Cambio de estación

43. El ritual de Efecto

Verano

Soy secuestrado por un gigante, quepo en la palma de su mano y no puedo usar mi poder por alguna razón que no logro entender.

―¡Bájame, suéltame! ―Me balancea mientras camina y forcejeo con todas mis fuerzas pero no hay manera de zafarme―. ¡Déjame, no soy un juguete!

Me mira con ese enorme ojo, lo que me produce escalofríos y me callo. Este sonríe satisfecho y continúa su paso ignorando mis súplicas.

Llegamos a lo que parece ser un descampado, pero con un montón de cosas que ni sé que son. Objetos raros que no tengo idea cómo describirlos.

El hombre grande me tira sobre una especie de círculo lleno de piedras y al rededor hay unas columnas con cadenas. Cuando intento huir, las sombras mueven las sogas y terminan por atarme a cada costado quedando yo, casi tendido en el aire.

―Macumba, ritual, lo que sea que estás haciendo ¡Detenlo! ―grito asustado y él sigue ignorándome mientras se pone a preparar, yo qué sé en una mesa. Mezcla sangre en un tazón y yo me tenso―. Al menos, ¿puedes decirme que estás haciendo?

El miedo y la incertidumbre ya me han matado, solo espero que no me clave ningún cuchillo de los que están en esa especie de mesa.