Capitulo 36.- No puedes hacerme esto.

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¿A dónde me dirigía? eso nadie lo sabía, ni siquiera yo, sólo quería alejarme del mundo, cerrar los ojos y pensar que en cualquier momento despertaría de ésta pesadilla.

Me detuve en una calle desconocida frente a una tienda de tatuajes, tenía luces de neón encendidas que decían: "Abierto". Me senté en la cera y saqué mi celular. Marqué a Mario una, dos, tres, veces y el celular estaba apagado.
Entonces comencé a hacerme daño a mi misma mirando los mensajes que me había mandado en días anteriores. Era como una especie de prueba que me hacía para intentar llorar, mis ojos seguían secos pero mi desesperación era enorme.

Luego me sentí un poco estúpida y me puse de pie, aún mirando el lugar donde hacían tatuajes. Me parecía aterrador.
Un chico familiar salía de esa tienda, no tardamos en cruzar nuestras miradas, Me abrazó.
Traté de fingir que todo iba bien.
— ¿Qué haces saliendo de ahí?
—Estaba haciendo un diseño, mañana tengo cita para hacerme un tatuaje—Guiñó. —Éstos bíceps se verían bien con un nuevo tattoo, ¿qué hay de ti? escuché las noticias.
—Oh vaya, yo que trataba de ocultártelo.
—Tu plan ha fallado—Sonrió a medias. —Sé que debes estar pasándotela fatal, podría acompañarte.
—No, estoy bien—Fingí una sonrisa. —No logro asimilar todo lo que está sucediendo. Quiero estar sola.
—Está bien, pero en caso de cualquier cosa, tienes mi teléfono, espero que hagas bueno uso de ello. Aunque necesites un buen masaje, ahí estaré.
—Gracias, Sebas.
Me dio un beso en la mejilla y se alejó caminando por las ya obscuras calles de New York, aunque nunca podrían estar tan obscuras debido a todo el movimiento que había. Recordé que había olvidado mi auto en el restaurante, pero no quería volver ahí, así que tomé un taxi hasta el aeropuerto.

En mi estadía ahí pedí información pero nadie sabía nada, el avión seguía estando desaparecido y mi alma estaba a punto de colapsar. Todas las personas me podían reconocer, me miraban y a veces me ofrecían mantas o cualquier cosa con la que pasar el frío.
Horas y horas, eran las doce de la noche. Me puse de pie, todas las personas del aeropuerto pusieron sus miradas fijas en mí.
— Escuche señorita, sé que usted sabe algo ¡Me importa una mierda si es información clasificada o lo que sea! ¡NECESITO SABER SOBRE EL MALDITO AVIÓN!
—En primer lugar, cálmese, todo esto que está haciendo no la hará tener información, sólo hará que la saquen de aquí. Y en segundo lugar, estamos hablando de una avioneta, no de un avión.

"¡Genial!" pensé. Lo único que le importa es en corregirme.
—Un avión, una avioneta, una nave voladora, un papalote, no me interesa—Gruñí. —Usted debe de tener algo.
—No, no tengo nada, vuelva a su lugar o mejor descanse y vuelva mañana.

Rodé mis ojos y me alejé de ese maldito lugar. Subí las escaleras que tenían una forma muy peculiar, parecía que estabas subiendo y al mismo tiempo haciendo un círculo. Esto sería interesante si no estuviera a punto de morir de bilis y angustia.

El frío por la noche era desgarrador, hacía que los huesos dolieran con una simple brisa de aire fresco. Me encontraba en la azotea del aeropuerto, me senté en uno de los bordes, sólo en caso de tener ganas de suicidarme en cualquier momento.
O comenzar a fingir que lo hago para tener algo de información "clasificada".

Tomé mi celular de nuevo y marqué a Mario aunque sabría la respuesta: nada.
Escribí un mensaje, fue bastante difícil tomando en cuenta que mis manos temblaban exageradamente y la pantalla del celular era táctil.
"Mario, por favor, no puedes hacerme esto. Yo sé que estás bien. Te amo". Y lo envié.

Dejé mi celular sobre la pequeña barda en la que estaba sentada, todo era silencio sepulcral. Las personas entraban con sus maletas y se despedían de sus familias sin saber si esa sería la última despedida. Sentí un nudo en mi estómago.
La pantalla de mi celular se encendió, la miré aterrorizada. Mis ojos se abrieron de par en par, sobre la pantalla decía: "Mario".
Un mensaje.
Lo abrí, sentía nervios en todo mi cuerpo.
"Estaré mejor si aceptas salir a cenar hoy, estoy hambriento. Te amo más. –Mario"

Mi corazón palpitaba con tanta fuerza que sentía que iba a salirse de mi pecho, sentí un pequeño aire caliente que yacía sobre mi oído. Una respiración.
— ¿Estás intentando suicidarte? si es así, estas muy cerca de ello—Escuchar su voz por primera vez desde hace mucho tiempo en vivo, simplemente me devolvía el alma a la vida.
Lo miré.
Mario sonriente, completo, limpio. Vivo.
Antes de que pudiera decir o hacer algo, yo ya lo había atraído a mí con fuerza y lo estaba besando. Él estaba impresionado pero pronto pudo unirse a mi jugada.
Me separé de él después de un tiempo, sin delicadeza alguna y entonces le di una pequeña bofetada.
— ¿Qué demonios te s...—Lo besé de nuevo sin siquiera comprender mi comportamiento violento y luego me separé.
—Eso es por todo lo que me has hecho pasar, eres un idiota.
— ¡No fue mi culpa! quería que fuera sorpresa.
— ¡Y VAYA! sería una mega sorpresa tener que asistir a tu funeral mañana a primera hora.
—Yo estoy impresionado. Había una tormenta que nos impedía aterrizar en cualquier lugar, así que tuvimos que dar vueltas por horas—Gruñó. —Nunca imaginé que tuvieran que hacer tanto drama.
—Nos preocupamos por ti—Me puse de pie y alejé sus brazos de mi cuerpo.
—Lo sé, lo sé. Me dijeron que una chica loca estaba amenazando a los trabajadores del aeropuerto, me lo contaron, así sin más. Y se me ocurrió preguntar hacia dónde había huido. Dijeron que preferían tenerla en la terraza con calma a tener que controlarla allá abajo.
— ¿Cómo supiste que se trataba de mí?
—Creo que no existe otra persona capaz de decirle a la chica de la entrada que necesita saber sobre "mierda clasificada o lo que sea" —Rió.
No contesté.
—Vamos, ahora no me importa nada más que salir de esa puerta sosteniendo tu mano.
— ¿Y si me niego?
— Tendré que llevarte a la fuerza, puede ser igual de romántico
De mis ojos brotaban lágrimas, eran lágrimas de felicidad, simplemente no podía creer que esto fuera real. No sé qué hubiera hecho si en realidad el avión hubiese caído y Mario no estuviera con vida. Sus hermosos ojos me miraban fijamente, sentía que podía mirar dentro de mí. Más allá de lo lógico y la apariencia.
— ¿Qué sucede, princesa? —Susurró.
—Si algo te hubiera pasado yo...—Me ahogué con mis lágrimas, tanto que apenas y podía respirar. Nos sentamos de nuevo, yo sobre sus piernas, Mario me abrazaba con mucha fuerza.
—Estoy aquí. Estamos aquí, tu y yo. Agradezco cada día de mi vida por tenerte a mi lado, nada ha cambiado. Mi amor por ti jamás va a cambiar, aunque algo hubiera pasado... tu siempre tendrás mi corazón, creo que eso ya lo sabes.
Besó mi frente, yo todavía no era hábil para hablar, me sentía estúpida en cierta manera, pero estaba en sus brazos, ¿qué más podría importar?
—Después de la fama, siempre me pregunté ¿quién iba a querer a éste chico tonto?, no por mi rostro o por mi dinero o por el simple hecho de ser famoso. Siempre quise saber ¿quién iba a interesarse en mí por lo que soy? ¿Quién iba a quererme después de conocer lo que realmente soy? Eso lo supe cuando conocí a una persona que me odiaba hasta cuando respiraba. Y yo creí que te tenía, que nada podía alejarte de mí. Luego vi toda tu lista larga de pretendientes de cabellera hermosa y músculos de esteroide y me dije: "Mario, cuídala. Hoy está pero podría irse mañana". Todavía tengo ese miedo, de despertar y darme cuenta que te has ido.
—Yo no voy a irme a ningún lado—Dije finalmente. —Aquí voy a quedarme, a tu lado.
—Te conozco—Rió nervioso. —Sé que cualquier estupidez que haga tú te irás corriendo de mi lado, no sin antes darme una bofetada, claro.
—No sabía que sentías celos de Sebas, y los demás chicos... en ése entonces—Confesé.
—Claro que no, eres demasiado tonta que no te das cuenta de nada—Suspiró. —Fácilmente los amenacé unas diez veces—Me besó en los labios de una forma dulce y rápida y luego limpió lo que quedaba de mis lágrimas. — ¿Confías en mí?
—Sí—Dije sin pensarlo dos veces.
—Me refiero a que "confías" en mí—Remarcó la palabra. — ¿Realmente confías como para no preguntar lo que estoy a punto de hacer?

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¿Por fin tendrán su final feliz? En verdad espero no las haya asustado tanto jajaja pero en el siguiente capitulo sabremos que es lo que trama Mario

También les quería compartir la nueva canción de Harry, nose si ya la habían escuchado pero yo tengo un trauma con ella :3 ¿Les gusta? comentar y votar para que la siga lo antes posible y agradezco todo su apoyo, estamos por terminar esto muy pronto, espérenlo :D

UN DULCE AMOR: "EL PRECIO DE LA FAMA" - MARIO BAUTISTA & TU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora