2. Don't play with a boss

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Podría ser una buena idea fingir ser una prostituta por un rato, no es como que necesite el dinero o que alguien se vaya enterar, simplemente diversión.

-Oh cariño, creo que mi pago podría ser que me hayas ayudado a entrar aquí.-Le sonreí y comenzó a reír.

-No juegues con el jefe cariño.-No entiendo de que mierda habla, pero bueno.

Subimos hacia un lugar que tenía una mesa y muchos sillones, estaba alejada de todas las demás y no había nadie, sólo nosotros. El ambiente parecía genial, no había demasiada gente y tenían música buena. Desde aquí podíamos observar todo el club.

-Piensan que somos prostitutas.-Escuché a Melissa decirme, los chicos se habían sentado y nos observaban.

-Lo sé.-Nos volteamos hacía la multitud para que no pudieran ver nuestros rostros.

-¿Te parece si lo hacemos sólo por hoy? Tal vez un poco de diversión.-Me dijo y quedé sorprendida por su atrevimiento, ella es la debería darme las mil razones por la cual esto está mal.

-Vale, pero si no quieres hacer algo o todo se sale de control, nos vamos.-Asintió y volteó para irse con el chico pelinegro.

Cuando estaba a punto de sentarme a un lado del castaño, hizo un gesto para que me sentara sobre su regazo, me sonrojé un poco y me acerqué para quedar justo dónde él quería.

-Soy Jason... Jason McCann.-Me susurró y sentí como si hubiera tenido un jodido orgasmo. Su voz era ronca y muy masculina, sin mencionar que estaba sentada sobre su paquete y no se sentía en absoluto pequeño.

-Soy Dulce.-Sonreí y voltee un poco rozándome con su entrepierna en el proceso.

Se acercó un mesero y Jason pidió una botella de vodka con un jugo de durazno para nosotras, además de una botella de whisky y cervezas para él y su amigo, también le mencionó al mesero "trae la charola", pero no entendí lo que quería decir así que sólo lo ignoré.

-Entonces cariño, me debes algo ¿o no?-No pude evitarlo e hice lo que quería desde hace mucho, comencé a besarlo y era justo lo que esperaba, se sentía jodidamente bien.

Me puse a horcajadas sobre él para tener una posición más cómoda y me frotaba sobre su miembro entre cada beso, Jason succionaba mi labio inferior y yo hacía lo mismo con él, nuestras lenguas jugaban como si se acoplaran perfectamente y cuando nos separábamos para tomar un poco de aire noté sus ojos completamente negros.

Bajó sus labios por mi cuello y succionaba en lugares específicos para hacerme gemir fuertemente, este jodido chico sabe cómo enloquecer a una chica.

-Mierda, Jason, sigue así.-Gemí en su oído y sentí como se comenzaba a poner duro debajo de mí.

-Será mejor que paremos o te follaré aquí mismo.-Susurró.-Aunque realmente no me molestaría hacerlo.-Reí un poco y me bajé de él.

Comenzó a preparar algunos tragos y me pasó un vaso que contenía vodka con jugo de durazno. Ahora yo estaba sentada junto a Melissa y él estaba con su amigo, que ahora sé que se llama Mike.

Nos observaban de vez en cuando y yo hablaba con Melissa acerca de lo calientes que eran, planeábamos como escapar si algo salía mal y a qué hora tendríamos que regresar a casa para que nadie se diera cuenta de nuestra ausencia.

Se acercó un mesero con una bandeja que desde dónde estábamos parecía no tener nada pero en cuanto la colocó en la mesa solté un quejido de sorpresa.

La charola contenía bolsas de diferentes tamaños, marihuana... ¿Cocaína?, LSD, pastillas, algo que parecía ser un jarabe rosa, encendedores, pipas, jeringas y cosas que jamás había visto.

Melissa estaba en el mismo estado de shock que yo, ¿Quiénes eran estos chicos? Cualquier persona "normal" no podría comprar todo esto, incluso nosotras jamás podríamos comprar más que algo de marihuana y LSD cuando salíamos de fiesta.

Eran por lo menos $10,000 dólares en drogas.

-Vamos al tocador.-Susurré en el oído de Jason y asintió.

Habían comenzado a hacer varios porros y se estaban inyectando alguna mierda transparente, sin mencionar que el frasco que contenía algo parecido al jarabe estaba a la mitad, cuando regresemos del tocador revisaré nuestra bebidas, no quiero morir hoy.

Caminamos hacia los baños y cuando al fin nos sentimos un poco más "seguras" suspiramos al mismo tiempo.

-¿En que nos hemos metido Dulce?-Podía ver los ojos de mi mejor amiga al punto de llanto.

-Tranquila, yo nos metí en esta mierda y haré que salgamos.

-Ni siquiera sabemos quiénes son... parecen criminales y todas esas drogas, mierda, en definitiva no son hombres de negocios.-Murmuraba sin parar.

-Cállate.-Casi le grité.-Espera aquí, investigaré quienes son.

Salí del baño y agradecí que un chico también estuviera saliendo del baño de hombres.

-Hey guapo.-Toqué su hombro para llamar su atención, sonrío en mi dirección.

-¿En qué te ayudo cariño?-Dijo en un tono coqueto.

-¿Podrías decirme quienes son ellos?-Señalé la parte alta del club dónde estaban Jason y Mike.

-No eres de por aquí, ¿Cierto?-Negué con la cabeza y prosiguió.-Ellos son Jason McCann y Mike Lenner, el primero es el dueño de toda esta mierda, controla todo el mercado de droga en Los Ángeles y su amigo es su mano derecha, si sabes lo que te conviene no te metas con ellos.-Guiñó en mi dirección y se fue, sentí que mis piernas comenzaron a flaquear.

Ahora entiendo porque me dijo... "no juegues con el jefe".

Or nah ➳ Jason McCann || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora