❀ Está científicamente comprobado que cuando alguien se enamora, pierde la cordura.
SeHun no cree en esas estupideces, pero JongIn ha desarrollado una técnica infalible para que el futuro padre de sus hijos caiga redondito a sus pies.
Y quien sabe...
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☡Advertencia: Este extra es una escena perdida del tiempo, está ubicado un año y medio después de la graduación de la preparatoria.
🐶❤🐵
Decoración
Vivir con Byun BaekHyun no era nada sencillo. La familia de ChanYeol no era de dinero, sin embargo su abuela al morir le había dejado unos cuantos ahorros para ayudarle con sus estudios, sin contar que sus tíos tenían un pequeño departamento que habían llegado al acuerdo de rentarselo a cómodas mensualidades para que su sobrino se hiciese responsable cual hombre de bien, para que también pudiera seguir estudiando sin tener problema alguno.
Presentar a su familia a BaekHyun una vez que este le dio el sí no fue problema alguno, el bajito de castaños cabellos siempre había sido muy amigable, tenía esa manera sencilla de hablar con las personas y agradarles, así que su madre lo adoró al instante, mientras que su padre lo recibió con buenos ojos.
La familia Byun tampoco fue demasiado difícil de lidiar. ChanYeol recuerda lo nervioso que se puso cuando BaekHyun lo invitó a comer a su casa casi tres meses después de iniciada su relación; y por primera vez se había puesto en los zapatos de Kim JongIn.
Por consejo de la señora Kim se había puesto un smoking aquella tarde pese al calor de primavera que comenzaba a sentirse, se había peinado con medio bote de fijador para que ninguno de sus cabellos se sintieran rebeldes y había lustrado sus zapatos hasta que brillaran casi con intensidad.
Grande fue su sorpresa cuando llegó a la casa de los Byun y tocó el timbre con las mejillas bien arreboladas, y se acordó de su amigo KyungSoo quien le había dicho por teléfono la noche anterior que no debía poner demasiado esmero en el asunto, que confiara en su encanto y que era una simple comida.
Cuando BaekHyun abrió la puerta no pudo evitar sonreír tan socarronamente como sólo él sabía, porque él iba vestido con unos vaqueros de mezclilla y una camisa rosada pálido que le quedaba bastante bien, sus cabellos estaban rebeldes ondeándose al viento. No tenía nada de laca que lo sometiera a una especie de goma en la cabeza.
Las mejillas se le habían coloreado, incluso su rostro y sus orejas se pintaron de carmesí, se había dispuesto a dar la media vuelta cuando BaekHyun presuroso lo tomó por el brazo negando solemnemente mientras lo arrastraba dentro de la casa donde ya lo esperaban, porque ese no era momento de huir.
ChanYeol todavía podía sonrojarse de solo recordar el rostro estupefacto de la señora Byun junto con su esposo al observarlo en la pequeña estancia, parado al lado de su hijo como "un muñequito de pastel"; tales habían sido las palabras de su suegra, que todos se echaron a reír, mientras que él quería que se lo tragara la tierra.
