Capitulo 12

1.9K 125 16
                                    

—Los minutos han sido eternos, no veo la hora en la que te vayas—Dijo sonriente, reina del sarcasmo.

—Eres tan insoportable—Admití. — ¿Sabes? a veces agradezco que lo nuestro haya terminado.

—No te vayas tan lejos, Alberto. Ésa etapa de mi vida ha sido borrada.

— ¿A qué te refieres?

—Me refiero a que... ¿Lo nuestro? ¿De qué hablas? No recuerdo haber salido contigo alguna vez.

Reí falsamente.

— ¿No recuerdas nada? eso suena tentador.

— ¿Qué?

—Entonces, me vas a decir que no te acuerdas de esto—Acomodé mi mano en su cintura, rodeándola y atrayéndola hacia mí lentamente, ella estaba paralizada y pálida. Luego rocé mis labios en su cuello, pero no lo toqué.

— ¿Ya te había dicho que me enloquece tu perfume? —Sin dejarla responder, estaba a punto de besarla, a casi unos centímetros pero no sé qué fue lo que me ocurrió, que una fuerza más fuerte me llamó: su mirada. Sus ojos llenos de rabia, de desprecio y estoy seguro que amor, me miraban impacientes, como si supieran exactamente lo que iba a ocurrir y no tuvieran la capacidad de detenerlo.

Ella es vulnerable a mí. Y creo que yo también a ella.

En ese instante se separó de mí con poca delicadeza y me fulminó.

— ¡No vuelvas a intentarlo! —Espetó.—Entre tú y yo no puede existir nada, ¡Ni una de tus estúpidas aventuras!

Una de mis estúpidas aventuras. En ése instante decidí no discutir, ya que no iba a negar que estaba más que claro qué era lo que buscaba acercándome a ella, mis intenciones eran esas desde que llegué. Aunque, ahora mi perspectiva ha cambiado un poco.

No la soporto, pero me atrae. No la quiero pero tampoco quiero que nadie ponga sus manos encima de ella. Quizá podría lastimarla, pero si alguien la lastima yo le rompería los huesos.

No la amo, pero no soportaría que alguien la amara... o que ella amara a alguien.

—Lo siento, de verdad.

—Me alegra. Deberías de dar gracias que no te abofeteé.

—No te preocupes, ya habrá otra ocasión en la que te daré razones para hacerlo.

—Creí que estabas arrepentido.

—Es sólo buena actuación.

Se escuchó la bocina de un auto seguido de un grito:

— ¡Mario! —La voz de Saak podrá ser hermosa y afinada, pero al momento de gritar... no quieres oírlo.

—Ya era hora—Suspiró.

Abrí la puerta, y puse un pie fuera de su casa, ella se acercó a la puerta para cerrarla y fue ahí cuando la miré por última vez. Al menos hoy.

—Admite que no quieres que me vaya—Vasilé.

— ¡Mario si no subes al coche iré por ti! —Gritó de nuevo.

— ¡Un segundo! —Contesté de la misma manera. Luego volví a ella.

—Deja de darle tantas vueltas al asunto y vet...—La besé. Fue un beso rápido, más rápido de lo que imaginé, pero si no quería ser golpeado cruelmente debía conformarme con sólo haberle robado ése beso. No sé qué me sucedió.

Después de eso salí corriendo al coche y no miré hacia atrás, aunque mi sonrisa victoriosa nadie podía quitármela.

Tú versión.

UN DULCE AMOR: "EL PRECIO DE LA FAMA" - MARIO BAUTISTA & TU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora