Young Justice: Flora

El inicio

Narradora

Ninfea, un planeta algo alejado de la Tierra, hermoso, lleno de vida; se distingue por ser cálido y pacífico, al igual que sus habitantes. Todos los ninfanos son humildes, gentiles y alegres, cada uno de ellos es único y todos poseen el don de controlar la naturaleza, siendo su forma de comunicarse con el planeta. 

Todo empezó cuando los primeros habitantes encontraron una joya, muy hermosa y capaz de darle vida a todo ser, a las plantas y animales, incluso fortalecía a las personas. Poco a poco el planeta se fue habitando y se estableció un orden, aquellos que descendían de los "Creadores", como llamaban a los primeros habitantes del planeta, eran los que gobernaban el mismo.

Ninfea era un lugar pacifico, sin enemigos, coexistiendo con el sistema y el universo. Tuvieron que pasar varias generaciones para que ese orden se alterara.

Empezando con un viajero, Tornado Rojo. Conocido miembro de la Liga de la Justicia había sido mandado al espacio por exploración, recorrer planetas y verificar si había vida en alguno. Es así que se encontraría con Ninfea, al cual entraría por una simple misión de reconocimiento, buscando asegurarse de que todo estuviera en orden y ver si encontraba vida en aquel planeta desconocido hasta el momento.

-Aquí Tornado Rojo, reportándose.- dijo a través del comunicador de su nave.

- Recibiendo desde la Atalaya, aquí Batman.- respondió uno de los principales líderes de la Liga.

- Tengo a la vista planeta desconocido, solicito permiso para explorar.

- Permiso concedido.

Sin más, Tornado Rojo aterrizó en aquel planeta y se dispuso a explorarlo. Cuando bajó se dio cuenta que obviamente el planeta estaba habitado por alguna especie, parecían humanos pero controlaban las plantas a su alrededor. Un hombre de avanzada edad se le acerco, vestía un pantalón café con una camisa verde decorada con bordados en dorado, en la cabeza traía una corona color plata con figuras de ramas alrededor y en el centro una joya color verde.

-Hola, extraño visitante- le saludo el hombre.

-Hola.- se limitó a decir Tornado Rojo.

-Soy el rey Alejandro- dijo el hombre y le tendió la mano.

-Tornado Rojo- respondió y le estrecho la mano- ¿Dónde me encuentro?

- Tornado Rojo, te doy la bienvenida al planeta de Ninfea.

-¿Ninfea? No se encuentra en la base de datos.

- ¡Papá!- gritó un niño que se acercaba corriendo al rey.

Era el príncipe, vestía casi igual a su padre pero no llevaba nada en la cabeza, tenia el cabello café claro, ojos color miel, de piel igual de morena que el mayor. Se parecía bastante a él a excepción de los ojos.

-Hijo, él es Tornado Rojo- dijo el rey.

-Hola, soy James- saludó el niño extendiendo la mano.

-Un gusto conocerte pequeño- dijo Tornado estrechando su mano.

Tornado Rojo fue bien recibido e invitado a quedarse a lo cual acepto, durante su estancia se hizo muy amigo de los reyes, conoció tradiciones del planeta y  a los habitantes.

Cuando James cumplió la mayoría de edad Tornado Rojo le ofreció a sus padres que lo acompañara a la Tierra para que la conociera, los reyes aceptaron y el joven príncipe acompaño a Tornado a la Tierra.