regresó las manos por aquellas rutas ya trazadas. Ahora las ponía sobre mi torso. Acariciaba mis pectorales y delineaba mis abdominales. Esas caricias eran un delirio. Después en un abrazo comenzó a tocar mi espalda haciendo que sintiera sus pechos. Bajó las manos. Fue entonces cuando me tomó por el trasero y me acercó a su vientre de tal manera que mi miembro podía rozarla. Al sentirla así ya no pude contenerme y la tomé entre mis brazos.

Imité sus acciones, me deslizaba sobre cada centímetro de ella. Adoraba esa sensación.  Su piel era muy cálida y suave. Su trasero y sus piernas eran tan firmes. Eso sólo me ponía aún más duro. Sus pechos eran suaves y esponjosos. Al tocarlos ella soltó un pequeño gemido. Miré  sus piernas y toqué su sexo sobre sus panties. Justo como creí, estaba húmeda. Metí un dedo, ella mordió su labio inferior. Aquel líquido estaba caliente al igual que yo. Sus paredes eran suaves. Saqué el dedo para llevármelo a la boca, quería conocer su sabor pero miss Hyuga lo tomó y paso su lengua sobre sus labios.

—The last one– susurró.
Entre tanto deseo dentro de mí no podía procesar esas palabras, ella al ver mi confusión sólo dijo— taste- fue cuando comenzó a succionar mi dedo. Lo hacía taaan sensual que me hizo gemir. Después de acabar con mi dedo inició un camino de besos sobre mi brazo, dejando un rastro húmedo. Lo mismo hizo en mi pecho. Y al llegar a mi cuello sentí un ardor en el vientre. Tragué fuerte y me deje llevar. Ella saboreaba mi cuello dando pequeñas lamidas entre cada succión.

—¡Ah!– gemi– miss Hyuga– solté con una voz ronca. Ella dejó mi cuello y bajó mi bragueta. Por fin liberó a Naruto jr. Su cara no tuvo precio. Abrió un tanto los ojos para después mostrar un poco mas de sonrojo.

Lo tomó con firmeza y pasó su lengua por la punta de mi miembro. ¡oh Dios! Qué bien lo hace. Lo lamía tal y como si fuera una paleta. Su lengua rozaba y rozaba.

—Ghhh– gruñí. Formó una perfecta 'o' con la boca mientras me veía directo a la cara y lo introdujo en su boca. Lo metía y lo sacaba. Me sentía en la gloria. Esa humedad era deliciosa. De vez en cuando ella mordía un poco pero mantenía la mirada fija en la mía. La tomé por la nuca y comencé a simular embestidas en su boca.

~Naruto, Naruto~ canturreaba.
Un momento, esa era la voz de... ¡¿Mi papá?! Di un salto cayendo de la cama, llevándome conmigo una almohada.

—¿Qué pasa?– dije con una cara de angustia y sentándome en la alfombra para sobarme la frente.

—Jajajajaja– soltó una carcajada— parece que interrumpí tu sueño. Puedo imaginarme que clase de sueño tenías – decía con una voz apacible y una expresión pícara.

—¡Papá!

—Apresúrate o no podrás ver a miss Hyuga. Jajaja– dijo sonriendo al salir de mi habitación, esquivando la almohada que le lancé.

Perfecto. Qué mal, papá me despertó justo en la mejor parte. Sin embargo se equivocaba, hoy no vería a miss Hyuga. O al menos eso es lo que yo creía.

Miss HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora