22. Sube el volumen

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Verano

Me canso de buscar a Invierno y en vez de ir a molestar a Otoño, regreso a la ciudad. Ya creo que lo estoy hostigando al pobre, me va agarrar culpa, mejor lo dejo tranquilo por un rato largo.

Cuando llego a la urbanización, sonrío al escuchar música.

¡Un carnaval!

Corro hasta allí alegre, me han dado unas ganas tremendas de bailar, me pone contento y me saca el estrés.

Me uno a la comparsa, aunque los humanos no puedan verme y bailo con ellos al son de la música.

―¡Suban el volumen que esto está que arde! ―Me río y bailo divirtiéndome a tope.

Me detengo sorprendido al ver aquel largo cabello platinado que me vuelve loco y esa ropa oriental blanca como la nieve, que le queda tan perfecta. He quedado prendado, ha venido a buscarme y mi corazón se acelera en desmedida.

¿Algún voy a entender que es esto que siento?

Camina hasta mí y siento como empiezo a notarme nervioso.

―¿Qué haces aquí? ―digo en un tono leve y hago pausas―. Creí, que huías de mí, yo...

―Espera ―me interrumpe con un rostro serio y abro los ojos en grande cuando de su kimono saca lo que me ha negado por tanto tiempo. Me sobresalto cuando acerca su mano―. Toma... ―Frunce el ceño―pero me lo devuelves.

Observo el círculo y luego a ella.

―¿Y este cambio repentino?

―¿Lo quieres o no? ―Entrecierra los ojos.

―Eh... ―Mis nervios aumentan.

―Bien, entonces lo guardo. ―Mueve su mano pero la detengo agarrando su muñeca―. ¿Qué haces? ―Se sonroja.

Sonrío.

―Gracias.

Cambio de estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora