Parte 17: Atrapados

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🐧🌇🐻

Cuando KyungSoo abrió los ojos se sintió completamente extrañado, parpadeó un par de veces hasta que la claridad que entraba por las ventanas no le resultara lastimosa y respiró profundamente, moviendo sus manos a tientas solo para acariciar con las yemas de sus dedos una superficie blanda.

No era su cama, ni era su techo, KyungSoo se percató de ello al instante y arrugó la nariz por lo extraño pero a la vez familiar que le resultaba todo, las paredes azules y esa sábana lisa cubriendo parte de su cuerpo las había visto en algún lugar.

Su cerebro tardó unos cuantos segundos en ponerse a funcionar como era debido, mientras que sus oídos se enfocaron en la respiración de alguien más. KyungSoo se irguió hasta quedar sentado, tragando saliva lentamente cuando se sorprendió de observar a JongIn acurrucado a su lado, completamente dormido.

El moreno se removió entre las sábanas y murmuró un par de palabras que no pudo descifrar, entonces todo le cayó como un balde de agua fría en el cuerpo.

Había ido a casa de JongIn para ver películas, cosa que era bien una excusa barata para poder pasar más tiempo con él, porque las cosas en su casa se habían puesto de locos y de lo último que quería saber era de la supuesta cena del viernes, su madre se estaba enfocando tanto en los preparativos que más bien parecía algo mucho más importante. Ni que fuese a casarse o algo por el estilo, era demasiado el drama que hacían todos porque tuviera novio, porque JongIn fuese su novio.

Observar dormir a JongIn, con su pecho subiendo y bajando acompasadamente, acostado sobre su lecho, lo hacía sentir reconfortado y mucho más tranquilo. Sonrió sin siquiera pensárselo, contemplar a JongIn en todas sus facetas era un regalo de los cielos, seguramente que lo era.

Se acostó una vez más a su lado, con mucho cuidado para no despertarlo, acomodándose entre su pecho y uno de sus brazos, mientras que las yemas de sus dedos recorrían con cierta tranquilidad la superficie de su pecho. Se mordió el labio inferior y las mejillas se le colorearon porque sus pensamientos estaban llenos de JongIn, JongIn y esos labios perfectos sobre los suyos, delineando su barbilla y descendiendo por su cuello.

JongIn y su manera única de tratarlo, con paciencia y con cariño, JongIn mimándolo y comiéndoselo a besos. JongIn murmurando un montón de palabras bonitas que se anidaban en sus recónditos como semillas que amenazan con florecer y expandirse por todos lados.

Se acunó entre sus brazos una vez más y cerró los ojos con la mejor de sus sonrisas en sus acorazonados labios, despertar junto a su novio definitivamente era una de las cosas más maravillosas del mundo, o del universo.

Sus ojos se abrieron nuevamente y su corazón se aceleró cuando unos golpes se escucharon sobre la madera de la puerta, repetidamente. Se espantó aún más de escuchar la voz de la madre de JongIn detrás de la puerta y sus ojos no pudieron evitar recorrer la habitación en busca de un reloj. Era muy tarde.

ㅡ JongIn... se te hará tarde si no sales ya.

La voz de SooJung hizo que JongIn se removiera y asintiera con lentitud mientras se saboreaba los labios con la lengua en un acto que le erizó la piel a un curioso KyungSoo. ¿Qué estaría soñando Kim JongIn? Pero no pudo seguir hilvanando sus pensamientos cuando una vez más el estruendo en la puerta se escuchó.

ㅡ ¡Kim JongIn! ¿Por qué tu puerta tiene seguro?

La voz de SooJung se escuchó molesta y KyungSoo tragó saliva, irguiéndose hasta sentarse para proceder a mover a JongIn con sus manos para que despertara de una buena vez. El moreno se volvió a mover y soltó un suspiro, sin abrir los ojos.

La técnica de Kim JongIn ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora