15. Hay que pelear sin razón

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Estoy ardiendo de furia y no sé por qué, pero siento que voy a golpear a Otoño.

Él se levanta para responder mi pregunta. Creo que presiente que algo va a pasar.

―Yo quería un beso, para saber qué es ―explica y bosteza.

Siempre está en ese estado de tranquilidad.

¿Besarla? ¡¿Por qué quiere besarla?! No tiene sentido. En realidad no tiene sentido que yo me esté enojando.

―¡Deja tu estúpida curiosidad! ―digo molesto y lo agarro de la ropa.

―Oye, oye, te estás poniendo agresivo. ―Se levanta Invierno y advierte, luego mira al castaño―. Después quieres que confíe en él ¡Está loco!

―No sé qué le pasa ―exclama Otoño confundido.

―¡Ni yo, pero te voy a moler a golpes! ―le grito furioso.

Suspira.

―Pero yo no quería hacer ejercicio. ―Bufa―. Bueno, de todas formas ya me estabas fastidiando, no me dejas ni dormir.

―¡Deja de quejarte y vamos a pelear! ―Aunque no tengo idea por qué.

―Oki.

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