21. He will die

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Observaba a mi alrededor a todas las personas que pasaban, actuando como si todo estuviera bien, creo que estaba acostumbrándome a eso y no me gustaba.

Mis manos temblaban y mi ritmo cardiaco era errático, sin mencionar que parecía que vomitaría de nuevo, bonito día para enfermar del estómago.

Intentaba encontrar cualquier cosa para entretenerme y no pensar en esta mierda, pero siempre mi mente regresaba a las mismas preguntas ¿Qué diablos quería? ¿Por qué siempre tenía que meter a Melissa en esto? Ella no tenía la culpa de absolutamente nada, solo tenía la mala suerte de haber elegido una amiga tan loca e impulsiva como yo.

El teléfono comenzó a sonar entre mis manos y di un pequeño brinco del susto, no quería contestar, por primera vez incluso no quería escuchar la voz de Jason y ahora no sólo era por el compromiso de estar con Nate, realmente tenía miedo.

-¿Hola?-Dije con la voz entrecortada.

-Camina hacia la derecha, encontraras juegos infantiles, de ahí irás por el sendero que lleva hacía una de las entradas del parque, te estará esperando una camioneta negra, sube.-Ordenó McCann.-Tenemos intervenido tu teléfono, llamas a alguien y la matamos.-Colgó.

Seguí sus ordenes tal y como había dicho, caminé por el sendero lo más lento que pude y al llegar al final, observé la camioneta.

Un hombre alto y musculoso estaba parado afuera de ésta y en cuanto me miró abrió la puerta trasera y comenzó a hablar a través de un walkie talkie, no podía escuchar lo que decía pero podía imaginarlo, seguí caminando y subí.

Mi teléfono comenzó a vibrar de nuevo y la camioneta arrancó.

-Ya estoy aquí, ahora dejen a Melissa.-Susurré.

-Lo prometido es deuda cariño, tu amiga va en camino a su casa, sana y salva.-No tenía motivos para creerle pero lo hice, a la que quería era a mí y no a ella.

Colgó y unos segundos después mi teléfono se iluminó con un mensaje, era Nate.

"Sabemos lo que ha pasado, vamos por ti."

Sentí que podía respirar bien de nuevo, seguramente habían colocado algún dispositivo de rastreo en mi teléfono, pero... ¿Jason no lo sabía?

Guardé mi teléfono en la mochila después de eliminar el mensaje y sentí de nuevo mi estomago revolverse, no ahora, joder.

-¡Para!-Le grité al hombre y me miró con el ceño fruncido para después ignorarme de nuevo. La ciudad comenzaba a desvanecerse poco a poco, pero el camino era diferente al que habíamos tomado antes.-¡Qué pares joder, voy a vomitar!-Las lágrimas de frustración cayeron por mis ojos y frenó rápidamente.

Escuché como desbloqueó las puertas de la camioneta y bajé en seguida.

-Wes, ¿Por qué te has detenido?-Escuché a Jason a través del Walkie Talkie y comencé a vomitar.

Sostuve mi cabello con mi mano derecha mientras el contenido de mi estomago terminaba en el pavimento, odiaba vomitar, incluso nunca bebía de más para no tener que pasar por esto.

-Hemos parado porque la chica está vomitando.-Dijo el grandulón y dejé de escuchar cuándo sentí la necesidad de vomitar aún más.

Me sentía realmente mal, jamás me había pasado algo como esto, seguía dando arqueadas pero no había nada más que pudiera expulsar de mi estómago. Sentí como golpearon levemente mi brazo y acepté la botella de agua que me ofrecía el chofer, enjuague mi boca y subí de nuevo, sintiéndome mareada y débil.

El resto del camino solo me mantuve callada, incluso mis pensamientos parecían estar en silencio, mis manos seguían temblando y había palidecido aún más, estaba recargada en la ventanilla y no tenía fuerzas para intentar escapar o si quiera pelear con el hombre que me estaba llevando a mi posible muerte.

-Señor, ya casi llegamos, debo comunicarle que la chica parece realmente enferma.-Wes habló por el Walkie talkie.

-¿De qué mierda hablas? ¿Le has hecho algo? Escúchame...-Gritó McCann.

-Ella ya estaba así, no es mi culpa.-Wes giro los ojos.

Entramos por una enorme reja a un lugar que parecía muy antiguo, era como un pequeño castillo y estaba totalmente rodeado de árboles.

Bajé de la camioneta y al instante hice contacto visual con Jason, estaba usando unos pantalones de mezclilla negros entubados con una camisa negra y zapatos del mismo color, su cabello estaba peinado hacia arriba como siempre y tenía esa mirada arrogante que tanto me gustaba.

-¿Vendrás o seguirás observándome?-Comentó y una sonrisa burlona iluminó su rostro.

Caminé hacia donde se encontraba y pasó su mirada por todo mi cuerpo.

-Te has puesto buena.-Palmeó mi trasero y contuve las ganas de abofetearlo.-Parece que te ayudaron las buenas folladas que te di.-Mordió su labio inferior y giré los ojos, estaba igual que antes, no entendía su absurdo comentario.

-Escucha, sólo dame una cama donde dormir.-Bufé molesta y me adentré a la casa.

Sabía que esto era como una piedra en el camino, Nate junto a la policia venían a mi rescate y no había mucho por lo cual preocuparme, solo de que McCann no me matara antes de que llegaran por mí.

Una vez dentro, pude notar el olor a comida y sorprendentemente tenía la necesidad de comer cualquier cosa que estuvieran preparando.

Me dirigí a el lugar de donde provenía el olor y sentí a Jason detrás de mí.

Una señora de unos 50 años estaba preparando lo que parecía carne con verduras y un tipo de salsa, mi estomago rugió y Jason comenzó a reír.

-Marta, dale algo de Dulce para que coma.-Sonrío y me sostuvo de la cintura.-Después iremos al cuarto, no comas demasiado.-Susurró en mi oído y me estremecí, seguía teniendo ese efecto en mí.

Comencé a comer con la mirada de Jason sobre mí y como siempre me hizo sentir pequeña y vulnerable.

-Tu querido novio junto a los demás imbeciles están a cinco minutos de aquí.-Sonrío burlonamente y me quedé en shock.

¿Qué?

-No entiendo.-Fingí no saber de qué hablaba pero por dentro quería ponerme a llorar, él sabía que Nate estaba en camino.

-No te hagas la inocente.-Giro los ojos y se acercó a donde me encontraba.-Ellos vienen hacía acá gracias a el rastreador que hay en tu teléfono, no soy estupido.-Pasó su pulgar por mi labio inferior y prosiguió.-Quería tener el placer de matar a tu querido amante.

-No te atrevas...-Bajé de la silla en que me encontraba y retrocedí.-No le hagas daño.-Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

Caminó lentamente hacía mí y quede acorralada entre él y la pared.

-Apuesto que no saben que se dirigen directo a su muerte.-Besó bruscamente mis labios y se alejó.-Lástima que tu romance haya durado tan poco.

Escuché como varios autos se acercaban y corrí, pero McCann me detuvo al jalarme fuertemente del brazo.

-No intentes evitarlo.-Escuché disparos y las lágrimas aumentaron. -Él morirá.

No podía estar pasando esto.

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Se viene mucho drama, yaaaas ¡Gracias por leer, espero y les esté gustando!

Disculpen la falta de actualización, estoy intentando salvar el semestre lol 250 votos y 150 comentarios para el siguiente capítulo :)

Or nah ➳ Jason McCann || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora