Young Justice: Flora

El otro lado de la moneda.

Narra Robin

Al ver su rostro, sus lágrimas asomando en sus ojos, quise retractarme de mis palabras. Pero no lo hice.

Al vela salir de la habitación quise salir tras de ella, pero no lo hice.

Si me preguntan:
¿Qué fue lo que pasó?

La verdad es que no se.

Sentía tanta rabia e ira al escuchar su confesión, no fue por el echo, si no por la persona.

Ra's Al Ghul.

Ese maldito hombre, el que muchas veces me pudo matar a mi o a Batman, ese hombre no podía ser alguien para ella y lo peor es que lo defendió, a pesar de todo lo defendió.

El echo de que fuera él me hizo pensar que nada era real, sólo un tonto sueño del que me negaba a despertar.

Me sentía engañado.

La lastimé sin siquiera tocarla y eso me dolía.

Así es la vida, a veces eres el cuchillo y otras la herida, pero aquí yo era ambos.

Una parte de mi me grita que corra hacía ella, que la busque, la abrace y la bese.

Pero otra me dice que es mejor así, que no hay oportunidad, que lo olvide.

Nos echaron, el hombre de antes volvió y dijo que por orden de Flora nos sacaran sin hacernos daño.

No podía volver, me matarían. No se que pensar, nos fuimos sin ella.

Mis palabras rondaban en mi mente, "te amo como nunca he amado a alguien"... ¿Le había mentido? Si, le mentí, pero mi mentira no era el decir que no la amaba, lo hacía, con todo mi corazón, la amaba, mentí al decir que lo hacía como a nadie y la verdad es que ella es la primera persona a la que amo, y siempre lo será.

-¿Nos iremos sin ella?- preguntó Artemisa.

-Si no vino personalmente es por algo, puede que nos alcance después- respondió Aqualad.

Tiene razón puede que todavía haya solución.

Tengo que hablar con ella en cuanto llegue, debemos aclarar las cosas.

Narra Ninfa

Estaba sentada en el pasto frío, algunas lágrimas se deslizaban por mis mejillas, entonces sentí una mano en mi hombro.

No alcé la mirada porque sabía quién era.

-Les dijiste la verdad- comentó mi tío.

Sólo asentí.

-Y al parecer él no lo tomó bien- continuó. Sentí como se posaba en frente de mí y se ponía a mi altura.- No te sientas mal, no es tu culpa.

-Te equivocas- dije con un hilo de voz- si lo es. Si hubiera dicho la verdad desde el principio me hubiera ahorrado mucho dolor.

Lo último lo dije con un poco de odio, odiaba el momento, la verdad odiaba todo mi pasado.

Tomó mi barbilla y me hizo mirarlo.

-No lo digas así. Sabes, si duele quiere decir que fue real.- me tomó de los brazos y me levantó.- No tengas miedo de sentirlo, los corazones rotos se curan, pero los protegidos terminan convirtiendose en piedra.

Sus palabras me hicieron volver a llorar más, entonces me abrazó.

Después de un momento dijo:

-Ya se van, ¿los vas a alcanzar?

Me separé un poco de él y lo mire, analizando su pregunta.

Negué con la cabeza.

-¿Los alcanzas después?- insistió.

Entonces decidí.

-No- dije firme- no volveré, ¿aún puedo quedarme?

Una sonrisa apareció en su rostro.

-Claro que si- contestó.- Prepararé tu habitación.

Y se fue.

No se si esta sea la mejor decisión, pero ante la situación eso me parece. Los extrañaré mucho pero es lo mejor.

No volveré, nunca más.